
Pedro Sánchez en la reunión de la OTAN
Sánchez no fue invitado a la cumbre de la OTAN con Zelenski, pero quiere liderar la UE sin más gasto militar
Moncloa admite ahora que Sánchez no fue convocado por el Secretario General de la OTAN a la Cumbre de diciembre celebrada con Zelenski a la que asistieron mandatarios de varios países para analizar el envío de una misión de paz a Ucrania
Pedro Sánchez viajó el pasado lunes a Ucrania para intentar erigirse en la oposición internacional a Donald Trump, pero la realidad es bien distinta y el peso del presidente del Gobierno español es liviano pese a sus gestos de cara a la galería, tal y como demuestra un documento en propiedad de El Debate en el que la propia Moncloa revela que el líder socialista no fue invitado a la cumbre de urgencia entre la OTAN y el presidente Zelenski celebrada hace apenas dos meses.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció hace solo unos días en su intervención en la Cumbre internacional de líderes en apoyo a Ucrania que se celebró en Kiev que España ofrecerá a ese país «un nuevo paquete de asistencia militar por valor de mil millones de euros en 2025». «Seguiremos apoyando a Ucrania todo el tiempo necesario», remarcó el presidente. Y es que, Sánchez está empeñado en liderar una Europa unida que guíe los pasos para negociar las condiciones para el fin de la guerra después de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca que pretende negociar un final para la guerra de Ucrania sin Ucrania. De hecho, el presidente del Gobierno remarcó, en la reunión de urgencia convocada días atrás por Emmanuel Macron, que «la salida tiene que contar con la implicación activa de la UE y de Ucrania en esas conversaciones de paz para que no sean un cierre en falso, como ha ocurrido en el pasado».
Sin embargo, pese a que Sánchez aspira a liderar Europa, la realidad es bien distinta, pues su peso internacional es cada vez más débil y su situación interna no es mucho mejor, pues mientras pide unidad en Europa, negociaba con el separatismo el perdón de la deuda catalana, rompiendo así el principio de igualdad entre regiones.
España no participa en este formato de debates
El ejemplo más claro ha sido la Cumbre celebrada el pasado mes de diciembre por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en su residencia oficial de Bruselas con la intención de reforzar el apoyo a Ucrania, y a la que Sánchez no fue convocado, a pesar de que desde el Gobierno se dijo que España no suele participar en este formato de debates. Moncloa reconoce ahora en un documento de la Secretaría General de Presidencia fechado el pasado 30 de enero, al que ha accedido en exclusiva El Debate, que Sánchez no fue invitado por el secretario general de la OTAN al encuentro celebrado con Zelenski. En el citado encuentro se analizó el envío de una misión de paz y el presidente Zelenski manifestó que era una muy buena oportunidad para hablar «de las garantías de seguridad para Ucrania hoy y mañana».En la citada Cumbre del pasado 18 de diciembre sí estuvieron presentes otros líderes europeos como Olaf Scholz, Giorgia Meloni, Antonio Costa o Ursula von der Leyen, o los primeros de Dinamarca y Países Bajos, Polonia y representantes de Francia y Reino Unido, según informó Europa Press.
En el actual contexto internacional los principales líderes de la Alianza han exigido al Gobierno ampliar de forma sustancial el presupuesto destinado a Defensa, lo que supone un contratiempo para Sánchez, pues enfrente está su socio de coalición, Sumar, que no está dispuesto a aceptar un aumento de la partida.
No obstante, y como informó El Debate el pasado 5 de febrero, Díaz no será un obstáculo. El Ejecutivo ha pactado una fórmula para que Sumar pueda oponerse al aumento del gasto militar de cara a su electorado, pero, a la vez, apoyarlo en la práctica. El truco consiste en no incluir el incremento del gasto militar en el techo de gasto, sino tramitarlo externamente como Programa Especial del Ministerio de Defensa.
Sánchez no sabe nada sobre el incumplimiento de gasto con la OTAN ni maneja previsiones y plazo para cumplirlo
Y es que, el secretario general de la OTAN recordó durante su visita a Sánchez a finales de enero «la urgente necesidad de invertir más ahora» en Defensa, mientras Trump, elevaba al 5% del PIB el gasto que reclama a los países aliados, Sánchez ha fijado su tope en alcanzar un 2 % de cara a 2029. De hecho, esa era la exigencia que el presidente no ha cumplido todavía y ni siquiera, tiene sobre la mesa un documento en el que se muestren las «previsiones en poder del Gobierno para cumplir con dicho compromiso», tal y como consta en el mismo documento del pasado 30 de enero.
A pesar de ello, Sánchez asistía el pasado 24 de febrero a la llama Cumbre de Líderes en Kiev. El presidente del gobierno anunciaba un nuevo paquete de asistencia militar de 1.000 millones de euros para este año.

Documento de Moncloa al que ha tenido acceso El Debate
Mientras, la posición de España a nivel internacional se debilita. Tanto es así, que Trump llegó a incluir a España como país miembro de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), un lapsus, o no, del presidente estadounidense que dio mucho que hablar, pero que en el fondo evidencia la irrelevancia de España a la hora de la toma de grandes decisiones por parte de los líderes mundiales y que refleja cómo afectan las relaciones que entabla Sánchez a la posición política de nuestro país.
De hecho, hay dos puntos clave en este asunto. En primer lugar, el empeño de Sánchez de reconocer el Estado Palestino. Un reconocimiento al que intentó arrastrar al resto de países de la UE, reuniéndose con varios líderes sin éxito, pues solo Irlanda y Noruega se sumaron a España, pero abrió una enorme brecha con Israel, al que Estados Unidos apoya sin fisuras.
A esto también hay que sumar su intento de liderar una postura común dentro de la UE en lo referente a China por la subida de los aranceles a los tres fabricantes chinos de coches eléctricos. En esta cuestión España se enfrentó a su enésima incoherencia, pues votó a favor de los aranceles en julio y tres meses después se abstuvo, para evitar las represalias de Pekín, aunque finalmente la Comisión Europea decidió mantenerlos por mayoría, lo que demuestra el papel irrelevante de España por culpa de la errática política exterior del Gobierno.