El crimen de Borja Villacís se pudo evitar: Kevin tenía una condena firme de cuatro años y tres meses
Kevin es para la Policía Nacional una de las dos personas que acribilló a Borja Villacís, hermano de Begoña, exvicealcaldesa de Madrid. Apretó presuntamente el gatillo hace una semana, pero la pregunta es: ¿Qué hacía en libertad? ¿Por qué no estaba en prisión?
El Debate ha tenido acceso a una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 27 de junio de 2019. En la misma se narran los siguientes hechos probados: «Se considera probado que el acusado Kevin P. E., sin antecedentes penales, sobre las 17:10 horas del 3 de marzo de 2018, en compañía de un varón cuya identidad no ha sido establecida, llamó repetidamente al timbre de la vivienda sita en una calle de Madrid, de la que es titular Javier E.». Básicamente estaban intentando robar.
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El hijo de Javier abre la puerta y según la sentencia: «le arrinconaron contra la pared. Mientras el acusado le encañonaba orientando hacia su cabeza una pistola, su acompañante le amedrentaba con una navaja, al tiempo en que le exigían que les entregara el dinero y las joyas que hubiera en la vivienda o le cortarían el cuello y un dedo».
Esa fue la amenaza, mutilarle y matarle. Así «consiguieron que les entregara 300 euros y 200 dólares en metálico. Tras registrar distintas estancias de la vivienda, se apoderaron de un ordenador en formato Tablet, tres teléfonos móviles y diversas joyas consistentes en relojes y gemelos de caballero, colgantes, collares, pendientes y un anillo. El acusado y su acompañante abandonaron la vivienda al aparecer el dueño de la misma con su hija menor de edad».
Más allá del enorme susto, el ordenador y los móviles fueron tasados en 1.035 euros, mientras que el valor de tasación pericial de los relojes, joyería y bisutería ascendió a 8.375 euros. Las pruebas eran claras: la víctima reconoció en tres ocasiones a Kevin. «Una primera vez, a través de un reconocimiento fotográfico, una segunda vez por los reconocimientos en rueda, y por último en el mismo juicio», reconoce la sentencia. Pero es que además encontraron una huella suya sobre un estuche de joyería sobre una cama de la vivienda asaltada.
Kevin debería haber ingresado en prisión, pero nunca lo hizo. Se escapó durante años y nadie le fue a buscar para ponerle las esposas y llevarlo a la cárcel. De haberlo hecho, durante 2020 o 2021, en el momento del crimen de Borja todavía habría estado entre rejas. Además de que la sensación de impunidad de no cumplir la condena pudo presuntamente animarle a matar: quizá creyó que también le saldría gratis.