
Imagen del yihadista detenido
Exclusiva
Unas imágenes, ADN y mucha calle para detener al asesino yihadista detrás de tres asesinatos a agricultores españoles
Mató a Pedro, José Luis y Ramón, todos agricultores mayores. Y lo hizo con gran violencia
La primera vez que Allal el Mourabit Ahammarb, el presunto asesino yihadista, mata, fue el 22 de noviembre de 2023 en las afueras de Tudela, Navarra. Elige como víctima a Pedro, un agricultor de 68 años que se dirigía a su finca para recoger aceitunas. Lo ejecuta con un cuchillo y no esconde el cuerpo. Su mujer, al ver que no regresaba a casa, se pone nerviosa y moviliza a todo el pueblo. Tras horas de búsqueda, localizan a Pedro. Le han perforado el cuerpo de lado a lado, muchas veces, con un machete. De este caso se encargó la Policía Nacional.
Mourabit deja pasar casi un mes hasta que vuelve a actuar. Lo hace en Ribaforada, a tan solo 16 kilómetros de su anterior crimen. Elige a otro agricultor: José Luis de 80 años. Lo mata cuando se dirigía a su huerto. Encuentran su cadáver cosido a cuchilladas... como el de Pedro.
En un principio este caso se trata como un accidente. Al lado del cadáver hay una segadora y, como el cuerpo tiene tantos cortes, se piensa que la máquina descontrolada se lo ha llevado por delante. De ahí la cantidad y brutalidad de las heridas. Y así habría podido quedarse si el asesino no le roba el coche a José Luis. Eso llevó a los investigadores a colegir que se trataba de un asesinato. De este caso se encargó la Guardia Civil.
A 230 kilómetros de allí, 15 días después de este asesinato, el asesino vuelve a matar. El escenario de este tercer crimen se localiza en Vilanova de la Barca, Lérida. Ramón, agricultor de 84 años es localizado salvajemente acuchillado. En este caso Ramón pilló al criminal robando en su huerta. Le increpó y eso le costó la vida. Fue lo último que vio antes de morir. Saltan las alarmas por el modus operandi.El coche fue la clave
Pero la forma de matar no vale como único argumento para conectar los tres crímenes. Los investigadores quieren certezas, no hipótesis. Y encuentran el nexo de unión. Muy cerca del escenario del tercer crimen se localiza el coche de José Luis, el que le robaron a la segunda víctima. La Policía Local de Gerona se lo encontró abandonado a 11 kilómetros del huerto de Ramón, 13 días después de su muerte.
El tercer homicidio tuvo lugar el 5 de enero de 2024, la víspera de la llegada de los Reyes Magos, y el 18 hallan el vehículo. Todo unido ya.
Pero volvamos al tercer crimen: para huir, el asesino en serie robó a Ramón el coche, un Opel Astra, y puso rumbo a Andorra. Cruzó la frontera y abandonó el vehículo en un área de servicio de Francia. Ahí se perdió su rastro. De este caso se encargaron los Mossos.
Todo hace pensar que en España hay un asesino en serie, en funcionamiento. No se crea ningún equipo conjunto ni nada por el estilo. Cada cuerpo investiga por su cuenta y pactan compartir datos. Rápido toma la delantera la UCO de la Guardia Civil. Ellos, tras un enorme trabajo de campo, de ir puerta por puerta, a la antigua usanza, localizan unas cámaras de seguridad de una vivienda cercana al segundo crimen que graban al asesino en caso de Ribaforada.
El asesino movió el espejo retrovisor antes de conducir y dejó ADN y la marca parcial de uno de sus dedos
En las imágenes se ve a una persona muy oscura de piel y con rasgos característicos. Realizan estudios fisonómicos y logran dar con varios candidatos. Reducen mucho el grupo de sospechosos, pero les cuesta ponerle nombre y apellidos.
En paralelo, el servicio de Criminalística de la Benemérita procesa el coche robado a la segunda víctima y localizado por la Policía local de Gerona. Los agentes del mono blanco analizan cada detalle ADN y media huella. El asesino movió el espejo retrovisor antes de conducir y dejó ADN y la marca parcial de uno de sus dedos. Eso sirve a los investigadores para confirmar su identidad plena. Lo siguiente es pedir la orden de detención internacional. Lo cazan en Francia.
En este caso gana la Guardia Civil porque las pesquisas de Policía Nacional y Mossos no han logrado avanzar tanto. Aunque, en realidad, lo importante es haberlo engrilletado. Lo mismo piensa la familia del criminal, que estaba hasta las narices de él. Ellos piensan que Mourabit es un enfermo mental: durante años les ha dado muy mala vida y muchos problemas. Hasta ellos se alegran de que esté entre rejas.