El pacto entre Mazón y Vox descoloca a la izquierda cuando discutía sobre una moción de censura inútil

El acuerdo entre Carlos Mazón y Vox para dotar a la Comunidad Valenciana de unos Presupuestos para la reconstrucción ha descolocado a la izquierda valenciana y nacional, que ahora necesita resituarse. Mientras el PSPV y Compromís polemizaban por la conveniencia de presentar una moción de censura inútil, puesto que no tienen los votos suficientes, el presidente regional sorprendió este lunes anunciando un pacto que vale doble.

Por un lado, permitirá al Gobierno de Mazón trabajar con unas cuentas públicas pensadas por y para la recuperación de la Comunidad, sin necesidad de parchear las de 2024. A diferencia de lo que le ocurre al Gobierno de Pedro Sánchez, incapaz de sacar adelante unos Presupuestos desde la anterior legislatura. Desde 2023.

Por el otro, supone un balón de oxígeno para Mazón, ante la feroz campaña del Gobierno central, el PSOE, el PSPV y Compromís al calor de la instrucción de la jueza de Catarroja que investiga lo sucedido el 28 de octubre. Y, también, ante la presión interna de parte del PP: con este pacto, queda claro que no habrá un hipotético acuerdo entre el PP nacional y Vox para investir a otro presidente, que era una de las cábalas que circulaban.

Pasado el mediodía, la líder de los socialistas valencianos, la también ministra Diana Morant, compareció para acusar a Mazón de haber «avergonzado» a los valencianos, al haber asumido -según Morant- los postulados de Vox en materia migratoria y climática. «No es suficiente con que Mazón dimita, porque este pacto de la vergüenza ha sido aplaudido al instante por Abascal y Feijóo. Los valencianos queremos ser convocados a las urnas para echarle a usted y a Vox», señaló la ministra.

Su compañera Elma Saiz, titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la secundó: «Mazón compra el marco xenófobo y racista de Vox. Exigimos explicaciones del señor Feijóo, que vuelve a abrir la puerta de sus gobiernos a Vox. Éste sí que es un pacto de la vergüenza».

Compromís, por su parte, calificó a Santiago Abascal como el «ángel de la guarda» de Mazón. Su diputado en el Congreso Alberto Ibáñez lo definió así en X: «Tremenda humillación de VOX al PP hoy para cerrar unos presupuestos crueles, injustos e inútiles». El aludido y líder de Vox señaló en la misma red social: «Celebro las palabras del presidente de la Comunidad Valenciana. Esa es la dirección correcta: enfrentarse sin complejos al Pacto Verde y a las políticas que favorecen la inmigración ilegal. Las dos cuestiones tuvieron que ver con la tragedia de la DANA en sus causas y en la amplificación de las consecuencias por el pillaje», sostuvo.

Desde el PSOE ya están pensando cómo volver este pacto contra Feijóo. Un día antes, durante un mitin en Zaragoza, el propio Sánchez acusó al líder de los populares de no tener la valentía de pedir la dimisión de Mazón. Allí le acompañaba la nueva líder del PSOE aragonés, la también ministra y portavoz del Ejecutivo Pilar Alegría, que el pasado martes pidió la dimisión de Mazón desde la sala de prensa de la Moncloa, «por decencia y por dignidad».

El PP nacional se apresuró a aclarar que estaba «al tanto de las negociaciones», negando que Mazón hubiese actuado al margen de Feijóo, como lo hizo cuando suscribió el acuerdo de investidura con Vox 40 días después de las elecciones generales. El pasado viernes, por primera vez, el presidente del PP vinculó el futuro de su barón valenciano ya no al éxito de la reconstrucción, sino al devenir de la causa judicial sobre la DANA. Aquello se interpretó como un desmarque.

«Los planteamientos que han permitido avanzar en la configuración de los Presupuestos son consecuentes con nuestra forma de pensar y con las posiciones que venimos defendiendo. A diferencia de Sánchez, el PP no cede principios a cambio de votos», afirmaron fuentes de Génova 13. Las mismas fuentes recordaron que, hace un mes, Feijóo le dijo a Sánchez en el Congreso: «La agricultura no aguanta el dogmatismo ambiental de su Gobierno».

El portavoz del partido, Borja Semper, lo resumió así: «Estábamos informados y estamos de acuerdo. Es una de las pocas veces, por no decir la única vez en mi vida, que he visto que un acuerdo presupuestario, que lo que hace es ofrecer estabilidad y dar respuesta a los problemas de gestión cinco meses después de la DANA, parezca algo malo».