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Sánchez usó el Falcon para ir con su mujer y 25 personas a un acto de la Internacional Socialista

Sánchez usó el Falcon para ir con su mujer y 25 personas a un acto de la Internacional SocialistaMarta de Osuna

Sánchez usó el Falcon para ir con su mujer y 25 personas a un acto de la Internacional Socialista

El presidente volvió a usar el Falcon y los servicios de seguridad del Estado para asistir al Foro de la Internacional Socialista que coincidía con la XXVIII Cumbre Iberoamericana

Pedro Sánchez volvió a utilizar en el extranjero el mismo truco del que se sirve en España para movilizar el Falcon en eventos partidistas: si aquí acude a mítines del PSOE organizando visitas institucionales paralelas sin gran enjundia, afuera hace lo propio para lucir como líder de la Internacional Socialista.

Eso hizo el pasado mes de marzo en un viaje por todo lo alto, acompañado por su mujer, Begoña Gómez, y un séquito de 25 personas, en un viaje a la República Dominicana en el que participó en un cónclave de la principal organización socialista internacional aprovechando que iba a participar en una cumbre iberoamericana oficial.

Así consta en la documentación oficial a la que ha accedido este periódico, donde se reconoce el uso del célebre avión presidencial para un asunto de partido, pero se esconde el coste global de la excursión y la identidad de los acompañantes, incurriendo por enésima vez en un comportamiento reprobado incluso por la Audiencia Nacional, que le recriminó su opacidad para revelar los detalles de los viajes privados de Sánchez con recursos públicos.

En esta ocasión el motivo oficial fue la celebración de la XXVIII Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno, un evento que hizo coincidir con la celebración del primer Foro Regional de Gobiernos Progresistas de la región de América Latina y el Caribe de la Internacional Socialista, la organización presidida por Pedro Sánchez.

De esta forma, Sánchez volvió a prevalerse de su condición de presidente del Gobierno para cargar a cuenta del erario público los gastos de su viaje privado como presidente de la Internacional Socialista para reunirse con mandatarios afines.

Unos gastos que incluyen también el del personal con un nivel inferior a 28 en la Administración, que «debido a su condición de personal técnico no está relacionada con la finalidad del viaje, sino que actúan para hacerlo posible».

Moncloa no ha querido detallar los gastos del citado viaje, pese a que se han solicitado expresamente por El Debate, con distinción de los gastos repercutidos respecto de la Cumbre Iberoamericana y los de la presencia de Sánchez en el acto de la organización socialista que preside.

Asimismo, Moncloa también ha rehusado explicar si en la expedición había otros acompañantes que no formaban parte de la delegación de Presidencia del Gobierno, en la que sí consta Begoña Gómez y sorprende la ausencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares.

Es, en definitiva, una muestra más del uso de los recursos públicos y presidenciales para fines de partido y personales. Todo ello, a pesar de que desde la Secretaría General de Presidencia del Gobierno se haya afirmado que «no organiza actividades del presidente del Gobierno ajenas al ejercicio su cargo, a excepción del mantenimiento de la seguridad», según consta en un documento de la Secretaría General de Presidencia del pasado mes de abril y que obra en exclusiva en manos de este periódico.

En él se admite que el presidente del Gobierno viajó hasta la República Dominicana «con motivo de la XXVIII Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno, haciendo uso en su desplazamiento de los medios aéreos que ponen a su disposición las Fuerzas Aéreas españolas, dependientes del Ministerio de Defensa».

Además, el escrito pone de manifiesto el enorme séquito que acompaña a Sánchez en este tipo de desplazamientos. Presidencia reconoce que, al menos, 25 personas acudieron a la República Dominicana como parte de la delegación presidencial, entre los que se encontraba también la esposa del presidente, sin una agenda conocida pero a buen seguro productiva para afianzar relaciones públicas interesantes en su faceta laboral como responsable de un máster de Transformación Social en la Universidad Complutense.

Sánchez

Moncloa se niega a detallar el gasto que ha supuesto para las arcas públicas el desplazamiento y la estancia de Sánchez, junto a su mujer, en República Dominicana, ya que, según explican, «los viajes en delegación del presidente del Gobierno, por sus características y complejidad, requieren de una organización y ejecución que conlleva movilizar a personal de diferentes departamentos y perfiles y en diferentes tiempos y etapas del desplazamiento, con el fin de atender los compromisos de Gobierno de España, cumpliendo los requisitos de seguridad y representación que requiere cada actuación».

Moncloa añade que, con fecha 20 de abril, «dada la complejidad de la tramitación económica de un viaje internacional en delegación, a fecha de esta resolución aún no se ha efectuado la liquidación de la totalidad de los gastos, por lo que no existe documento o contenido que recoja la información solicitada».

Se constata una vez más cómo el presidente aprovecha su agenda oficial para embarcarse en actos partidistas, algo que parece que no va a cesar pues, si revalida el cargo volverá a hacerlo. De hecho, al cierre de la reunión en República Dominicana, se acordó que se llevaría a cabo un Foro de Gobiernos Progresistas de seguimiento a nivel mundial en septiembre de 2023, coincidiendo con la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, informa Alicia Martín Villamuelas.

Enganchado al Falcon

Lo cierto es que, en la práctica, Sánchez se ha comportado con los recursos públicos como si estuvieran a su libre disposición, con una reiteración sorprendente: solo en la primera mitad de 2019, según la investigación de El Debate, hizo al menos 33 desplazamientos aéreos por toda España sin tener nada en la agenda pública de la Presidencia del Gobierno, y se le vio en todo caso en actos internos del PSOE alejados de sus funciones institucionales.

El 12 de enero de 2019, por ejemplo, acudió a Barcelona a presentar al candidato del PSC a la alcaldía, Jaume Collboni, un día en el que la agenda de Moncloa no incluía ninguna actividad oficial de Sánchez, que comenzó una gira política por toda España que le llevó a Burgos, Canarias, Valencia, Aragón, el País Vasco, entre otros destinos.

Todo ello lo negó, lo protegió como secreto de Estado o simplemente rechazó explicarlo o conocerlo hasta que la Audiencia Nacional le sentenció con una advertencia que, de ser para otro dirigente político conservador, tal vez hubiera desatado una ola de protestas del PSOE y Podemos:

«Cuesta entender que Presidencia del Gobierno carezca de información sobre los desplazamientos privados del Presidente del Gobierno», reza el fallo judicial que hizo saltar el montaje de Sánchez para utilizar el Falcon o el Puma a su antojo.

Solo en mantenimiento, los cinco Falcon 900 y los dos Airbus A310 a disposición de Pedro Sánchez y de sus ministros, disponen de una línea de crédito de 90 millones de euros, a los que hay que sumarle el coste de tripulación, comitivas, queroseno y demás apartados necesarios para ponerlos en el aire.

«Pedro Sánchez considera que los medios públicos son suyos, pero son de los españoles, y no se los dan para que abuse de ellos, sino para que les dé la utilización razonable en el desempeño de sus funciones. Es un déspota», señaló entonces la portavoz parlamentaria y secretaria general del PP, Cuca Gamarra, tras las primeras revelaciones de El Debate sobre el uso indiscriminado del Falcon, que siguen siendo objeto de una polémica incesante que le llevó al líder socialista a hablar de ello en El Hormiguero hace unos días, aseverando que él lo usaba como antes lo hicieron todos los presidentes. Pero sólo a él le han recriminado su comportamiento instancias oficiales.

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