Investigación
La gran mentira de Sánchez con el Falcon: alargó su viaje para verse con socialistas y volvió más tarde que el Rey
Sánchez mintió en público y atacó a El Debate diciendo que fue a la República Dominicana al lado de Felipe VI: hoy publicamos la prueba de que se quedó más tiempo para una reunión de socialistas y pasó la factura al Estado
Pedro Sánchez mintió públicamente en Telecinco, durante una entrevista con Ana Rosa Quintana, y acusó a este medio sin citarlo de fabricar un bulo para hacer pasar su presencia en la XXVIII Cumbre Iberoamericana, celebrada en la República Dominicana el pasado mes de marzo, como una excursión lúdica «con mi mujer y 25 amigos».
La realidad es bien distinta y Sánchez la falseó para tapar que, además de acudir a ese encuentro en una delegación encabezada por el Rey de España, él se sirvió de los recursos públicos puestos a su disposición como presidente para organizar otra reunión privada con dirigentes de una organización, la Internacional Socialista, de la que él mismo es líder, lo que le llevó a prolongar su estancia y a pasarle la factura de todo ello al Estado.
La ofensiva de Sánchez contra El Debate comenzó nada más publicarse el pasado domingo la primera información, que daba cuenta de los hechos, con una serie de mensajes en Twitter del dircom del PSOE, Ion Antolín, en los que denigraba a este periódico y le acusa de elaborar «fake news», asegurando en falso también que este diario escondía la presencia de Sánchez en la citada Cumbre e incluso desmintiendo que en la expedición hubiera habido 25 personas porque en el Falcon solo caben 19 viajeros.
El Debate añade hoy nuevos datos que no solo corroboran su información, ya perfectamente incontestable desde el primer momento con un documento oficial de la propia Moncloa, sino que agravan el comportamiento de Sánchez con los recursos públicos y evidencian la cadena de mentiras con los que ha tratado de esconderlos.
Para empezar, nadie tapó nunca su presencia en Santo Domingo para participar, junto a Felipe VI, en el encuentro con otros presidentes y jefes de Estado latinoamericanos: el acto fue público, se celebró los pasados 24 y 25 de marzo y de él dieron constancia la práctica totalidad de los medios de comunicación españoles, tal y como consignaba El Debate en las primeras líneas de su información.
Pero lo que Sánchez intentó ocultar es que se sirvió de todo el dispositivo presidencial para celebrar otro acto partidista y ajeno a su condición de jefe del Ejecutivo, con un gasto imputado a las arcas públicas del que su propio Gabinete no puede dar cuentas, tal y como figura en el informe firmado por su Directora de Asuntos Jurídicos, Beatriz Pérez, en el que se distancia de ese acto paralelo y llega a afirmar que, al no ser una actividad del presidente del Gobierno, no está organizado por Moncloa, pero fue financiado con presupuestos públicos.
Ese acto se celebró, después de la Cumbre, y gracias al inmenso dispositivo creado para Sánchez como presidente del Gobierno: solo pudo acudir a esa cita privada de la Internacional Socialista porque tuvo el desplazamiento, la comitiva y el hospedaje sufragado por el Estado, justificado por un evento oficial ajeno a ese encuentro estrictamente socialista.
«La función de organización de actividades del presidente del Gobierno se circunscribe a aquellas actividades de carácter público, vinculadas a su condición de jefe del Ejecutivo, por lo que este órgano no organiza actividades del Presidente del Gobierno ajenas al ejercicio de su cargo, a excepción del mantenimiento de seguridad», reza el citado informa de la propia Moncloa, con número de serie 00001-00078422, en posesión de El Debate.
Sánchez mintió en Telecinco y atacó a El Debate: usó recursos públicos para prolongar su estancia en la República Dominicana para un acto privado socialista
Es decir, es la propia Presidencia del Gobierno quien reconoce, por escrito, que Sánchez disfrutó de los medios públicos a su disposición para participar en un encuentro privado, tan ajeno a sus funciones que su propio Gabinete se desentiende de su organización.
Pero hay más. La mentira de Sánchez y de su dircom sobre las personas que lo acompañaron y su condición también queda desmontada con otro documento, al que ha accedido este periódico, en el que se detalla una a una su identidad, su cargo y el número total.
Viajó con 25 personas
Se trata, tal y como reveló El Debate, de una formidable comitiva de 25 personas, encabezada por Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, y repleta de cargos de alto rango pero también de perfil bajo del gabinete personal del líder socialista: desde simples vocales de la Secretaría de Estado de Comunicación o de Asuntos Exteriores hasta responsables de protocolo del máximo nivel.
El listado íntegro, en posesión de este periódico, refleja uno a uno la identidad de todas las personas que viajaron al Caribe con el presidente del Gobierno, y casi con total seguridad tuvieron que esperarle allí hasta que terminara su reunión con socialistas, al margen de la Cumbre, con el subsiguiente gasto que eso comportó, también sin aclarar.
La trampa del PSOE llegó hasta el punto de asegurar que la información era falsa porque toda esa gente no cabe en un Falcon, a sabiendas de que ése es el nombre con el que popularmente se conoce a cualquier aeronave de la flota oficial, aunque el modelo sea un Airbus, de mayor capacidad y utilizado precisamente para este viaje, en el que además se movilizaron además otros aviones «de repuesto» del célebre modelo Falcon con el sobrecoste que eso comporta.
Todos ellos forman parte de las aeronaves del Grupo 45 de las Fuerzas Armadas del Ejército del Aire, con base en el aeropuerto de Torrejón de Ardoz (Madrid), dedicado al traslado de autoridades.
A más inri, la excursión debió tener un formidable coste para el erario pero, casi cuatro meses después, La Moncloa es incapaz de evaluar con excusas sorprendentes recogidas en el mismo documento oficial:
«Dada la complejidad de la tramitación económica de un viaje internacional de la delegación (…) aún no se ha efectuado la liquidación de la totalidad de los gastos, por lo que no existe documento o contenido que recoja la información».
Sánchez mintió en público
Pero hay más. Sánchez se parapetó en el Rey, en la entrevista con Quintana en Telecinco, para ocultar su encuentro con la Internacional Socialista, simulando una agenda idéntica a la de la Casa Real que justificaba el uso de todos esos medios públicos.
Y eso también es falso. Porque don Felipe volvió a España nada más terminar la Cumbre Iberoamericana, el mismo 25 de marzo, en un Airbus con número AME 4598 y matrícula T.22-1. Pero Sánchez se quedó con su esposa en la República Dominicana un día más y aterrizó en España el lunes 27 de marzo, tal y como muestran las hojas de vuelo de la flota institucional española a las que ha accedido este periódico, escondidas en el informe oficial de La Moncloa donde sí se reconoce que no organizaron desde allí el encuentro de la Internacional Socialista.
Sánchez se quedó más tiempo que nadie para mantener ese cónclave de la Internacional Socialista, y obligó a una aeronave institucional a quedarse con él para trasladarle a España, todo ello para poder participar en un encuentro partidista, pagado así con dinero público.
En concreto, Sánchez aterrizó en Torrejón de Ardoz en la madrugada del lunes 27 de marzo, dos días después del fin de la Cumbre Iberoamericana, en un Airbus A310, con el número de registro AME4505 y «matrícula» T.22-2. Y además, el gasto se disparó por la permanencia un día más en el Caribe de un segundo avión, un Falcon 900 de apoyo, con el número de registro AME 4509 la identificación, que llegó a España el lunes 27 tras hacer escala para repostar en las Azores.
Es decir, Sánchez fletó un Falcon para ir a Bruselas; después hizo ir allí un Airbus con el que voló a la República Dominicana y ambos aviones se quedaron más de un día más en aquel país, antes de retornar a España, esperando a que terminar su foro de la Internacional Socialista. Y todos los gastos se los cargó al Presupuesto del Estado, aunque ahora Moncloa no es capaz de decir cuál fue el importe.
El contraste con Felipe VI, al que Sánchez utilizó para camuflar su agenda privada, es abrumador: el Rey sólo permaneció para los actos oficiales de la Cumbre Iberoamericana y volvió a España el día 25, nada más concluir el encuentro oficial con todos los Jefes de Estado y presidentes, tal y como consta en la página oficial de la Casa Real, como hubiera podido hacer Sánchez de no ser porque decidió servirse del dispositivo oficial para celebrar una reunión de partido.
Ese cónclave socialista desmonta la teoría que el presidente difundió en público, atacando a este medio en tono ofendido, según la cual se le reprochaba el gasto de un acto oficial que él mismo atendió junto al Rey y demuestra que se sirvió de los recursos públicos para una actividad privada que luego intentó esconder.
De hecho, en el informe oficial de La Moncloa, se oculta premeditadamente la fecha de vuelta del avión que devolvió a España a Sánchez, consignando exclusiva la de salida hacia la República Dominicana desde Bélgica, adonde el líder socialista había llegado previamente en un Falcon, que intercambió por un Airbus A-310, con número de indicativo de vuelo AME 4505, para poder llegar a Santo Domingo sin tener que hacer escalas en las Azores.
En el informe de Moncloa se elude decir que Sánchez aterrizó en Torrejón de Ardoz en la madrugada del día 27 de marzo, más de un día después que Felipe VI, y se limita a señalar arteramente el del salida, sin precisar que fue desde Bruselas, con fecha 24 de marzo.
Sánchez hizo ir a Bruselas a un Airbus, tras llegar allí en Falcon, y después fletó ambos aviones a la República Dominicana y les hizo esperar a que terminara su acto socialista
También se deja sin respuesta el detalle de los «medios empleados» para la expedición, con toda seguridad para no confesar que además de regresar más tarde por acudir al «guateque» socialista, mantuvo con él a dos aeronaves hasta su retorno, un Falcon 900 y un Airbus A-310.
La razón de esa demora, que el Rey no tuvo porque en su caso sí se limitó a ejercer de Jefe de Estado en la Cumbre oficial, fue el ágape socialista en la noche del 25 marzo, que obligó al avión presidencial y a otro Falcon más a quedarse en la República Dominicana y al Estado a sufragar todos los gastos de Sánchez y de su esposa hasta su retorno a Madrid en la madrugada del 27 de marzo.
Del intento de camuflar el desvío de fondos públicos para permitirle a Sánchez presidir actos privados que alargaron su viaje, dan cuenta otros datos: de un lado, puso en la agenda una breve reunión con el presidente dominicano el día 26, pese a que había estado reunido con él en la víspera en la propia Cumbre. De esa supuesta cita, además, no existe constancia gráfica ni documental alguna en la propia web oficial de La Moncloa.
Y de otro, se escondió que el despliegue real movilizado por el secretario general del PSOE incluyó dos aviones, un Falcon 900 que usó primero para ir a Bélgica a un Consejo Europeo y luego envió a la República Dominicana, y el Airbus que le llevó desde Bruselas a Santo Domingo y de allí a Madrid.
Cuando Sánchez aterrizó en la base torrejonera, don Felipe llevaba ya más de un día en España. Él, claro, no tenía «fiesta» de la Internacional Socialista, aunque la cuenta la abonaron los españoles.