El Debate sale a la calle
Una mañana por Madrid con Rocío Monasterio
El Debate ha acompañado a la portavoz de Vox en la Asamblea de la capital para conocer de primera mano cómo escucha las demandas de la clase trabajadora
Treinta de marzo: termina el primer trimestre del IVA del año. Rocío Monasterio, portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, recibe a este medio en tan señalada fecha para los autónomos, hastiados por las consecuencias de la pandemia y la subida exponencial de los precios. Cuadernillo y bolígrafo en mano, la dirigente recorre talleres y comercios de las localidades madrileñas de Tres Cantos y San Sebastián de los Reyes.
Durante 20 años empresaria, ahora política y siempre madre de familia numerosa, Monasterio ha sido la primera persona de Vox en conseguir un gran pacto presupuestario con el Partido Popular de Isabel Díaz Ayuso. Aunque no se conforma con este laissez faire, quiere menos impuestos y burocracia. Para que su día a día no se quede en PNL (proposiciones no de ley), sale a la calle. Esta vez, acompañada por El Debate. Y a buen paso, como cuando supervisaba obras como arquitecta.
El equipo de Monasterio acude a primera hora del miércoles a una gasolinera de Tres Cantos. Hace frío y el día está bastante lluvioso, pero no es excusa. La dirigente toma un café rápido y comienza la excursión por un polígono industrial lleno de talleres de coches. «Hay que estar en la calle con la España que madruga y apuntar las cosas en las que los políticos podemos ayudar para que prosperen» los autónomos. Este es el objetivo de sus tours por las localidades de Madrid.
Todos los empresarios de los talleres señalan lo mismo: se encuentran ahogados y las cuentas no salen. «No es solo la pandemia», señala uno de ellos, «sino la gestión tanto del Gobierno nacional como regional». Todos coinciden en que el Ejecutivo madrileño puede hacer mucho más mientras Pedro Sánchez decide o no ayudarles a sobrevivir.
Mayor rebaja de impuestos
De hecho, Monasterio negoció con Ayuso la bajada de medio punto en el tramo autonómico del IRPF, y así se aplica ya en el presente 2022. Pero la formación conservadora quiere ir más allá. «Con una inflación de doble dígito, la pérdida de poder adquisitivo es brutal y la única manera de inyectar liquidez es reducir impuestos», señala la dirigente de Vox.
La batalla de mínimos fiscales con Ayuso
Monasterio reclama a Ayuso una política fiscal más beneficiosa para los jóvenes madrileños
En consecuencia, Vox ha solicitado la reducción de otro medio punto más del IRPF. También, pide la eliminación del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales Onerosas para facilitar el acceso de los jóvenes a la vivienda, la bonificación de las Sucesiones y Donaciones de tíos a sobrinos y la eliminación de las tasas. Monasterio aboga por que el Ejecutivo madrileño actúe temporalmente de avalista de empresas para que éstas «puedan hacer frente a las nóminas, a los seguros sociales y a los pagos de impuestos».
Entendimiento con el PP
El temor del votante de centro derecha porque el acuerdo logrado en la región madrileña no se replique en clave nacional es real. Por ello, la pregunta por Alberto Núñez Feijóo deviene inevitable. «No le conozco personalmente», contesta Monasterio. «Ojalá entienda que lo fundamental hoy para los españoles es sacar a Sánchez del Gobierno».
La madre detrás de la política
Respecto a cómo hace con cuatro hijos y un marido también dedicado a la política, Monasterio sentencia: «Aquí estamos para asegurar a la siguiente generación que, como mínimo, van a tener las mismas oportunidades que hemos tenido nosotros», a lo que añade: «Las madres de familia numerosa no conseguimos sacar todo perfecto pero sí somos eficaces». Compara dicha labor con el ejercicio que hacen las pymes y «que no está haciendo el Gobierno de la Nación ni los políticos». Monasterio quiere reducir gasto político, como la disminución de diputados en la Asamblea madrileña de 136 a 91 granjeada por su grupo, aunque su pretensión fuera de 69.
Los autónomos trasladan a Monasterio durante esta jornada como en tantas otras por las calles madrileñas: no quieren ya ganar, sino no perder, que el Gobierno les deje trabajar y ellos puedan enseñar su oficio.