
Pedro Sánchez y Alberto Núñex Feijóo durante la Conferencia de Presidentes celebrada en La Palma
La jugada del presidente
Feijóo se enfrenta a la primera «encerrona» de Sánchez a cuenta de su plan energético
Tras reunirse con las tres vicepresidentas y el ministro Bolaños sin que les presentaran un solo papel, los populares sospechan que el decreto ley incluirá medidas inasumibles para el PP
Poco antes de que el Gobierno iniciara este miércoles la ronda de contactos con los partidos políticos para debatir el plan de respuesta a la crisis energética, uno de los socios parlamentarios habituales de Pedro Sánchez desgranó la siguiente secuencia en una conversación informal con periodistas en los pasillos el Congreso.

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Primero. El Ejecutivo se reúne con el PP antes que con ningún otro partido para que parezca que busca, sobre todo, el apoyo del principal partido de la oposición. Segundo. En realidad, no presenta nada sustancioso al PP y éste se descuelga porque no va a dar un cheque en blanco a Sánchez.
Tercero. El Gobierno culpa al PP y le achaca falta de sentido de Estado. Cuarto. El presidente busca a sus socios habituales para convalidar el real decreto ley que el Consejo de Ministros aprobará el 29 de marzo. «Es la jugada de siempre», sostuvo este portavoz, habituado a los métodos de Sánchez.
La secuencia comenzó a cumplirse pocas horas después, cuando las tres vicepresidentas y el ministro de la Presidencia se reunieron en las dependencias de la Cámara Baja con una delegación del PP formada por Cuca Gamarra, Elvira Rodríguez, Guillermo Mariscal, Mario Garcés e Isabel Borrego. No hubo ni un papel, ni una propuesta concreta por parte de la delegación gubernamental. Solo una foto y el compromiso de que el 29 de marzo el Gobierno bajará la gasolina, la electricidad y el gas, sin decir cómo.
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Poco después, Ciudadanos corroboró la versión del PP. También ellos se reunieron con el Gobierno –en su caso, solo con la vicepresidenta Teresa Ribera y el ministro Bolaños– y tampoco sacaron en claro nada más que «promesas genéricas». «Ya veremos la seriedad de esta proposición de consenso», sostuvo al término del encuentro el portavoz naranja, Edmundo Bal, que dudó de que pueda haberlo estando Unidas Podemos en el Consejo de Ministros.
El miedo fundado del PP
Los populares sospechan que el Gobierno les prepara una «encerrona» a propósito del plan de respuesta a la crisis energética para ensombrecer la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la Presidencia del PP. Más después de ver a qué quedó reducida la primera reunión entre ambas partes (y de momento no hay ninguna otra prevista, ni siquiera apalabrada).
Temen que Sánchez incluirá en ese decreto ley medidas que sabe que el PP no quiere ni puede apoyar, como la subida de impuestos a las grandes empresas del sector energético. Y que acuse a Feijóo de falta de «patriotismo europeo», que es el término que acuñó este miércoles durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso. Durante la misma, pidió al PP un «gran acuerdo de país en la respuesta económica a las consecuencias de la guerra» para demostrar que el nuevo PP no es «el antiguo PP».
Les metería en ese saco junto a Vox, que incluso declinó participar en la ronda de contactos porque no quiso hacerse una foto con quien pide constantemente un cordón sanitario contra ellos. En el PP afirman que, a diferencia de Vox, ellos siempre han acudido y seguirán acudiendo a la llamada de Moncloa porque son «un partido de Estado».

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Si el real decreto ley se aprueba el 29 de marzo como ha prometido el Gobierno, deberá ser convalidado en el Congreso dentro del mes siguiente. Feijóo será elegido presidente del PP el 2 de abril, así que será la primera gran decisión política a la que se enfrente. En esos días, además, Sánchez tiene previsto convocar al gallego a La Moncloa para una primera reunión de cortesía, una vez que se celebre el congreso extraordinario del PP.
La otra cara de la moneda: el PNV
El PNV, socio habitual de Sánchez, también se reunió este miércoles con el Gobierno y los peneuvistas sí quedaron más satisfechos que el PP y Cs, lo que anticipa el punto cuarto de la secuencia: la búsqueda de apoyos reales al plan de respuesta del Gobierno.
Su portavoz, Aitor Esteban, calificó como «positivo» el encuentro y añadió que ambas partes se emplazaron a seguir intercambiando propuestas en los próximos días. Que es mucho más de lo que consiguió la delegación del PP.
Inicialmente estaba previsto que también ERC se viera este miércoles con los emisarios de Sánchez, pero finalmente el encuentro ha quedado pospuesto hasta este jueves, día en que el presidente viaja a Rumanía dentro de su gira europea para sumar aliados de cara al Consejo Europeo de los días 24 y 25 de marzo.
El viernes, el ministro Bolaños encabezará una reunión telemática con los portavoces del grupo mixto, del que forman parte Teruel Existe, el PRC, la CUP, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Foro Asturias, Navarra Suma. Y el martes de la próxima semana, el Gobierno ha citado por separado a los portavoces de Bildu, Más País, Compromís, Junts per Catalunya, el PDeCAt y el BNG.
Ni siquiera los partidos de la mayoría Frankenstein esperan mucho de estos primeros tanteos. Se malician que Sánchez primero aprobará el decreto ley y luego buscará los votos para convalidarlo, y no al revés. Es lo que ha hecho otras veces.