Convención One Of Us en Bruselas
Rémi Brague: «¡Ay de nosotros si callamos!»
La parte central de la convención ha reunido a un plantel de representantes políticos e intelectuales de primer nivel internacional para ofrecer respuestas a los actuales retos europeos
La Convención Europea de la Plataforma One Of Us, promovida por la propia Comisión Europea y celebrada hoy en Bruselas, tenía como objetivo escuchar las voces de los ciudadanos europeos para abordar los retos y oportunidades que Europa tiene en su próximo horizonte.
La parte central de la mañana ha reunido un plantel de representantes políticos e intelectuales de primer nivel para cumplir dicho propósito.
Rocco Buttiglione, político y filósofo italiano, en su intervención, dedicada a analizar las cuestiones de la conciencia, la religión y la libertad de expresión en el futuro de Europa, puso el acento en el posible surgimiento de una «neo-inquisición» que tendría por pretensión fundamental la idea de negar los derechos fundamentales, «especialmente los de los más desprotegidos».
Convención Bruselas One Of Us
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El teólogo alemán, Christian Frei, por su parte, advirtió sobre como la implementación de la ideología de género dentro de las instituciones europeas afecta también al mundo universitario, «donde a través de leyes concretas se niega el acceso a los fondos europeos a todas las academias, universidades y centros que no acepten formar parte de este proceso».
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El filósofo y escritor holandés, Arthur Alderliesten, centró a continuación su reflexión en la cuestión de la libertad «que puede llegar a ser demoníaca, pero que tiene un origen divino». Alderliesten realizó un despiece intelectual del referido tema señalando como envés indisociable de la libertad «la responsabilidad, que debe estar orientada a la verdad y que cumple un papel de certificación ante nosotros mismos». «Desenmascarar, promover y actuar con honestidad» suponen, a juicio del holandés, las tres actitudes fundamentales que debe tener la libertad en los tiempos actuales.
los ejércitos radicales del odio
En cuanto a Ferenc Hörcher, filósofo político húngaro, así como historiador y político en la ciudad de Budapest, realizó un recorrido desde los tiempos de la caída del Telón de Acero, «el momento más importante de mi vida», a la época actual, en la que la ideología Woke, los escándalos sexuales dentro del propio clero y la crisis demográfica por momentos ha parecido que podría acabar con los últimos restos de cristianismo. El ataque ruso a Ucrania lo percibe el filósofo húngaro como una «advertencia» de la acción criminal de los «ejércitos radicales del odio y la venganza» ante los que hay que reaccionar, siempre preservando una actitud fundamental de «prudencia».
La siguiente intervención fue la de Alojz Peterle, ex primer ministro de Eslovenia. El político democratacristiano alabó como acto positivamente revolucionario la decisión de los fundadores de la Unión Europea de «poner al hombre en el centro. No la nación, ni la economía, ni la clase social, sino el hombre». Peterle, sin embargo, lamentó la situación presente en Europa, donde por el momento no parece posible alcanzar consensos sobre cuestiones básicas. Por ejemplo, «qué o, mejor dicho, quien es un no nacido». El esloveno expresó sus dudas sobre si Schuman o Delors podrían hoy implementar las políticas que lograron impulsar con éxito en su tiempo y, ya en el cierre de su intervención, expresó su rechazo a la idea de Enmanuel Macron de convertir el aborto en un derecho fundamental de la UE. «Ese camino no nos llevará a una Europa más fuerte», concluyó.
La voz de los sin voz
El filósofo francés, Rémi Brague, desempeñó el papel conclusivo de la jornada con su intervención final. Brague puntualizó, en primer lugar, que el punto de vista de los presentes en la sala no les hace superiores, tampoco mejores moralmente que nadie, pero que «sí es esta una una visión mejor, porque estamos centrados en lo humano, en lo específicamente humano».
Sin caer en nostalgias idealizadoras del pasado, señaló por el contrario como antecesores de su causa actual los sindicatos del siglo XIX, las gentes que lucharon contra la esclavitud, o aquellos que llevaron adelante su emancipación de la descolonización. La causa de One Of Us significa, para Brage, la causa de dar voz a «los fetos, a los discapacitados, a los ancianos». «¿Quién hablará por ellos si no?», preguntó de forma retórica al público presente en la sala.
Esta causa emancipatoria por el género humano en su conjunto, «sin restricciones de ninguna clase, ni de hombres contra mujeres, ni de ricos contra pobres», permite para Brague la ampliación y dotación de derechos a quienes no pueden defenderse por sí mismo.
«Vivimos en una época en la que hay que repetir las evidencias e incluso banalidades, pero se trata, en suma, de defender la verdad que todos pueden compartir, porque solo así una comunidad puede vivir en paz», reflexionó el filósofo.
Ante la situación actual, en la que Brague percibe una gran presencia de «mentira» en el espacio público, señaló el peligro de la exclusión «que por el momento no se realiza de forma violenta» sino mediante «más o menos veladas amenazas de exclusión». En todo caso, el célebre filósofo francés, catedrático en La Sorbona y en la Universidad de Múnich, expresó que su «único temor» es que «las generaciones futuras nos acusen de no ayudar a una generación en peligro. ¡Ay de nosotros si callamos!», exclamó, arrancando un sonoro aplauso a la sala.
Como acto final, el conjunto de los participantes se reunieron en el estado para sacarse juntos una foto de familia mientras sonaba el himno europeo.