Sospechas de amaño por la adjudicación en solo 9 minutos del caso de Nacho Cano a la juez del novio de Ayuso

En los juzgados de Plaza de Castilla de Madrid no existe el reparto exprés, ni la policía puede decidir que juez investiga un asunto. Sería un despiporre y una ausencia absoluta de justicia. Por esa razón, como Nacho Cano no pasó a disposición judicial, su atestado y el del resto en las mismas circunstancias, se presentan en el decanato y allí se reparten por orden, sin que los investigadores pueda saber dónde va a caer el asunto.

No pueden elegir al juez de instrucción, porque si no siempre seleccionarían a la persona que más les beneficiase. En este proceso como mínimo se suele tardar un día, aunque lo habitual es que sean varios o incluso hasta tres meses (conozco algún caso). En el caso de la investigación contra Nacho Cano ocurrió el milagro: el tema se le endosó en solo 9 minutos a la misma jueza que trata de determinar si la pareja de Isabel Díaz Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid, cometió algún ilícito penal.

¿Casualidad? ¿Se lo dieron a Su Señoría a dedo suponiendo una determinada tendencia política? Fuentes cercanas al musical Malinche sospechan que sí. Que hubo interés en que esta jueza se encargara del asunto. Por esa razón han presentado un escrito para que se investigue si se cumplieron las órdenes de reparto para perjudicar a Nacho Cano o si se respetó la legalidad. De hecho notan cierta hostilidad en Su Señoría y un trato de favor claro hacia la denunciante, a la que ha permitido no declarar en dos ocasiones.

La propia juez se lo ha mandado al decanato, quién sabe si preocupada porque la hayan querido utilizar. Si no se cumplieron las normas de reparto, ¿quién está detrás de esta trampa a la justicia? La probabilidad de que la investigación contra Nacho Cano cayese en el mismo juzgado que lleva las pesquisas contra el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, es realmente baja: «Hemos calculado que la probabilidad de que ocurriese era de 1,8 %», dice una fuente cercana a Nacho Cano.

La situación es grave porque de no respetarse las órdenes de reparto todo lo realizado por la magistrada del juzgado de instrucción 19 de Madrid no valdría para nada: quedaría anulado de raíz.