Cómo se ha forjado la relación de Abascal con Le Pen, Orbán y Meloni o la búsqueda de un gran grupo europeo
Fuentes cercanas al presidente de Vox destacan su capacidad para establecer una relación de confianza con líderes distintos, así como la de ejercer de «pegamento» entre fuerzas políticas diferentes
Con la mirada puesta en el largo plazo, Santiago Abascal y Vox, junto a la Fundación Disenso, han ido tejiendo una fuerte red de alianzas internacionales entre partidos diferentes pero unidos por una serie de valores comunes y también de amenazas comunes, y un enemigo común: el globalismo, entendido este como una ideología que acaba con el concepto de Estado nación y con la soberanía de las naciones. De esas primeras reuniones con líderes que aún no eran, como lo son ahora, primera fuerza en sus países o gobernantes de sus países se llega hoy a esa amplia agenda internacional, parte de ella consolidada en torno a Patriots en Europa y proyectada en ese deseo aún intacto de crear un gran grupo en Europa y alianzas más allá del continente, a lo que apeló el propio Abascal cuando fue nombrado presidente del partido europeo.
Cabe recordar que cuando Giorgia Meloni y Javier Milei fueron invitados por Santiago Abascal al evento Viva que Vox organiza anualmente, en 2021 en el caso de la líder italiana y al año siguiente en el del mandatario argentino, todavía no eran presidentes de sus respectivos países, es más, ambos eran objeto de fuertes críticas y ataques por buena parte de la clase política. El propio Milei, hoy referente de las políticas liberales, señaló que el líder de Vox fue el único que le «abrazó» cuando nadie le quería. En ambos casos, se han mostrado apoyo mutuo durante estos años, en mítines, en actos y en procesos electorales, y han destacado su relación de amistad.
Paralelamente a la relación con Meloni para colaborar desde un primer momento en el ámbito de la batalla cultural, Abascal también va construyendo alianza con otros líderes europeos con los que puede encontrar afinidad en algunos postulados. Uno de los primeros encuentros que mantiene con Marine Le Pen tiene lugar en 2017, en la ciudad francesa de Perpiñán, cuando todavía Vox no había logrado representación -su irrupción se produce tras las elecciones andaluzas de 2018-.
Y en el caso de Víktor Orbán, una de sus primeras reuniones públicas fue en 2020, cuando ambos coincidieron en la Conferencia Nacional de Conservadurismo en Roma. En aquella ocasión, Abascal abordó con el primer ministro de Hungría cuestiones como la inmigración ilegal y la defensa de las fronteras o la crisis demográfica en Europa.
Dos momentos clave
Como señalan fuentes conocedoras, «ha sido muy importante la capacidad que tiene Santiago (Abascal) de establecer relaciones de confianza con otros líderes». Destacan dos momentos clave a lo largo de estos años, en ese marco de cooperar y crear una gran alianza que responda a las «amenazas globales», como son el globalismo, el wokismo en sus diferentes vertientes o, en el caso de Europa, la deriva de la UE.
El primero, la Cumbre de Madrid, que se celebra en enero de 2022. Este encuentro reunió en la capital española a Le Pen, a Orbán, y a otros líderes europeos, como el entonces primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, además de un representante de Fratelli d'Italia (el partido de Meloni), entre otros, y tuvo como objetivo reflexionar sobre el futuro de Europa ante la «deriva globalista» de la Unión Europea. Pero además, en él, pocas semanas antes de que estallara la guerra en Ucrania, se firmó una declaración en la que se condenaron las «acciones militares» de Rusia en la frontera oriental de Europa. Esta cumbre constituye la primera foto de varios partidos europeos juntos, reunidos por Vox.
El segundo momento es el Viva 24, celebrado el pasado mayo en Madrid, unas semanas antes de las elecciones europeas. Este reunió no solo a líderes europeos, como Orbán, Meloni (que intervinieron telemáticamente), Le Pen, Moraviecki o el portugués André Ventura, también a Milei, al chileno José Antonio Kast, al ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel y combate contra el Antisemitismo, Amichai Chikli; y los norteamericanos Matt y Mercedes Schlapp, representantes de la American Conservative Union, cercano a Donald Trump. «Es otra gran imagen histórica», recalcan las citadas fuentes, que lo describen como una nueva expresión de esa búsqueda por crear un gran grupo.
El paso a Patriots
La noche electoral del 9-J, el jefe de la delegación europea de Vox, Jorge Buxadé, señaló como conclusión de los comicios que Europa Viva 24 había ganado. «Es una derrota de la vieja y decrépita Bruselas y una victoria de Europa Viva», celebró. Al mes siguiente, el partido de Abascal anunció que dejaba el grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) y pasaba a formar parte en la nueva legislatura del recién creado Patriotas por Europa, impulsado por Orbán, por ser la opción que más les representaba entonces y «la alternativa al consenso de populares, socialistas y extrema izquierda» en el Eurocámara que venían denunciando en la campaña. Fuentes del partido señalan que todo ha sido «un paso natural» y remarcan que Giorgia Meloni, presidenta del ECR, no solo tuvo pleno conocimiento del cambio, sino que se llegó a pactar con ella el momento de materializarlo.
No obstante, como ha venido subrayando el propio Abascal y Vox tras la salida, su relación con la primer ministro italiana y su partido, Fratelli d'Italia, sigue intacta aunque estén en distintos grupos. Algo que, como apuntan las fuentes consultadas, se refleja en varios hechos concretos: en la declaración que impulsa Foro Madrid (iniciativa de Disenso) contra el fraude electoral en Venezuela, que firman todos los eurodiputados de Fratelli, también los de Fidesz (el partido de Orbán); en la participación de Carlo Fidanza, jefe de la delegación europea del partido italiano y hombre de confianza de Meloni, en el Encuentro Regional de Foro Madrid que se celebró en Buenos Aires; y, más recientemente, en la cena que mantuvieron Abascal y Meloni la víspera del Consejo Europeo en Bruselas.
La semana pasada, Abascal fue elegido presidente de Patriots en la Asamblea que celebró el partido en París. Según fuentes cercanas al presidente de Vox, primaron tres aspectos a la hora de elegir su candidatura: por un lado, su relación de confianza con distintos líderes; por otro, su capacidad de «pegamento» entre formaciones diferentes, y también su peso internacional.
Esto último se ha evidenciado con las relaciones que ha logrado cosechar también fuera de Europa, como en Iberoamérica y en Estados Unidos, como se ha visto, por ejemplo, con su encuentro con Donald Trump este año y su participación en el evento conservador CPAC en Washington. En ambos casos, como recalcan desde el partido, ha tenido un papel clave la Fundación Disenso, siguiendo el proyecto marcado por Abascal y con la colaboración con think tanks internacionales.
Que Santiago Abascal ostente desde ahora la presidencia del que es el tercer grupo mayoritario en el Parlamento Europeo no solo tiene relevancia a nivel europeo, sino también a nivel nacional. «Si algo se está demostrando, como con el caso de la DANA, es que las formaciones políticas españolas, salvo Vox, no tienen un proyecto nacional ni internacional. Se basan en puro tacticismo para alcanzar el poder sin saber para qué se quiere el poder. Vox tiene un proyecto político nacional e internacional y tiene muy claro para qué quiere el poder», afirma Jorge Martín Frías, director de Disenso y eurodiputado de Vox, en declaraciones a El Debate. A su juicio, también refleja otra cosa, que es un partido «útil», y pone el ejemplo reciente de lo ocurrido con la candidatura de Teresa Ribera, que saldrá adelante tras un acuerdo entre populares y socialistas. «El PP ha sido incapaz de convencer al PP europeo, porque en el fondo lo que hay es un puro teatro. Y Vox está demostrando que es capaz de que su grupo entero vote no a Teresa Ribera», subraya.