
La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page
La «sana» guerra entre PP y PSOE por los museos que se extiende en toda la política de Castilla-La Mancha
Los populares denuncian que la Junta ha abandonado las pinacotecas y los socialistas les responden que lo único que han intentado hacer es cerrarlos
Se prepara un Pleno el próximo jueves con la cuestión. El Partido Popular de Castilla-La Mancha, por boca de su diputado Ignacio Redondo, afirma que el Gobierno tiene abandonados los museos. Redondo asegura que su situación es la peor de toda su historia, con graves deficiencias de gestión y falta de mantenimiento, entre otros problemas.
Por su parte, la diputada del PSOE Paloma Jiménez ha respondido que los gobiernos socialistas «invierten y amplían los servicios aumentando de forma exponencial el número de visitantes que atraen» y que lo único que ha hecho su oponente es intentar cerrarlos. El PP ha puesto el foco de su denuncia en la Viceconsejería de Cultura y la Portavoz de Educación y Juventud del grupo socialista responde que solo tratan de desprestigiar dos de los mejores museos de la región.
Acusaciones y defensas. Pese al enconamiento, en Castilla-La Mancha subyace un ambiente político que quizá podría llamarse «sano» en comparación a la política nacional. En todo caso, es Pedro Sánchez quien aparece como causante de la insalubridad de la política española por unos y otros desde Castilla-La Mancha.
El PP de la región se opone como oposición y el PSOE de la región responde como gobernante con datos como la adjudicación de las obras de climatización (500.000 euros aprobados en octubre) o el importe de la climatización de emergencia o las inversiones en reformas con las que afirman que se van a batir todos los récords de visitantes.No es la de los museos la única disputa reciente, por supuesto. La estrecha colaboración entre el Gobierno autonómico del PSOE y los municipios, mayormente gobernados por el PP, remiten a una vieja política de consensos en lo fundamental que parece basada plenamente en la Transición que trajo la Constitución, al contrario que tras los límites de la «Castilla del sur» y de La Mancha, es decir, en el resto de España.

Entrevista con el alcalde de Toledo
Carlos Velázquez: «Queremos un museo de Toledo, porque no hay ciudad que explique mejor la historia de España en su conjunto»
El PSOE de Castilla-La Mancha no es sanchista, como con frecuencia suele demostrar el presidente García-Page. El PSOE de García-Page no es sectario, al menos no como el PSOE nacional que pacta con independentistas y herederos de terroristas para mantenerse en el poder. Es quizá la diferencia entre una política artera (o política simplemente) y una política ignominiosa.
La primera permite acuerdos (como el protocolo firmado este martes entre el presidente de Castilla-La Mancha y la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola) entre fuerzas políticas diferentes, más allá de la batalla que ha de darse en democracia, y la segunda solo se dirige a la disensión, haciendo ver que es justo lo contrario. Como dijo el alcalde de Toledo Carlos Velázquez: un Gobierno que se ha puesto unilateralmente «del lado de los malos».