Michael Ferreri ha crecido en un circo y ha viajado por todo el mundo

Michael Ferreri ha crecido en un circo y ha viajado por todo el mundoCedida

Entrevista

Michael Ferreri, malabarista sevillano: «En el circo, hay años en los que trabajas 11 meses, y otros, solo tres»

  • El joven, natural de Camas, ha sido galardonado por el Ministerio de Cultura con el Premio Nacional de Circo 2024: «Cada vez que lo vea, me acordaré del trabajo y el esfuerzo dedicado»

A Michael Ferreri (Sevilla, 1996), el malabarista recientemente galardonado por el Ministerio de Cultura con el Premio Nacional de Circo 2024, la buena nueva le cogió trabajando… Pero a miles de kilómetros de su ciudad natal.

«Actualmente, estoy de gira hasta finales de octubre con el Circo Nacional de Finlandia», dice, en conversación telefónica, a este medio. «Después me iré para Alemania, para una competición internacional, y para finales de noviembre ya tengo previsto venir para España», augura. «Ahora mismo hay bastante trabajo y procuro aprovechar al máximo», reconoce, a sabiendas de que la vida nómada del circo implica pasar varios meses fuera de casa «y sin ver a la familia».

Este joven, natural de Camas, creció, como quien dice, ya en un circo. No en vano, la carpa fue su hogar al haber nacido en una familia de cuarta generación circense por parte de padre (español) y quinta por su madre (alemana).

Su padre, Miguel Jiménez Santos, conocido artísticamente como Miguel Ferreri, era un referente mundial del alambre

Su padre, Miguel Jiménez Santos, conocido artísticamente como Miguel Ferreri, era un referente mundial del alambreCedida

— ¿Cómo se inició en este mundo?

— He nacido y crecido en el mundo del circo. Una forma de vida a la que te acostumbras y a la vez disfrutas desde pequeño. Así que cuando se tiene la opción de elegir, yo lo tuve claro. Poder viajar, ver países y trabajar en un circo.

Tengo familiares que decidieron dejar el circo y pasarse a una vida, digamos, más normal, pero yo a día de hoy eso no lo contemplo

— ¿Cuándo se dio cuenta de que era bueno?

— Desde niños, estudiamos y empezamos a ensayar diferentes tipos de disciplinas, como hacer equilibrios, acrobacias, malabares… y a partir de cierta edad mis padres me dieron la opción de elegir: o quedarme en casa y seguir con mis estudios para ser médico o abogado o intentar hacer una carrera en el mundo del circo. Me gustaron mucho los malabares, aunque mi padre es alambrista, porque me llamaban más la atención, y ya me lo empecé a tomar más en serio.

— Lo de ganarse la vida en una oficina no va con usted...

— La vida da muchas vueltas, tampoco es que lo descarte, pero a día de hoy, si puedo seguir trabajando y representando a España en los mejores sitios, me gustaría seguir así porque disfruto mucho. Tengo familiares que en un momento determinado decidieron dejar el circo y pasarse a una vida, digamos, más normal, pero yo a día de hoy eso no lo contemplo.

— ¿En qué país entienden y valoran mejor la cultura circense?

— Donde más se valora es en Europa y en concreto, en los países escandinavos, Finlandia, Dinamarca, Noruega... también Alemania, donde sitúan el circo a la altura del resto de artes escénicas. Son lugares donde siempre hay muchos circos en gira.

Mi infancia fue peculiar. Cuando mis padres estaban de gira, volver a Sevilla era como estar de vacaciones

— ¿Y en España?

— He trabajado poco en España porque siempre tuve contratos en el extranjero. Como pasa en todas partes, tiene sus altibajos en función de determinadas circunstancias. Hace 40 años, con el circo de Ángel Cristo, había una cultura circense mayor. Ahora ha bajado, aunque siguen habiendo espectáculos y empresas que demuestran que hay potencial. El año pasado trabajé aquí y la gente entiende, valora lo que haces y sabe cuándo aplaudir.

— ¿Qué recuerda de su infancia en Sevilla?

— Fue una infancia bastante particular. Mis padres siempre estaban de gira, así que solo estábamos en Sevilla los momentos que ellos no trabajaban. El mundo del circo tiene estas cosas, hay años que trabajamos 11 meses, hay otros que lo hacemos solo tres, porque depende de muchos factores. Pero aunque parte de esa infancia me la haya pasado de gira, sí tengo algunos recuerdos y muy buenos de mi familia, porque estar en Sevilla era como estar de vacaciones, y de los partidos de fútbol con mis amigos de allí.

Lo que más feliz me hace es demostrar ante el público el juego de malabares con diez pelotas

— ¿Cómo le comunicaron que el Ministerio le daba este galardón?

— Estaba preparando mis cosas para la actuación y me pilló de sorpresa. Me llamaron por teléfono para decirme que estaba nominado y que el jurado había decidido que el premio era para mí. Me sigue costando creerlo porque soy muy joven, y que ellos valoren que lo merezco significa que ya he logrado muchas cosas. Cada vez que lo vea, me acordaré del trabajo y el esfuerzo dedicado.

— De todos los trucos que es capaz de hacer, ¿cuál es el que más le gusta?

— He logrado varios récords Guinness, voy por 38 si no recuerdo mal, y los he logrado por ser el malabarista o más rápido o más completo. Lo que a mí más me hace feliz es poder demostrar ante el público el juego de malabares con diez pelotas, hay pocas personas en el mundo que logran hacerlo, y por el momento, soy la única persona que lo hace en directo y a diario.

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