
Teresa Giménez Barbat
Entrevista con la ensayista
Giménez Barbat: «La presunción de inocencia del hombre fue destruida por la Ley de Violencia de Género de Zapatero»
La ex política y escritora reflexiona sobre las consecuencias perversas de las ideologías extremas y se suma a quienes piden una modificación legislativa para prohibir el hiyab en los centros escolares y el burka en el espacio público
Teresa Giménez Barbat (Barcelona) estrenaba, publicaba en 2023, un libro tan polémico como valiente 'Contra el feminismo'. El título del libro, por sí solo, despertaba controversia pero ella lo definía como «una visión científicamente documentada, exhaustiva y controvertida, abogando por un feminismo libre basado en la razón, alejado de extremismos e ideologías ».
Ahora, con el reposo de dos años en las librerías y en las estanterías de muchos españoles, cobra especial relevancia por el alcance de las declaraciones vertidas desde el Gobierno, contra la absolución del ex jugador de fútbol, Dani Alves. Giménez Barbat observó durante sus años como política en activo, en el Parlamento europeo, muchos de los hitos que han llevado hasta un discurso tan populista como peligroso y fue, en buena medida, una visionaria...
Aún queda mucho sentido común. La gente está harta de que la manipulen
-No puedo menos que empezar preguntándole por el escándalo que ha supuesto, esta semana, la reacción de hasta tres ministras, con el respaldo del Gobierno, a la absolución del ex futbolista Dani Alves. ¿Está la presunción de inocencia en riesgo?
- La presunción de inocencia de los hombres ya había sido destruida con la Ley de Violencia de Género aprobada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Cuando el feminismo hegemónico llega al poder, permite unas leyes injustas que ignoran ferozmente los derechos, las libertades y la presunción de inocencia de la mitad de los ciudadanos.- ¿Es casual que sea, precisamente, en los delitos contra la mujer donde se consiente y alimenta esta barbarie?
- En el caso de la Sra. Montero -y del resto de ministras que han querido echarle un capote- lo que se expresa básicamente es un sectarismo atroz y una ignorancia intolerable de lo que significan los derechos y libertades de las personas independientemente del sexo, raza o cualquier otro rasgo susceptible de convertirse en «identitario». Montero no debería seguir en la política, es un peligro. Aunque su jefe no ha demostrado mayor respeto y concienciación. Sólo quieren el poder.
- Los mismos que dicen defender a la mujer sean los que legislan en su contra, con la ‘Ley del sí es sí’, por otro lado. ¿Cómo conjugarlo?
- Yo creo que es ignorancia y analfabetismo super contento de haberse conocido. Son esos progres que van causando desgracias con la conciencia tranquila, pues nadie tiene nunca mejores intenciones que ellos.
La Ley del 'sí es sí' es el resultado de esos progres que van causando desgracias, con la conciencia tranquila
- Usted ha defendido, desde distintos enfoques, incluido el antropológico, la pérdida impuesta de masculinidad en el hombre…
- Yo imagino que la masculinidad no se ha perdido. Sólo que, como la han convertido en sospechosa y delito, los hombres han decidido cerrar la boca. Incluso, si les conviene política o económicamente, dar su apoyo. Algunos hasta van voluntarios a esos talleres de «masculinidades». Nada en un sociedad se sostiene si una gran parte de la población no lo apoya, sean hombres o mujeres. Pero la naturaleza siempre se abre paso. Mire a dónde se dirige ahora el voto masculino en muchos países.
- ¿Es éste 'sustitutivo' ideológico la base del nuevo creacionismo sobre el que ha escrito?
- La idea del creacionismo es que el ser humano es creyente por naturaleza y cuando las religiones tradicionales se baten en retirada, otras creencias ocupan su lugar. Al genial G.K. Chesterton, escritor inglés convertido al catolicismo, se le atribuye la frase «cuando alguien deja de creer en Dios, cree en cualquier otra cosa», aunque no existe una fuente fidedigna.
Si nos acercamos más a nuestros días, es demostrable que una vez David Foster Wallace dijo que la única opción que tenemos es «elegir qué adorar». Pues ahora tenemos lo woke que, como nuevo creacionismo, dice que un hombre puede, con solo desearlo, convertirse en mujer y viceversa. Eso no lo vimos venir.
- ¿Qué papel es el que ha tenido la educación en esta deriva?
- Muy importante. El docente, por desgracia, siempre ha tenido la tentación de no conformarse con enseñar su materia. Tiene que añadir su concepción del mundo. Tener un público cautivo que, además, tiene motivos para temerte un poco, es irresistible. Pasaba con aquellos profesores falangistas que eran un coñazo y cuya última resaca también sufrí. Y pasa con los progres, que les parece poco dar clases en un instituto para el formidable nivel intelectual que tienen. Ah, y el funcionariado y la burocracia de esas instituciones, que también se creen a veces con una misión.

Teresa Giménez Barbat en la redacción de El Debate
- ¿Y en la banalización del uso del burka en las aulas?
- Me uno a la campaña de Sonia Sierra y Elena Ramallo para presentar una modificación legislativa para prohibir el hiyab en los centros escolares y el burka en el espacio público. Desgraciadamente, políticos y legisladores se están dejando llevar en esta cuestión por una inercia que tarde o temprano acabará estallando. Yo considero el Islam una amenaza muy seria.
Yo considero el Islam una amenaza muy seria
- ¿Tiene la impresión de que tantos años de manipulación están provocando un vuelco en las nuevas generaciones?
- Bueno, la «ley del péndulo» es un clásico. Y, además, esa avalancha totalitaria de un pensamiento de izquierdas que no respeta los derechos y libertades (fíjese qué ha sido capaz de decir la ministra Montero sobre la presunción de inocencia de los hombres) ya lo está provocando. Los partidos de centro o derecha moderada deberían ser más claros y menos temerosos. De lo contrario, los jóvenes acaban votando a gente como Alvise y a otros oportunistas vacíos.
- El respaldo al 8M de este año ha sido residual… ¿síntoma?
- Bueno, porque llovía, dicen. En serio, considero que aún queda mucho sentido común y la gente está harta de que la manipulen.
- ¿Diría entonces que hay suficiente gente dispuesta a dar la batalla contra la ingeniería social?
- Algunos intelectuales y políticos tienen la tentación de pensar que todo es cultural, y que la ingeniería social (familias «alternativas», niños que tienen dentro una niña o al revés, que la propiedad es un error y que todo es de todos..) es una opción. Muchas personas creen que se puede partir de cero. Pero en la naturaleza eso no existe, y siempre se acaba imponiendo. El problema es el dolor que esto puede dejar a su paso.