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Alberto Núñez Feijóo y Cuca Gamarra en el Congreso

Alberto Núñez Feijóo y Cuca Gamarra en el CongresoEuropa Press

El PP arranca el año con la intención de compatibilizar la fiscalización al Gobierno con sus propuestas

Los populares vienen recriminando a Sánchez que no hay una agenda política, sino una «agenda judicial» que acorrala a su Ejecutivo, a su partido y a su entorno

«2024 es el año en el que la política de este país se ha ido alejando de la gente, paso a paso, día a día, durante estos doce meses y es nuestro deber recuperarla», afirmó Alberto Núñez Feijóo en su balance de año a finales de diciembre, aludiendo al goteo casi diario de informaciones sobre casos de corrupción, imputaciones o cesiones al independentismo. «Con este Gobierno, el escándalo político se ha convertido en algo cotidiano», denunció.

El líder del PP auguró entonces que este 2025 del Gobierno «discurrirá entre los juzgados, Waterloo y quizás algo de Franco», dadas las investigaciones que se siguen en los tribunales sobre los casos de corrupción del Ejecutivo, el partido y el entorno de Pedro Sánchez, las reuniones y negociaciones que vendrán con uno de sus socios indispensables, el partido de Carles Puigdemont, y los actos que el Gobierno prepara por el 50 aniversario de la muerte de Francisco Franco.

Y ante ello, el PP quiere ejercer una doble labor: fiscalizar al Gobierno, poniendo en el foco su corrupción y sus actuaciones polémicas, y a la vez lanzar desde las instituciones una serie de propuestas ante los problemas de «la España real» y no de los políticos, dado que consideran, y así se lo recriminan al Gobierno de Sánchez en el último año, que en España hoy no hay una agenda política, sino una «agenda judicial». Reivindica una política útil, que el presidente de los populares sintetizó con esta idea: «La política debe consistir en algo más que competir con el adversario. Muy mal le iría a España si la única ambición de la oposición fuese ser mejor que el peor Gobierno».

Y en este planteamiento de ofrecer propuestas a los ciudadanos han incidido los dirigentes populares los primeros días del año. «Vamos a seguir en 2025 haciendo compatible el control riguroso a la acción del Gobierno con la propuesta y el diseño de alternativas para el futuro de los españoles», señaló el portavoz Borja Sémper, que lamentó que, por el intento de dividir de Sánchez, la política se haya convertido en algo «irrespirable». Aludió a algunas de ellas, por ejemplo, en materia de vivienda, con una ley que, como confirmó la secretaria general, Cuca Gamarra, llevarán al Congreso este mismo mes, o en materia de conciliación, que, dado que en la Cámara Baja ha sido vetada, la presentarán en el Senado.

La formación, y así lo expresó Feijóo, quieren que vuelvan a estar «en el primer plano político» los problemas de las familias, de los jóvenes, de los autónomos y las empresas. A ello se refirió también la vicesecretaria de Organización, Carmen Fúnez, que defendió que su partido trabaja con esa «España real», de la que, a su juicio, «huyen» Sánchez y su Consejo de Ministros. «El PP está decidido en 2025 a ser alternativa, cambio y a generar esperanza entre los ciudadanos», aseguró.

Lo hacen además en un escenario en el que, junto a los escándalos que cercan al Gobierno, impera la inestabilidad y la debilidad parlamentaria del Ejecutivo, que ha llevado a esa prórroga de los Presupuestos y a no poder sacar adelante más que 23 textos legales en 12 meses, como recordó Miguel Tellado. El portavoz parlamentario popular recalcó que han aprobado más de 200 acuerdos propuestos por el PP, entre proposiciones no de ley y mociones, y más de la mitad han salido adelante sin el apoyo del PSOE, lo que evidencia que «no hay mayoría de Gobierno en España».

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