Hablamos de cesiones, no de transferencias
La cesión de Tráfico a la Policía Foral es un bochornoso ejercicio de genuflexión que la presidenta Chivite se ha visto obligada a hacer sólo con la motivación de mantenerse a sí misma y a su presidente, Pedro Sánchez

La Policía Foral de Navarra en labores de control de tráfico
La Junta de Transferencias Navarra-Estado avaló el pasado 25 de marzo la cesión de la competencia de Tráfico a la Comunidad Foral. Y no será este un trámite más en el interesado camino que Sánchez y su subordinada Chivite decidieron emprender al ceder ante formaciones como Bildu, que sigue sin condenar los asesinatos de ETA, por la expulsión de la Guardia Civil de las carreteras de Navarra. De hecho, propiciará la oficialidad del golpe contra un cuerpo de seguridad que siempre ha trabajado con excelencia al servicio de los navarros.
Dentro de unas semanas, esta entrega de Chivite al nacionalismo se plasmará en los boletines oficiales. Y así, quedará consumado el menosprecio al trabajo de los agentes de la Guardia Civil y el atentado al consenso democrático plasmado en el Amejoramiento del Fuero, aprobado con ausencias y votos negativos de los nacionalistas.
Quedará consumado el menosprecio al trabajo de los agentes de la Guardia Civil y el atentado al consenso democrático
Quedará confirmada la validez de este bochornoso ejercicio de genuflexión que la presidenta se ha visto obligada a hacer ante el independentismo y la izquierda abertzale sólo con la motivación de mantenerse a sí misma y a su presidente, Pedro Sánchez, un día más en el sillón del poder. Porque este acuerdo no se da entre Navarra y el Estado —como se intenta vender desde el Partido Socialista—, sino que obedece a las directrices que le marcan sus socios independentistas («enemigos de España»), de los que dependen totalmente tanto Chivite como Sánchez.
La prueba de todo esto es sencilla. ¿En qué punto del programa electoral de la señora Chivite se preveía la intención de llegar a un acuerdo para la transferencia de las competencias de Tráfico? En ninguno, mientras que en el de EH Bildu se puede leer: «Asunción efectiva de la transferencia de Tráfico por parte de la Policía Foral a la mayor brevedad». Está claro que esta medida no era una prioridad para el Partido Socialista hasta que vio que sin los votos del nacionalismo ni iba a poder gobernar ni iba a mantenerse en el poder más que unos meses. Por tanto, el PSN y el PSOE se han visto obligados a acatar aquello que les dictan sus socios -ya más que habituales en el Parlamento de Navarra y en el Congreso de los Diputados- abertzales y separatistas.El PSN y el PSOE se han visto obligados a acatar aquello que les dictan sus socios abertzales y separatistas
Estar en contra de cualquier cuerpo de seguridad es un sinsentido, sea el que sea. Es más, creemos que la Policía Foral debe poder ostentar también las competencias de Tráfico. Creemos en una Navarra autónoma siempre dentro y con respeto a España. Pero lo que jamás haremos es apoyar la servidumbre del PSN ante la intención nacionalista de expulsar a la Guardia Civil de las carreteras de Navarra. Sería infinitamente más sensato y respetuoso con el régimen foral y los agentes diseñar un acuerdo de gestión compartida entre ambos cuerpos policiales, tal y como ocurre por ejemplo en materia de transportes.
Para los actuales gobiernos de España y Navarra, la Comunidad Foral no es más que un laboratorio en el que testear las cesiones ante partidos como Bildu, que tuvo que recular en su intención de llevar en sus listas a condenados por delitos de sangre, para luego implementarlas a nivel nacional. El nacionalismo quiere borrar cualquier atisbo de españolismo para ir implementando poco a poco, con la ayuda incontestable del PSN y el PSOE y por la puerta de atrás, su programa electoral a costa de los intereses de los navarros y el conjunto de los españoles.