La Princesa jura la Constitución con una ovación cerrada de las Cortes y la ausencia de los aliados de Sánchez
La heredera al trono asumió formalmente este martes 31 de octubre su compromiso de guardar y hacer guardar la Carta Magna, adquiriendo plenamente su papel como futura Reina de España
Desde antes de las nueve de la mañana se respiraba en las calles aledañas al Congreso de los Diputados un aire de expectación ante un día histórico como el que toda España iba a presenciar este 31 de octubre. Banderas nacionales colgando de los balcones e imágenes de la Princesa Leonor en las vallas publicitarias para remarcar la trascendencia de este día en que la heredera al trono cumple 18 años, y con la mayoría de edad, iba a prestar juramento a la Constitución, como hizo su padre, el Rey Felipe VI hace 37 años, sobre el mismo ejemplar de la Carta Magna.
Más de media hora antes de que empezara la ceremonia solemne, los diputados y senadores ocupaban sus asientos. Algunos se hacían fotos delante del estrado presidencial. También iban llegado los presidentes autonómicos a la tribuna de invitados, todos a excepción del lehendakari Iñigo Urkullu, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, que no pudo asistir debido a que este martes se aprobaban los presupuestos autonómicos.
Llegaban también a esta tribuna los expresidentes del Gobierno. Primero Felipe González, minutos después Mariano Rajoy y José María Aznar, y finalmente José Luis Rodríguez Zapatero, que conversaban de forma cordial y saludaban a otras autoridades allí presentes.
Eran muchos los que estaban, pero también fueron muy sonadas las ausencias de los aliados independentistas de Pedro Sánchez. Ya habían anunciado que no acudirían ni los diputados de ERC, ni los de Junts, ni los de Bildu ni los del PNV, y desde Sumar, solo asistiría una representación formada por su líder, la vicepresidenta en funciones Yolanda Díaz, su portavoz Marta Lois y los miembros de la Mesa; el resto de parlamentarios de su grupo tenían libertad para decidir asistir o no. Sonadas también fueron las ausencias de hasta tres ministros del Gobierno en funciones: Ione Belarra, Irene Montero y Alberto Garzón.
Pasadas las once horas llegaba la comitiva que acompañaba a la Familia Real a la Carrera de San Jerónimo escoltada por la Guardia Real. La multitud de ciudadanos que la aguardaban la recibieron con aplausos y vítores, ondeando las enseñas nacionales. La heredera y su hermana saludaban desde el coche. Ante la imponente fachada de la Puerta de los Leones, sobre la que colgaba el baldaquino, los presidentes del Congreso, del Senado, del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial recibían a los Reyes, a la Princesa y a la Infanta, y también al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que les acompañaba.
Tras los saludos a las autoridades, pasadas las 11:15 entraban en el hemiciclo en primer lugar los miembros de las mesas de ambas Cámaras, los presidentes del Tribunal Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial y el jefe del Ejecutivo. El silencio reinaba desde hacía unos minutos entre los diputados, senadores, invitados, otras autoridades y periodistas en el salón de plenos esperando la entrada de la Familia Real por el estrado presidencial de la Cámara Baja.
Un aplauso sonoro les daba la bienvenida. Se abría la sesión y el letrado mayor del Congreso pronunció el acuerdo adoptado por el Consejo de Gobierno adoptado el pasado 10 de octubre y acto seguido intervino la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, que señaló que este acto histórico «muestra el compromiso de la Princesa heredera con nuestra ciudadanía» y es «la expresión pública del respeto a nuestra Constitución y al resto de nuestro ordenamiento jurídico».
Doña Leonor, puesta en pie, sobre el ejemplar de la Carta Magna, pronunció su juramento: «Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y fidelidad al Rey». Armengol pronunció, como hizo el entonces presidente de la Cámara Baja, Peces Barba, los tres «vivas» a la Constitución, al Rey y a España. A ello le siguió una fuerte ovación de todo el hemiciclo que se extendió durante varios minutos. La joven heredera, visiblemente emocionada, dio un beso a sus padres los Reyes y a su hermana la Infanta Sofía, con quien como en todas las ocasiones en las que aparecen juntas, mostró su complicidad.