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Santiago Abascal y Cuca Gamarra hablando en el hemiciclo

Santiago Abascal y Cuca Gamarra hablando en el hemicicloEFE

Vox espera a que el PP dé el paso para negociar gobiernos: «Mano tendida, pero muy firmes»

Desde la formación de Santiago Abascal subrayan que los populares son quienes tienen que iniciar las conversaciones. Insisten en que no regalarán sus votos, porque supondría traicionar a sus votantes

Cuando quedaba algo menos de un mes para las elecciones del 13 de febrero en Castilla y León, Santiago Abascal trasladó con rotundidad en uno de sus mítines: «Quien quiera que entreguemos los votos gratis al PP que vote al PP». Ha pasado más de un año de aquellos comicios que auparon a Vox hasta la vicepresidencia de la Junta, pero ese mismo mensaje ha vuelto a resonar con fuerza en los actos que el líder del partido ha protagonizado durante la precampaña y la campaña para este 28-M.

La noche electoral de este domingo dejó en claro, entre otras cosas, que la suma de la derecha puede arrebatar muchos gobiernos a la izquierda. A nivel autonómico, el de la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares y Extremadura. «En lo que de nosotros depende no habrá gobiernos de izquierda, pero no solo depende de nosotros», expresó Abascal desde la sede nacional en Bambú. El tiempo de las negociaciones ha empezado a correr, coincidiendo con una nueva precampaña para las generales anticipadas del 23 de julio.

Vox se encuentra a la espera de que el Partido Popular dé el paso y se siente a hablar con ellos, al ser la formación de Alberto Núñez Feijóo la que tiene que formar gobierno. «Es el Partido Popular quien tiene que iniciar conversaciones», señalan a El Debate fuentes cercanas a Abascal, que recuerdan que no son los representantes de Vox los que tienen que posicionarse como candidatos a presidir los Ejecutivos locales o regionales.

Y es que, si bien este puede tener la llave para que se formen hasta seis gobiernos autonómicos, los populares insisten en su intención de gobernar en solitario y se muestran reacios a pactar con el partido de Abascal. La postura de Vox es clara: «Mano tendida, pero muy firmes en lo que vamos a solicitar», aseguran estas fuentes, que recalcan que no traicionarán a sus votantes, y por lo tanto, no regalarán votos a cambio de nada. «No existe esta opción», aseveran, y emplazan al PP a explicar qué les ofrece y qué garantías les da para que se cumpla.

En Extremadura, la candidata del PP, María Guardiola, la misma noche electoral afirmó: «Va a hacer falta que Vox me apoye, no va a hacer falta que entre en el Gobierno». Cuenta con 28 diputados, que con los 5 de Vox sumarían la mayoría absoluta en la Cámara. Este miércoles, aseguró que está dispuesta a hablar con Vox, pero también apuntó que el del PP es «el único programa de futuro, de cambio y de gobierno» que existe en la región.

Jorge Azcón en Aragón, o Carlos Mazón en la Comunidad Valenciana también han comunicado su deseo de gobernar en solitario. En los tres casos necesitarían el voto favorable de los de Abascal. En Baleares y en Murcia bastaría con la abstención. En Cantabria, otra de las comunidades donde Vox terminó el 28-M con la posibilidad de facilitar o no el Ejecutivo regional, el presidente en funciones, Miguel Ángel Revilla, manifestó que no «obstaculizará» un gobierno del PP para que no entre Vox.

Dos cuestiones en las negociaciones: sacar a la izquierda y que no sigan aplicándose políticas de izquierda

Durante esta campaña, Vox ha lanzado dos mensajes clave: el primero, que no quieren un mero «relevo» en los cargos de gobierno, sino una «alternativa», un cambio de 180 grados, y el segundo, que la prioridad no es solo desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa, sino que esta es la condición necesaria para el verdadero fin, que no es otro que desalojar las políticas de la izquierda, desde la legislación de género o la de memoria hasta la climática. En este sentido, Abascal ha vuelto a instar a Núñez Feijóo a decidir entre «alternativa o continuismo».

Como remarcan las citadas fuentes, de cara a las negociaciones hay dos cuestiones fundamentales: sacar a la izquierda y que no sigan aplicándose políticas de izquierda. Según explican, el PP tiene que decidir si se sienta a hablar con Vox, si decide no sentarse o si prefiere sentarse antes con el PSOE. «Quien tiene que arbitrar la forma de quitar a la izquierda es el PP», inciden, y concluyen: «Vamos a ser leales y honestos».

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