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La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, en el Congreso

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, en el CongresoEFE

Podemos intensifica los ataques a la prensa y a Ayuso como cortina de humo por el escándalo del caso Monedero

No es la primera vez que el partido morado tira balones fuera para diseminar comentarios entre la opinión pública

Cuando la credibilidad de Podemos como referente progresista pende de un hilo por el escándalo del caso Monedero, Pablo Iglesias dirigía esta semana su dedo índice directamente hacia la periodista Ana Pastor; también fijaba en su reel de X (antes Twitter) la imagen de la portada de la revista El Jueves en la que se puede ver a la misma Pastor y a los periodistas Antonio García Ferreras y Eduardo Inda inventado bulos sobre Podemos y bajo el titular «Periodismo de cloaca». Además, el fundador de Podemos y dueño de Canal Red retuiteaba a su excompañero Pablo Echenique para dejar claro que hay que «hacer periodismo al periodismo».

Al mismo tiempo, el secretario de Organización del partido morado, Pablo Fernández, comparaba las noticias aparecidas en algunos medios con piezas que «podrían haber concurrido a los Oscar en la categoría de mejor película de ciencia ficción» y, paralelamente, enfatizaba las habituales críticas hacia la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acusándola de «golpista» por pedir a la población ser valiente para lograr un cambio de Gobierno. En opinión de los podemitas, Ayuso debería de estar presa. «Ayuso debería de estar en la cárcel por sus llamadas al golpismo y su gestión de las residencias».

¿Casualidad o estrategia? Analistas políticos señalan que esta táctica no es nueva para Podemos. «La respuesta de Podemos, que está intentando por todos los medios distraer la atención pública con todos los argumentos a su alcance, tiene que ver no tanto con defender a Monedero sino porque consideran que están siendo víctimas de una campaña –de PSOE y Sumar– que va a imposibilitar su pretendido resurgir», explica Juan Carlos Jiménez Redondo, experto politólogo del CEU. «Cuando en un partido –que habla de 'nosotras'– su fundador es un miserable machista, de los tipos que en el imaginario de las mujeres de izquierda representa ese ser despreciable, y encima era uno de sus grandes intelectuales, son conscientes de que les va a hacer un daño terrible y por ello hay que generar toda una coartada de retórica para evitar que cale la idea de que escondían monstruos machistas».

El caso Monedero estalló a finales de febrero, cuando se hicieron públicas varias denuncias de presunta violencia sexual y conocidas por Podemos en septiembre de 2023. La formación justifica su gestión en el caso indicando que apartó a Monedero de sus actividades tras conocer los testimonios de dos mujeres y escudándose en el «respeto a la voluntad de las víctimas» para no hacerlo público en su momento. Sin embargo, la tardanza en actuar de manera contundente y las contradicciones en las explicaciones oficiales han puesto al partido en el ojo del huracán.

De ahí, que Podemos haya optado por una ofensiva que apunta en dos direcciones principales: la prensa y Ayuso. «Ayuso es el tótem al que atacar para la izquierda. Si eres de izquierdas, tienes que atacar a Ayuso. Y esto no es otra cosa que el infantilismo de la izquierda: considerar que haciendo a Ayuso la reina del mal van a conseguir laminarla en términos electorales, pero lo único que van a conseguir es auparla más. Ayuso les despierta una antipatía de tal calibre que, aún sabiendo que racionalmente están cometiendo una equivocación, no lo pueden remediar», reflexiona Jiménez Redondo.

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