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El momento más polémico del año, el hecho por el que Hermoso se convirtió en un símbolo para parte de la poblaciónGTRES

Audiencia Nacional

El juez propone juzgar a Rubiales por el beso no consentido a Jenni Hermoso

El magistrado Francisco de Jorge también incluye al director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, al ex entrenador de la selección femenina Jorge Vilda y al ex responsable de marketing de la Federación Rubén Rivera, por las presiones a la futbolista

Rubiales tendrá que sentarse en el banquillo. El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha propuesto juzgar al expresidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales por el beso no consentido a la jugadora de la selección española Jennifer Hermoso tras la final del pasado mundial, celebrada el 20 de agosto en Sídney (Australia). El magistrado también ha incluido como procesados en la causa al director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, al exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda y al ex responsable de marketing de la Federación Rubén Rivera por las presiones posteriores a las que se sometió a la jugadora para que accediese a realizar una manifestación pública afirmando que lo ocurrido había sido consentido por ella.

En el auto de pase a procedimiento abreviado, en el que se da por finalizada la instrucción, que se ha trasladado este mismo jueves a las partes, al considerar que se han practicado todas las diligencias pertinentes, el juez concluye que el beso a la jugadora «no fue consentido» sino «una iniciativa unilateral y sorpresiva» del investigado.

Y, todo ello, con independencia de que la finalidad erótica o no del mismo, o su posible explicación como resultado del estado de euforia y agitación experimentado por Luis Rubiales a consecuencia del extraordinario triunfo deportivo previo de las jugadoras a las que representaba sean elementos cuyas consecuencias jurídicas deberán valorarse durante el desarrollo de las vistas del juicio oral ante el órgano competente para el enjuiciamiento de los hechos.

El instructor de Jorge ha explicado que, en este momento procesal, su función se limita a apreciar que existen indicios suficientes de la comisión de los hechos narrados en su auto y que, al tener los mismos relevancia penal, es perfectamente sostenible conformar una acusación por dicha vía para depurar las presuntas responsabilidades atribuibles a cada uno de los autores.

Sin embargo, también ha entendido el magistrado que no es preciso hacer una calificación detallada, ni precisar los concretos tipos penales que podrían ser atribuidos, puesto que basta con la apreciación de que en la más severa de las calificaciones posibles no excederían del ámbito de penas que se encuadran dentro del procedimiento abreviado. En este caso, indica que el beso en los labios «afecta a la esfera de la intimidad reservada a las relaciones sexuales, en particular en el contexto de dos personas adultas».

Respecto a la conducta de los otros tres investigados, el juez considera que existen indicios de la existencia de una acción concertada de los tres, acordada con Luis Rubiales, «para doblegar la voluntad de Jennifer Hermoso Fuentes y conseguir que accediera a grabar un vídeo en el que dijese que el beso había sido consentido». Estos hechos, según el juez, podrían ser constitutivos de infracción penal conexa con el delito principal indiciariamente atribuido a Luis Rubiales, incluso con independencia de que pudiera, eventualmente, tener naturaleza de delito leve, algo que no se prejuzga en este auto.

Las «presiones» crearon «ansiedad» e «intenso estrés» en la jugadora

Así las cosas, la resolución acordada hace un pormenorizado relato de lo sucedido el día de los hechos en Australia y detalla cómo el 20 de agosto de 2023, en Sídney, con ocasión de la entrega de medallas a las jugadoras de la selección española, tras la final del mundial de fútbol, y en el momento en que Jennifer Hermoso recibía el saludo protocolario y la felicitación del presidente de la Federación, Rubiales sujetó la cabeza de la jugadora con ambas manos, a la altura de los oídos, «y de manera sorpresiva e inesperada propinó un beso en los labios de la jugadora, que no se apercibió de la intención del querellado de besarla en los labios ni dio su consentimiento para ello».

Concluye el juez de las investigaciones practicadas que, en dicho contexto, la jugadora «desconcertada y sorprendida por el inesperado beso en los labios, no tuvo tiempo de reaccionar». Y aunque, de acuerdo con el relato del juez, Hermoso «trató de restarle importancia en un primer momento y continuar celebrando el histórico triunfo» de la Selección, conforme iban pasando las horas la euforia del triunfo fue «dando paso al malestar y al sentimiento de haber sido ofendida» por la acción relatada. Un malestar que fue en aumento ante las presiones de Rubiales y de su círculo próximo para que manifestase de forma pública que el beso había sido consentido.

De hecho, en el vuelo de regreso a España, Rubiales trató de conseguir que Hermoso «accediese» a hacer una comparecencia conjunta para decir que lo ocurrido contaba con su aprobación y había sido consentido, «a lo que la jugadora se negó, expresando su malestar». Ante lo que, tras pedir consejo a su equipo técnico, el querellado instó al seleccionados nacional femenino Jorge Vilda para que «hablase con el hermano de la futbolista y convencerla de que participase en la realización de un video con el contenido pretendido».

Vilda buscó en el avión al hermano y, en el transcurso de la conversación, le advirtió de que si su hermana no accedía a participar en el vídeo, «su negativa tendría consecuencias» para ella y experimentaría «perjuicios en su carrera profesional».

Una vez ya en España, y siempre por encargo de Rubiales, fue Rubén Rivera, el responsable de marketing de la Federación y encargado de la logística del viaje de la selección a Ibiza, quien pidió a Jennifer Hermoso, «de manera reiterada y persistente que hablase por teléfono con el responsable de integridad» e la entidad. Rivera, siempre según el relato del juez, le insistió en que debía participar en el vídeo exculpando a Rubiales, a lo que la deportista le comunicó que no deseaba hablar de este tema.

Las presiones a las que se sometió a la jugadora crearon en Jennifer Hermoso una situación de ansiedad e intenso estrés

A pesar de la «clara negativa de Hermoso, con expresión de su hartazgo», Rubén Rivera, incidió de manera reiterada para que hablase con Albert Luque, también con la intención de insistirle para que participara en el vídeo. Jennifer Hermoso contestó por WhatsApp a Luque, nuevamente, rechazando hablar con él. Tras la negativa a éste, Rivera insistió de nuevo a través de una amiga de la jugadora para que la convenciera de que tenía que hablar con él.

Como la estrategia no surtía efecto, Luque dio un paso más personándose en el hotel e intentando forzar a Jennifer a hablar con él para convencerla de participar en el vídeo. Insistió por medio de WhatsApp a la jugadora y también de forma personal a la amiga de Jennifer para conseguir el encuentro.

Finalmente, ante la rotunda negativa, Albert Luque envió un mensaje de WhatsApp a la amiga de Jennifer, insistiendo en su petición de ayuda para justificar la conducta de Rubiales. En ese mensaje expresaba su enfado, «acusándola de mala persona, deseándole que se encuentre muy sola en la vida y anunciándole que se alegrará de que eso suceda».

Por todo ello, la resolución judicial acuerda dar traslado a la Fiscalía y al resto de las acusaciones personadas en la causa para que, en el plazo máximo de 10 días, soliciten la apertura de juicio oral, formulando escrito de acusación o en su caso el sobreseimiento de la causa.

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