Cinco postres tradicionales de Castilla-La Mancha que endulzan la región

Si hay algo en lo que Castilla-La Mancha destaca en el territorio nacional y en el mundo es su gastronomía. La región cuenta con 13 restaurantes con estrella Michelín en los que se fusiona la tradición y el producto de proximidad con vanguardia y suntuosidad. Sus platos típicos son sello de calidad de la materia prima y del buen hacer que ha ido pasando de generación en generación desde los tiempos del Quijote. Y si hay un tipo de elaboración que sigue siendo favorita de muchos es la de los dulces. Suelen requerir menos tiempo para prepararlos que los guisos u otros platos elaborados salados y son característicos de los diferentes festejos anuales.

Flores fritas de Ciudad Real

Este postre es típico del carnaval y de la Cuaresma. Las floretas o flores fritas se preparan con una masa hecha de huevo, leche, harina y anís, y se espolvorean, una vez fritas, con azúcar y canela. El nombre viene de la forma de flor que le da el molde que se utiliza, que debe estar bien caliente antes de mojarlo en la masa líquida, y que permitirá que la masa se endurezca con forma de pétalos. La masa es fácil de preparar y la fritura rápida de hacer, pero hay que tener mucha maña para que no se peguen al molde.

Miguelitos de La Roda

Este postre ganó fama en los años 60 cuando el pastelero albaceteño Manuel Blanco las empezó a comercializar en su pueblo, La Roda. Son hojaldres rectangulares con un relleno de crema pastelera, que se finalizan con un fino glaseado por encima. Si la masa del hojaldre no está lo suficientemente fría a meterla en el horno, no subirá tanto en la cocción y habrá que partirla por la mitad con un cuchillo para rellenarla con la crema pastelera. Es común tomarlos en la Feria de Albacete y se pueden acompañar de café, orujo de miel o sidra.

Mazapán de Toledo

Quizá el postre que más fronteras ha traspasado, el mazapán no es en su ciudad natal un postre únicamente navideño. Surgió en la famosa batalla de las Navas de Tolosa en 1212 y es muy corta y sencilla su preparación. Sólo requiere dos ingredientes base que son el azúcar y la almendra molida, y para ligarlos una mezcla de pequeña cantidad de agua, clara de huevo y algo de miel. Una vez conseguida la masa, se corta en trozos más pequeños, se moldean las formas deseadas para el postre y se pintan de yema. Para acabar, se deberán meter al horno en modo 'parrilla' durante tres minutos, para que no se cocinen.

Enaceitados de Calzada de Calatrava

Este postre es muy similar a los mantecados, pero en vez de tener a la manteca de cerdo como ingrediente principal, es el aceite el protagonista de este. Como en los demás casos, los ingredientes de este dulce son sencillos: anís, aceite, azúcar, harina y vino blanco. Además se utilizará polvo de hornear para hacer crecer la masa en el horno y una cáscara de naranja para que el aceite caliente que se utilice en la mezcla tenga un ligero aroma cítrico. Al sacar del horno los enaceitados se introducirán en un cuenco con azúcar para rebozarlos.

Hojuelas manchegas

Y, por último, otra preparación típica de Semana Santa. Las hojuelas manchegas admiten cualquier forma plegada que dé diferentes texturas y grosores a la masa. Esto se conseguirá metiendo el mango de una cuchara de palo en la sartén hirviendo con la masa y removiendo la masa hasta que se le hagan pliegues. Hay gente que incluso las prepara sin hacerles ninguna doblez, planas y circulares, tal y como entran a la sartén. Se deberán dejar dorar en el aceite por los dos lados, y cuando estén listas, se tomarán con miel, azúcar o canela al gusto.