Málaga
Así es el Bosque de Cobre, la estampa malagueña más bonita del mes de noviembre
El valle adquiere este color tan característico como consecuencia de las hojas caducas de los castaños que crecen en la zona desde hace siglos
En plena Serranía de Ronda y salpicado por pequeños pueblos blancos como Pujerra, Parauta o Igualeja, se encuentra el fascinante Valle del Genal, una de las áreas menos explotadas de la provincia a nivel turístico que guarda un secreto a voces para los lugareños: su increíble y colorido paisaje otoñal.
Las hojas caducas de los cientos de grandes castaños que pueblan los bosques de este valle (algunos alcanzan los 25 metros de altura) son las encargadas de dotar al entorno de una intensa gama de ocres, dorados, amarillos y naranjas por los cuales este espectacular enclave recibe el sobrenombre de Bosque de Cobre.
El valle, además de ser un paraíso para los amantes de la naturaleza, el senderismo, el turismo rural y de todos aquellos que buscan un respiro y desconectar del mundanal ruido, es el lugar perfecto donde recoger y saborear su fruto estrella, la castaña, un verdadero manjar que los agricultores de la zona recolectan desde hace generaciones y transforman en dulces y deliciosas mermeladas artesanales, además, por supuesto, de poder degustarlas asadas.
Lo que fuera en el pasado el perfecto escondite de los bandoleros de la Serranía, hoy es el lugar idóneo para pasear y descubrir en cada visita nuevas rutas y senderos, la mayoría aptos para todos los públicos, que durante el otoño se vuelven más apetecibles y atractivos a ojos de cualquier excursionista.
De entre todos los posibles itinerarios, destaca la Gran Senda de Ronda, en la cual tres de sus etapas discurren en las inmediaciones del cauce del Genal y recorren el castañar más famoso que da nombre el Bosque de Cobre. También hay senderos más sencillos y cortos, llamados «de Pequeño Recorrido», que atraviesan el bosque en diferentes sentidos y que proponen excursiones de entre una y tres horas de duración donde el silencio, sólo roto por el crujido de las hojas al ser pisadas, cobra un impactante protagonismo.
Para aquellos que prefieran evitarse la caminata y disfrutar directamente del paisaje, existen varios miradores a lo largo y ancho del Valle del Genal para admirar el colorido de los castañares: los pueblos de Pujerra, Atajate y Benadalid cuentan con sus propios miradores, además de las bonitas vistas que ofrece la atalaya de Fray Leopoldo, en Alpandeire.
Para los que huyan de lo típico, los recodos y cerros de las carreteras del valle ofrecen panorámicas igual de bonitas y espectaculares donde capturar la esencia del otoño malagueño más puro y natural.