Mario de las Heras
Mario de las Heras

El 'Puente de los Remiendos 'de Talavera afronta su mayor arreglo para seguir siendo él mismo

El viejo puente es el puente de todas las infancias de los talaveranos desde hace siglos

Toledo Actualizada 12:58

Imagen del Puente Viejo de Talavera antes de su parcial destrucción

Imagen del Puente Viejo de Talavera antes de su parcial destrucción

El 'Puente viejo' de Talavera podría ser el de los mil nombres. Lo llaman 'Puente romano' porque sus cimientos, de aquella época, fueron mínimamente reutilizados en la «nueva» construcción románica.

Se tienen de él noticias documentales desde el XIII, por obra del rey Fernando III. Su historia, como la presente, es una historia de deterioro permanente. Quizá por eso el conocido, entre otros muchos nombres, como 'Puente de los remiendos', goza del cariño de los talaveranos por haber llegado hasta aquí.

Las declaraciones inmediatas del alcalde, prometiendo «lucha» por su reconstrucción, forman parte del espíritu de la ciudad y de los ciudadanos en su relación con la infraestructura de orígenes milenarios. También el sentimiento de pérdida del talabricense.

El viejo puente es el puente de todas sus infancias desde hace siglos. El Puente de los remiendos no es la primera vez que sufre el efecto de la crecida del río o de la riada. En su largo periplo ha sufrido otro azotes de la naturaleza, razón de sus remiendos y de su imagen entrañable de nunca estar «presentable».

Esa forma suya «desastrada» es su personalidad querida por su pueblo. Sus arcos diferentes entre sí, en forma y tamaño, son la demostración de sus «zurcidos». Como la piedra primera y luego el ladrillo, la madera o incluso el metal para las vigas modernas.

El Puente Viejo o el Puente Romano o el Puente de los Remiendos es todas esas cosas superpuestas a lo largo de las décadas. Todas ellas en una. Un crisol de los tiempos que lo hacen único. Es el puente de los talavereños, como si estos hubieran estado siempre sosteniéndolo «de cualquier manera» valerosa y popular para construir su especial impronta.

Ahora toca reconstruir algo más que esa impronta singular, pero la sustancia de Talavera respecto a su respetado símbolo ya está hecha. Ya está formada y preparada. Esos dos tramos perdidos que serán levantados constituirán otro gran episodio de la historia del puente, el último gran remiendo del Puente de los remiendos.

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