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La división de la izquierda complica las opciones de reelección de Sánchez

La división de la izquierda complica las opciones de reelección de SánchezPaula Andrade

La fragmentación, letal

Sánchez se despeña hasta los 93 escaños, en mitad del fuego cruzado entre Yolanda Díaz y Podemos

Los primeros sondeos tras la irrupción de Sumar arrojan un brusco bajón del PSOE, que pierde tres puntos. Los socialistas solo esperan que la vicepresidenta segunda y los morados firmen la paz

Ya dice el refrán que tres son multitud, y la irrupción de Sumar en el tablero político no le ha sentado nada bien al bloque de izquierdas. De ahí que en el PSOE empiecen a cuestionarse si acaso la operación Yolanda, alimentada por Pedro Sánchez, no entraña demasiados riesgos. Si es que, finalmente, no se produce un acuerdo y Podemos acaba concurriendo a las elecciones en solitario.

El primer promedio de sondeos de Electrocracia realizado tras la proclamación de la vicepresidenta segunda como candidata a las elecciones generales arroja un enorme y brusco bajón de Sánchez, como nunca había experimentado desde que llegó a la Moncloa en la moción de censura de mayo de 2018.

Sumadas las últimas cuatro encuestas, el PSOE cae casi tres puntos, del 26 % al 23,1 %, lastrado por la novedad de Sumar, que entra en escena con un 9,8 % de intención de voto (contando a Más País, los Comunes y Compromís, que ya se han subido al barco de la política gallega). Ello viene a refutar la versión oficial que mantienen en la Moncloa y Ferraz de que Díaz no resta votos a Sánchez, sino únicamente a la abstención. «Todo lo que sea movilización del espacio progresista es bueno», mantiene, pese a todo, el orfeón monclovita. Sin esconder que lo que quieren es un acuerdo en ese espacio político.

Traducido en escaños, el despeñe del presidente del Gobierno es aún mayor. De los 120 escaños que obtuvo en las elecciones generales de 2019 pasaría a solo 93. Con esos números, para Sánchez sería misión imposible reeditar su gobierno de coalición, ni siquiera contando con ERC, Bildu y el PNV. No en vano, le faltarían 83 escaños para la mayoría absoluta que necesita para no irse directo a la oposición.

Díaz solo aportaría a Sánchez 22 diputados, que son 13 menos de los 35 que Unidas Podemos le aportó en enero de 2022, cuando fue investido presidente. Los morados, yendo por libre, conseguirían el 6,1 % de los votos y 10 escaños, de manera que harían más mal que bien al bloque de izquierdas.

Como ya contó El Debate a principios de abril, la fragmentación del voto en ese espectro amenaza con provocar una tormenta perfecta para Sánchez en 35 de las 52 circunscripciones electorales, que son todas aquellas donde hay en juego seis o menos escaños.

Si Podemos decide ir a la guerra en solitario en éstas, puede quitar votos a Sumar –o Sumar a Podemos– y quedarse ambos sin escaño, canibalizados mutuamente. Son Almería, Córdoba, Guipúzcoa, Gerona, Tarragona, Toledo, Cantabria, Castellón, Huelva, Jaén, Navarra, Valladolid, Badajoz, Ciudad Real Albacete, Álava, Burgos, Cáceres, León, Lérida, Lugo, Orense, La Rioja, Salamanca, Ávila, Cuenca, Guadalajara, Huesca, Palencia, Segovia, Teruel, Zamora, Soria, Ceuta y Melilla.

Para el candidato socialista es vital que Sumar dé el sorpasso a Vox y quede como tercera fuerza del Parlamento, pero de momento Yolanda Díaz está muy lejos de Santiago Abascal. Y más si no hay acuerdo con Podemos. Según el último promedio de Electrocracia, Vox cae dos décimas, del 14,8 al 14,6 %, pero sigue muy sólido en la tercera posición. Eso sí, con 46 escaños, seis menos que los 52 que sacó en las elecciones generales de noviembre de 2019. El partido de Abascal presume de que es más probable que ellos sean primera fuerza política que ver a Yolanda Díaz como tercera del podio.

Un abismo de 42 escaños

Con Sumar puesto en órbita política, la distancia entre Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se traduce en un abismo: el candidato popular alcanza el 31,6 % en intención de voto después de crecer tres décimas en las últimas semanas, lo que equivaldría a 135 diputados. Es decir, 42 más que su rival.

Uniendo fuerzas, el PP y Vox alcanzarían 181 diputados. Por el contrario, el PSOE, Sumar y Podemos no pasarían de los 125, un dato calamitoso. Ni siquiera en el momento de mayor fragmentación del voto de centro derecha, en las elecciones generales de abril de 2019, los tres partidos de ese espectro sumaron tan poco. En aquel entonces, el PP de Pablo Casado (66), Cs (57) y Vox (24) obtuvieron 147 escaños.

Con todo, de momento ahora la principal preocupación para los partidos políticos son las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Los socialistas creen que sus candidatos aguantarán el tirón y que los populares lo saben y por eso Feijóo está rebajando las expectativas que él mismo puso meses atrás, cuando definió el 28-M como una moción de censura contra el presidente.

El resultado de esos comicios y el desenlace del culebrón entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias, que es quien sigue marcando el paso a Podemos, serán decisivos para la batalla final de diciembre.

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