La Audiencia Nacional admite la denuncia de DyJ contra las exhibición de fotos de etarras
Pide informes a los cuerpos policiales antes de tomar una decisión sobre la retirada de las imágenes de los presos, todos ellos con condenas de sangre
El Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional ha admitido a trámite la denuncia presentada este mismo jueves por la asociación de víctimas del terrorismo Dignidad y Justicia por la colocación en la txozna (caseta) de una de las comparsas Bilbao de decenas de imágenes de presos de ETA, todos ellos condenados con delitos de sangre.
Concretamente, la denuncia se refiere a la colocación de 19 relojes con el nombre de otros tantos terroristas aludiendo al tiempo que falta para que sean puestos en la calle. La propia asociación recordaba en su denuncia que forma parte de una «performance» iniciada años atrás en la que se indicaba los kilómetros que había a las cárceles donde se encontraban los presos. Ahora, como ya están todos en las prisiones vascas y navarras, dan un paso más en la exhibición e indican ejemplifican en un reloj las horas y minutos que faltan para que salgan a la calle.
No obstante, antes de ordenar que se quite el mural donde se concentran todos estos elementos, la Audiencia Nacional ordena sendos informes tanto a la Guardia Civil como a la Policía Nacional y a la Ertzaintza «sobre las circunstancias concretas en las que fotografías de miembros de la organización terrorista ETA que actualmente cumplen condena por delitos, entre otros, de asesinatos terroristas, aparecen colocadas en la caseta de la comparsa Txoribarrote».
El asesino del padre
Además, pide otro informe «sobre la pertenencia de los homenajeados con la exhibición de sus rostros a la organización terrorista ETA, entre ellos Harriet Iragi, condenado por ser el autor material del asesinato de Luis Portero», que es el padre del presidente de la asociación Dignidad y Justicia, Daniel Portero.
A este respecto, Daniel Portero aseguraba que «tengo que soportar año tras año, como se loa y exalta a los asesinos de mi padre, colocando sus fotos de forma tan ostentosa y en lugar privilegiado y aprovechando un ambiente lúdico y festivo con gran afluencia de gente, durante las fiestas de la Semana Grande de Bilbao, a modo de recuerdo y anhelo pidiendo su libertad, a pesar de estar cumpliendo condena por, entre otros, haber asesinado a mi padre».