Fundado en 1910
La religión contiene también elementos cristianos, como la veneración de Juan Bautista al que los mandeos consideran su mayor maestro espiritual, aunque sostienen que su religión es más antigua y deriva directamente de Adán. Sin embargo, su imagen de Juan Bautista no corresponde del todo al de la Biblia y consideran a Jesucristo como un falso mesías. El libro santo de los mandeos se llama Ginza Raba. Es un compendio de historias, oraciones y tratados teológicos dividido en dos columnas, una dedicada a los vivos y la otra, escrita en sentido contrario, al más allá. Además existen varios libros de rezos, entre ellos la Qolusta. Todos los textos sagrados están escritas en lengua mandea, una variante del arameo oriental, pero a diferencia de los textos cristianos utilizan un alfabeto propio, el mandeo, derivado del arameo. Símbolo mandeo ante un templo en Erbil, Kurdistán iraquí | © I. U. T. / M'Sur Símbolo mandeo ante un templo en Erbil, Kurdistán iraquí | © I. U. T. / M’Sur Es imposible convertirse al mandeísmo, y sólo los hijos nacidos de padre y madre mandea cuentan como miembros, de ahí que el matrimonio constituya un elemento esencial de la organización social. Casarse con alguien que no pertenezca a la religión es motivo de expulsión, y es imposible recuperar la condición de mandeo, una vez perdida. Bautismo Los templos mandeos, llamados mandá, están normalmente situados cerca de un río, dado que la purificación mediante agua corriente es un elemento fundamental de la religión. Esta purificación puede consistir en bañarse, beber el agua del río o sumergir en él a cualquier animal antes de sacrificarlo. El rito más importante es el bautismo, que se realiza de forma pública y colectiva en determinados días del año. Hombres y mujeres se visten de blanco para la ocasión y se sumergen en el río. El símbolo de los mandeos es una cruz de madera coronada por una rama de olivo y de la que cuelga un manto blanco. Se llama ‘drabsa’ y normalmente se encuentra ante sus templos, colocada encima de una fuente de agua. En el mandeísmo existe una clara división entre creyentes y clero; los miembros más iniciados de la clase religioso reciben el nombre de nazoreos. Existe un cargo de dirigente espiritual, llamado rishamma, y su ocupante es votado en asamblea por siete años, con posibilidad de ser renovado o relevado al cabo de este tiempo. Votan tanto hombres como mujeres; la igualdad entre ambos sexos es habitual en todos los niveles de la vida comunitaria, aunque prácticamente todos los iniciados religiosos de altos niveles son hombres, lo que tendría su explicación en que las mujeres se consideran impuras durante los días de la regla. Los mandeos creen que al cometer un asesinato, tanto asesino como víctima irán a las ‘regiones inferiores’, reservados a los pecadores (no existen los términos de paraíso e infierno). De ahí que renuncian a cualquier acto violento, así sea en defensa propia. Incluso al sacrificar animales o aves se invoca el perdón de Dios; es un rito que sólo debe ser realizado por un religioso. No se puede comer cerdo ni tampoco sacrificar ganado vacuno; y en todo caso nunca se debe matar un animal hembra. mandeosDifusión La inmensa mayoría de los mandeos —unos 60.000— vivían en Iraq, con una comunidad de unos 10.000 en el suroeste de Irán, en la región de Juzestán. Esta situación cambió tras la invasión estadounidense de Iraq en 2003, ya que el fanatismo religioso fomentado por la invasión persigue a este colectivo, realizando incluso «conversiones forzosas». Esta persecución es un fenómeno reciente, dado que tradicionalmente, los teólogos islámicos identifican a los mandeos con los sabeos, una religión que es mencionada tres veces en el Corán (suras 2,59; 5,73; 22,17). Allí se considera una de las cuatro «religiones del libro» monoteístas —junto a cristianos, judíos y musulmanes — que adoran al mismo único dios y deben ser respetadas. Hasta hoy, en Iraq se conoce a los mandeos con el nombre de ‘subba’ o ‘sabiun’. La gran mayoría de los mandeos habla hoy árabe iraquí, aunque entre las comunidades en Irán, concretamente en la ciudad de Ahvaz, se mantienen familias que hablan aún neomandeo, es decir una variante del arameo.

AFP

Judíos alertan de antisemitismo en los colegios españoles: «Hay niños que son insultados y acosados»

En un comunicado, la FCJE y la Plataforma contra el Antisemitismo advierten de que «hay niños que tienen miedo de decir que son judíos o israelíes en sus colegios»

La Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) y la Plataforma contra el Antisemitismo han alertado de la aparición de incidentes antisemitas en universidades, institutos y colegios de todo el país a raíz de la guerra entre Israel y Hamás.

En un comunicado, la FCJE y la Plataforma contra el Antisemitismo advierten de que «hay niños que tienen miedo de decir que son judíos o israelíes en sus colegios» y de que «hay niños que son insultados y acosados en la calle porque son judíos o israelíes».

También denuncian que «hay profesores que utilizan las aulas para hablar del conflicto con una visión sesgada» y añaden que «circulan panfletos contra Israel por institutos y colegios y se están convocando concentraciones en el ámbito educativo con lemas que criminalizan a todo un país».

A su juicio, es «muy peligroso e intolerable que se adoctrine en el entorno escolar» a los menores y, por ello, exigen a las autoridades educativas y políticas, a los profesores y a las familias, «responsabilidad y posicionamientos firmes contra el antisemitismo y contra el discurso de odio contra Israel».

«Hay que proteger a los jóvenes del acoso, la marginación y la exclusión social», insisten.

Por su parte, la embajada de Israel también ha manifestado su «más rotunda condena» y su «total indignación» por las «huelgas y concentraciones anti israelíes» convocadas por parte de centros educativos españoles y ha denunciado «numerosos casos de acoso y agresiones» contra alumnos judíos e israelíes.

«En estas convocatorias se acusa a Israel de genocidio, asesinar a civiles y niños, etc. Esta obsesión anti israelí contrasta con el vergonzoso silencio que se mantuvo en relación con los crímenes contra la humanidad perpetrados por Hamás el 7 de octubre, con cerca de 1.400 personas bárbaramente asesinadas y el secuestro de 239, en su mayoría civiles», lamenta la embajada.

Asimismo, considera «aún más grave» los «numerosos casos en los que los alumnos judíos e israelíes han sido objeto de agresiones físicas y verbales, acoso, discriminación» en colegios, institutos y universidades, y echa «en falta» la «adopción de medidas para evitar estos incidentes y el silencio de la comunidad educativa y de las autoridades correspondientes».

Por ello, exige que se «ponga fin» a «cualquier manifestación de antisemitismo», que se proteja a los alumnos y que se prohíba la organización y convocatoria de actos antisraelíes por parte de los centros educativos.

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