
El diputado del PP Borja Semper, defendiendo la iniciativa del PP en la tribuna
Debate de bajura
Batalla campal de todos contra todos en el primer debate sobre el gasto en Defensa en el Congreso
El PP cargó contra Vox, Vox contra el PP, el PSOE contra Feijóo, Podemos contra el resto de las izquierdas, Sumar cabalgó sus contradicciones... no salió nada en claro
El debate de las dos primeras iniciativas parlamentarias sobre el aumento del gasto en Defensa que llegaban al Pleno del Congreso, una del PP y otra del BNG, acabó en una batalla campal. En un debate de todos contra todos sin orden ni concierto, ni tampoco utilidad alguna. Más allá de permitir que los partidos de izquierdas desplegaran toda su retórica antimilitarista. Aunque, como pronosticó la diputada del PP Marta González dirigiéndose al diputado nacionalista gallego, hablarán mucho pero acabarán «plegándose» a Pedro Sánchez.
El PNV ni siquiera quiso participar en el intercambio de golpes en el hemiciclo al fragor de la guerra de Ucrania, que se produjo mientras Donald Trump y Vladimir Putin negociaban por teléfono: «No es serio que un parlamento estatal se pronuncie sobre cuestiones que desconoce antes incluso de que se acuerde un plan en Europa», señalaron los de Aitor Esteban en un comunicado, emplazándose al Consejo Europeo que se celebrará este jueves y viernes.
El PP acusó a Vox de alinearse con los intereses de Putin en el Parlamento europeo y de ser «poco patriotas en la defensa de los agricultores, los empresarios y la industria española», en palabras de Borja Sémper, que encendió a la bancada de Santiago Abascal. Vox contraatacó recriminando a los populares que se dejen «adoctrinar» por «la señora del pelo lleno de laca», que fue así como su diputado José María Sánchez se refirió a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
Podemos intentó dar lecciones al resto de las izquierdas por ser el único que se ha desmarcado abiertamente del «régimen de guerra» en el que están inmersos socialistas y populares, según el parlamentario Javier Sánchez Serna. «Ustedes no defienden Europa, defienden unas colonias europeas de los Estados Unidos que han traído de nuevo la guerra al continente», lamentó.El PSOE también fue a lo suyo y la emprendió contra Feijóo por ser «el títere de la ultraderecha, el lacayo del Ventorro» y «el único líder del mundo que no se entera de que el gran peligro de Europa son los ultras», según la portavoz socialista, Esther Peña. Junts dejó claro que lo que le interesa es que ese gasto de más se transforme en inversión en la industria del ramo. A poder ser, la catalana.
Y Sumar tenía el trabajo más difícil: cabalgar sus contradicciones y las de los partidos que integran su espacio. El grupo parlamentario de Yolanda Díaz se quedó en las musas y en el teatro para no aterrizar el debate. «No nos dejaremos arrastrar a una economía de guerra que situaría el gasto militar en los niveles álgidos de la guerra fría de los años 70, ni cobradores del frac de la Administración Trump, ni reparto imperialista de Ucrania ni división de Europa en zonas de influencia. Otro sistema de defensa es posible, basado en el multilateralismo, en la recuperación de la diplomacia, en el desarme nuclear y en la implementación del programa mínimo de urgencia de la ONU», defendió su diputado Agustín Santos.
La iniciativa del PP es una proposición no de ley que, entre otras cosas, insta al Gobierno a cumplir sus compromisos con la OTAN y la UE cuanto antes y a que cualquier decisión sobre la guerra de Ucrania o la inversión militar sea refrendada por las Cortes. La del BNG es una moción en sentido totalmente contrario, que se opone a la movilización de 800.000 millones de euros anunciada por la Comisión Europea y pide al Gobierno no gastar más y salirse de la OTAN.
Ambas se votarán el jueves, aunque ya hay algunas certezas. La más importante es que, en ambos casos, la coalición se partirá en dos. La iniciativa del PP saldrá adelante parcialmente porque el PSOE votará a favor de cuatro de sus cinco puntos, todos salvo el que insta al Gobierno a «garantizar que cualquier decisión que afecte a la posición de España en relación con la guerra en Ucrania, el vínculo transatlántico o los compromisos con la Alianza Atlántica sea debatida y aprobada por mayoría en el Congreso de los Diputados». La del BNG contará con el respaldo de Sumar, aunque no en su integridad. La formación de Yolanda Díaz presentó varias enmiendas al texto.
En los dos casos son iniciativas sin efectos vinculantes. No obstante, cuando el jueves se encienda el panel de votaciones los dos socios estarán en bandos opuestos. Desde la Moncloa subrayaron este martes que hay que «normalizar» que el PSOE y Sumar voten distinto. «Estamos en un momento incipiente de un debate muy complejo, y entendemos que entre partidos distintos podemos encontrar matices», señalaron fuentes gubernamentales.
Desde que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se reunieron el pasado martes para acercar posturas sin conseguir llegar a un acuerdo, no ha habido avances en la negociación. Porque tampoco hay nada nuevo en el ámbito europeo, según las mismas fuentes, que ponen la mira en la reunión del Consejo Europeo del jueves en Bruselas.