El hermano de Sánchez se comunicaba con un funcionario de Moncloa con el alias ‘Azagra009’ y éste le respondía: «Querido hermanito»

El músico David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se intercambió decenas de mensajes con el funcionario de La Moncloa que usaba como secretario a través de su cuenta de correo electrónico de la Diputación de Badajoz. El Debate ha tenido acceso a la totalidad de estos archivos, donde se aprecia cómo el hermano de Sánchez usaba el alias Azagra009 para escribir los mensajes y el funcionario, llamado Luis María Carrero Pérez, le respondía llamándole «querido hermanito». Poco después, este funcionario fue trasladado a la ciudad extremeña y en la actualidad trabaja junto al músico.

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha registrado en tres ocasiones la Diputación de Badajoz. Entre el material que intervino se encuentran las cuentas de correo electrónico del hermano de Sánchez, del presidente de la Diputación, el socialista Miguel Ángel Gallardo, y de una decena de altos cargos, muchos de ellos del PSOE, que participaron en la elaboración de la plaza que ocupa a día de hoy el músico. Durante el análisis que están llevando a cabo los investigadores, los agentes han descubierto que el hermano del jefe del Ejecutivo, además de su cuenta oficial, cuenta con hasta cuatro direcciones distintas de correo.

Con una de ellas, cuyo usuario es Azagra009, un juego de palabras entre el nombre artístico del músico y una combinación de números, constan varios mensajes intercambiados con el funcionario Carrero Pérez, que estuvo destinado en La Moncloa y que posteriormente fue trasladado a la Diputación de Badajoz. Tal y como ha desvelado este periódico, antes del traslado el funcionario ejercía como secretario de David Sánchez. El músico y el funcionario, que usaba como alias Cuerda110, utilizaban cuentas de correo paralelas a las oficiales para tratar temas que tenían que ver con la organización de eventos dependientes de la corporación provincial pacense.

Prácticamente en todos los mensajes que constan en el material que obra en poder de los agentes de la Policía Judicial, el funcionario saluda a David Sánchez diciendo: «Querido hermanito». También se refiere a él como «irmãózinho» (traducido del portugués: hermanito). Ambos entraron en contacto cuando Carrero Pérez aún se encontraba en La Moncloa. Durante ese tiempo, tal y como se revela en los mensajes, actuaba como si fuera su asesor. En concreto, trabajaba en el departamento Unidad de Mensaje del Gabinete de Presidencia del Gobierno.

Si bien comenzó a trabajar en la Diputación de Badajoz hace varios meses tras solicitar un traslado voluntario, en uno de los correos electrónicos que se intercambia con el músico sostiene: «A la espera de ver si me echan o no de Moncloa esta semana». Otro de los mensajes que demuestran que Carrero Pérez aún trabajaba en el complejo presidencial mientras ayudaba al músico es del 30 de octubre de 2023. En un correo electrónico de ese día despidió de él así: «Te dejo, que atacan los monclovitas». Posteriormente añadió: «Beijinhos» (traducido del portugués: besos).

Trabajando aún en el complejo presidencial, este funcionario, en la práctica, ya trabajaba para el hermano de Sánchez. Se trata de un caso similar al de la secretaria que tenía Begoña Gómez, la mujer de Sánchez, extremo por el que está siendo investigada, entre otros temas, por el magistrado Juan Carlos Peinado, titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid. Este uso de personal público para asuntos privados, tal y como explican a El Debate varios abogados penalistas, podría ser constitutivo de un delito de malversación.

«El delito de malversación gira en torno al desvío de fondos públicos por parte de una autoridad o funcionario público en beneficio propio o de terceros», explica uno de los abogados. «Las gestiones que llevó a cabo esta asesora en ningún caso fueron en beneficio de Presidencia del Gobierno, que es para quien trabaja, sino para ayudar en sus negocios a la mujer del presidente, que es distinto», continúa. «Y no se nos olvide, todo ello cobrando un salario público», concluye.