Mario de las Heras

¿Piensan el PP y el PSOE de Castilla-La Mancha que la gente es tonta?

Suele suceder en política que lo que se dice de unos es lo que piensan quienes lo dicen, aunque no es una regla matemática

Actualizada 08:55

Suele suceder en política que lo que se dice de unos es lo que piensan quienes lo dicen. No es una regla matemática. Ni siquiera es una circunstancia que siga un patrón, aunque lo parezca. Es casual, o natural al ámbito, a los usos, lo cual la hace habitual. Pero quizá no tanto el hecho de que dos partidos políticos contendientes se acusen mutua y particularmente de «tomar a la gente por tonta».

Lo ha dicho el PP respecto de Page, y Page ha respondido del mismo modo respecto del PP, lo que refleja que, aparte de una alarmante simpleza en el debate, se deja dicho por arte de esa misma alarmante simpleza que ambas formaciones, indistintamente, toman a la gente por tonta. Si el PP cree que Page toma a la gente por tonta y Page responde con que es el PP quien hace eso, el denominador común es que la gente es tonta, según sus decidores, casi dicho de forma expresa.

Elías Bendodo, vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local del PP, dijo el pasado martes durante el acto en Toledo «Más España, más Europa: Política fiscal», que Page «no puede engañar a todo el mundo todo el tiempo». El diputado autonómico y portavoz adjunto del PP en las Cortes de Castilla-La Mancha, Santiago Serrano, mencionó el jueves la «deriva» en la que está el PSOE castellanomanchego de «intentar tomar por tonto a todo el mundo».

Que lo diga una parte puede ser considerado una declaración más, pero que la otra responda con lo mismo deja una sensación inevitable de vacío (porque inevitablemente subyace que todos piensan realmente que la gente, ellos mismos, es tonta). El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, dijo también el jueves que Bendodo tomaba a la gente por tonta porque este dijo que los mejores años de Castilla-La Mancha fueron los cuatro del Gobierno de Cospedal.

Sus argumentos tendrán Bendodo y Page o cualquiera para defender sus posturas y sus acciones políticas, pero usar el argumento de que es el otro quien toma a la gente por tonta lo único que consigue es dejar en evidencia que su lugar de partida personal es precisamente que la gente es tonta desde cualquiera de los puntos de vista sin falta de todos los implicados en esta costumbre de acusar al otro de pensar que la gente es tonta, valgan todas las redundancias, cuando la acusación y la convicción inherente es (o al menos lo parece) mutua.

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