Entrevista
El proyecto solidario para ayudar a los Reyes Magos: «Todos los años nos quedamos sin cartas»
Marta y Mariola impulsan cada año este proyecto con un único objetivo: que el regalo haga sentir especial, querido y valorado a quien lo recibe, sea niño o adulto
El mejor comienzo para una carta es, sin duda, «Queridos Reyes Magos (…)». Por la inocencia que refleja, por las ilusiones que antecede, por el cariño con el que se escribe y por la cantidad de sueños que se cumplen al despertar en la mañana del 6 de enero. Por eso, Mariola Barrera y Marta Hernández se han empeñado en que esa emoción del Día de Reyes no se pierda por muchos años que se tengan o por complicadas que sean las circunstancias que rodean a una familia.
Ellas llevan varios años recogiendo cartas y moviendo cielo y tierra –nunca mejor dicho– para que Melchor, Gaspar y Baltasar cumplan con su misión… Y es que, para sus destinatarios no son solo regalos, es esperanza envuelta en cariño.
–¿Cómo surge este proyecto?
–La realidad es que esta idea no es nuestra. Macarena, una amiga de Marta, lo inició y cuando tuvo que dejarlo, nosotras cogimos el testigo. Proyecto Reyes Magos es simplemente un nombre, pero no somos una ONG, ni una organización religiosa. Somos dos amigas dispuestas, que intentamos mejorar cada año la logística y, gracias a los amigos que nos rodean, podemos ir superándonos.
Sí, es cierto que las dos pertenecemos al movimiento religioso Equipos de Nuestra Señora, y todos los matrimonios y el sacerdote que forman nuestro equipo son la gasolina del proyecto: nos animan, nos acompañan, aparecen en cuanto necesitamos algo… Sin ellos, sería imposible que saliera. Además, hay una red de amigos que nos acompañan en cada paso que damos. Somos muy afortunadas.
El primer año tuvimos 65 cartas y este año en torno a unas 220. La mayoría de los voluntarios repite
–¿Y cómo es el proceso de recogida de cartas?
–Cada año, a finales de octubre, contactamos con los centros con los que ya hemos colaborado otros años para saber si nos vuelven a necesitar, este año son cinco casas de acogida en Sevilla y una en Rota, gestionadas por órdenes religiones, también una ONG que atiende a familias con niños en situación de vulnerabilidad. Desde el año pasado nos ofrecieron la posibilidad de ayudar no solo a menores, sino también a adultos de un centro de personas sin hogar. Cuando contactamos con las casas les pedimos que vayan escribiendo sus cartas donde plasmen el regalo que quieren recibir. Normalmente, marcamos un presupuesto para que no haya diferencias entre los niños que viven en un mismo centro, que sean similares y así también nuestros pajes pueden colaborar.
Hasta ahora, esa labor la hacíamos a través de correo electrónico con las cartas escaneadas. Como novedad, este año hemos tenido la enorme suerte de poder ir a recoger las cartas junto a tres carteros reales, que se han parado un ratito con cada niño, para escuchar cómo están, cómo se sienten y qué les han pedido a los Reyes. Llevamos un buzón, merienda de churros con chocolate y mucha ilusión a dos de las casas de menores. También les hemos recogido las cartas a los adultos, del mismo modo llevamos merienda y un grupo de voluntarios muy animado a cantarles villancicos.
Cuando recopilamos todas las cartas físicas empezamos la labor administrativa y las escaneamos y archivamos. En ese momento solicitamos también a las casas donde no podemos hacer cartero real que nos manden las que ya tienen por correo. Registramos todo, leemos las cartas, consultamos las dudas que podamos tener con las casas de acogida y así poder empezar la labor de asignar cada carta a un voluntario.
–¿Cómo puede una persona convertirse en voluntario?
–Los voluntarios nos llegan vía e-mail, escribiendo a proyectoreyesmagos@gmail.com, indicando nombre, teléfono y correo electrónico y nosotras les contestamos, adjuntando su carta y las instrucciones de entrega del regalo. A finales de diciembre, fijamos dos días de recogida de regalos y, a principios de enero, contactamos de nuevo con todas las casas y centros para llevárselos y que ellos los guarden hasta la noche del día 5. Así, el día 6, los Reyes Magos habrán podido llegar a todos estos niños y adultos.
Al que tiene dudas de implicarse en algo así, le diría que piense que este regalo puede ser uno que quitemos de nuestro árbol o la enésima comida de Navidad de este año. Se puede colaborar entre varias personas y ponemos mil facilidades para la compra y recogida del regalo.
Solo sabiendo que se sienten valorados y queridos, no podemos estar más felices, hace que merezca la pena cada pasito que damos
–¿Cuántas cartas se reciben? ¿La gente que regala repite año tras año?
El primer año tuvimos 65 cartas y este año en torno a unas 220. La mayoría de los voluntarios repite. Generalmente, son familiares o amigos nuestros y cada vez más se incorporan amigos de amigos… Las cartas se reparten en orden de entrada de los e-mails de los voluntarios, aunque algunas veces hemos asignado al voluntario el mismo niño del año anterior si nos lo han pedido. Podemos hacer alguna excepción si nos piden cartas específicas, pero solemos guiarnos por el orden de entrada, sobre todo por llevar un control y evitar que se nos quede alguna carta sin atender, traspapelada.
Lo más bonito es que todos los años nos quedamos sin cartas y voluntarios en lista de espera.
–En todo este tiempo, ¿ha habido alguna carta más especial?
–Nos emocionamos mucho leyéndolas, sobre todo las de los que piden para sus madres o hermanitos. Recordamos especialmente una de un niño de 11 años, que solo pedía dos collares para poder regalárselos a sus educadoras, pero nada para él, investigamos un poquito y le buscamos algo para él también. Por otro lado, están los adultos, que sabiendo el secreto del día 5 de enero, agradecen por anticipado y nos dicen que «les hace sentir valorados».
–¿Qué sensación queda cuando acaba esta particular «campaña»?
–Satisfacción del deber cumplido y de haber sido un poquito instrumento de Dios para estas personas. Nos da pena no poder ver sus caras el día que lo reciben, pero forma parte de esto… Solo sabiendo que se sienten valorados y queridos, no podemos estar más felices, hace que merezca la pena cada pasito que damos.
Como remate final del trabajo, cuando sus Majestades recogen sus cosas antes de partir al Lejano Oriente envían una carta de agradecimiento a cada uno de los pajes voluntarios que han participado ese año.
Por último, si nos leyeran desde algún centro de niños/adultos en situaciones de vulnerabilidad a los que el año que viene les gustaría que lo hiciéramos con ellos, que nos envíen un correo a proyectoreyesmagos@gmail.com