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Minuto de silencio en el hospital de Burgos donde trabajaba Andrea Bejarano

Minuto de silencio en el hospital de Burgos donde trabajaba Andrea BejaranoEFE

Conmoción entre los compañeros de Andrea, asesinada en Burgos: «Era muy agradable y siempre la veías sonriendo»

La joven trabajaba en el laboratorio de microbiología del Hospital Universitario de Burgos

La consternación ha cundido entre los trabajadores del Laboratorio de Microbiología del Hospital Universitario de Burgos (HUBU), el mismo donde trabajaba Andrea Bejarano, la joven de 34 años asesinada por su exmarido el pasado domingo y cuyo cadáver ha sido localizado la madrugada de este miércoles.

«Era una persona a la que queríamos mucho porque era muy agradable. Nunca la veías mala cara, siempre estaba sonriente», ha indicado Amparo García, la supervisora del Laboratorio de Microbiología, quien ha reconocido que para la plantilla de este servicio hospitalario su asesinato «ha sido un trago muy amargo».

Así lo ha indicado en declaraciones los periodistas tras el minuto de silencio, en el que han participado sanitarios del hospital, junto con autoridades como el consejero de Sanidad de Castilla y León, Alejandro Vázquez; la alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala; y el delegado territorial de la Junta, Roberto Sáiz.

Los compañeros de Andrea, de origen colombiano y con nacionalidad española, han salido a la explanada principal del centro hospitalario con imágenes de la joven, la misma que difundió la familia por redes sociales tras su desaparición y una pancarta en la que se podía leer: «Tus compañeros del laboratorio nunca te vamos a olvidar».

Abrazos, tras el minuto de silencio en el hospital de Burgos donde trabajaba Andrea Bejarano

Abrazos, tras el minuto de silencio en el hospital de Burgos donde trabajaba Andrea BejaranoEFE

García ha explicado que Andrea tenía que haber acudido a trabajar el lunes en el turno de las tres de la tarde pero no se presentó, una ausencia que comunicaron a los responsables del hospital y que les pareció extraña pues no encajaba con la personalidad ni el perfil profesional de la joven.

Andrea Bejarano comenzó a trabajar en el laboratorio del HUBU antes de pandemia haciendo sus prácticas formativas; con la covid-19 también estuvo trabajando en el servicio y luego pasó por otros como transfusiones antes de volver a microbiología, donde reconocen que era muy accesible.

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