
Campo de Montiel (Ciudad Real)
Entrevista
El Gobierno de Page, sobre las tierras raras: «Todo el oro del mundo no nos interesa si perjudica al entorno»
El Debate ha pedido a los tres principales partidos en Castilla-La Mancha su postura frente a la minería de tierras raras y sus particularidades en Ciudad Real. Esta es la posición del Ejecutivo regional a través de su Consejería de Desarrollo Sostenible
La minería de tierras raras en Ciudad Real es una cuestión importante sin aclarar y sin resolver, mayormente por cuestiones medioambientales. No hay un sí como el de la mina de oro y wolframio de Abenójar por esta razón. La aprobación de la Comisión Europea de explotar este yacimiento (junto a otros seis en toda España) contrasta con la oposición regional y popular a investigar las tierras raras en algunos lugares del Campo de Montiel. Una negativa que se extiende por años en el tiempo, pese a los informes favorables de la empresa al frente del proyecto y con los respectivos informes de los ecologistas en contra. El Gobierno castellanomanchego, a través de su Consejería de Desarrollo Sostenible, responde a El Debate.
Debemos de aprovechar los recursos en materias primas que podamos tener en nuestra región para reforzar nuestra autonomía frente a terceros
— ¿Son las llamadas tierras raras las nuevas minas de oro que hay que explotar, sí o no?
— Las tierras raras han sido declaradas por la Unión Europea como una de las materias primas fundamentales para la autonomía estratégica de Europa. En el contexto actual geopolítico es fundamental la autonomía y Castilla-La Mancha no es ajena a ello.
Estamos dando ejemplo en cuanto a la autonomía energética con los proyectos de generación de energía renovable y en esa misma línea también debemos de aprovechar los recursos en materias primas que podamos tener en nuestra región para reforzar nuestra autonomía frente a terceros.En esa línea es en la que debemos trabajar. Siempre desde la garantía de la sostenibilidad y rigurosidad medioambiental, a la vez, que, en paralelo, intentaremos asegurar que la riqueza que generan este tipo de materias primas se quede en el territorio de su origen, creando empleo y un desarrollo económico sostenido en el tiempo.
— ¿Por qué hay tanta oposición popular y ecologista?
— Consideramos que la oposición popular surge por dos motivos. Uno, por la preocupación que puede existir para que no se altere el entorno natural de forma irreversible y pueda afectar a la economía social de las comarcas que puedan verse afectadas por el desarrollo y explotación de una mina.
El otro motivo de oposición puede venir desde la falta de información general y de los posibles proyectos existentes de retorno en el territorio. Consideramos que es importante que los desarrolladores de los proyectos hablen y trabajen con el territorio, que la sociedad entienda el proyecto y conozca que se puedan beneficiar de medidas compensatorias acordes al criterio y las necesidades de los municipios donde se van a implantar.
Y muy importante también es que se acuerde un plan de desarrollo económico para la comarca que posibilite el que se vaya a beneficiar de parte de la riqueza que se genera por la explotación de los minerales.
Se trata de analizar proyecto a proyecto, porque cada proyecto está ubicado en diferentes zonas y unas son más sensibles medioambientalmente que otras
— ¿Por qué el wolframio sí, al igual que otros minerales y metales, y las tierras raras no?
— No se trata de unos minerales sí y otros no. Se trata de analizar proyecto a proyecto, porque cada proyecto está ubicado en diferentes zonas y unas son más sensibles medioambientalmente que otras.
Además, cada proyecto fija unos objetivos, tiene unas necesidades, y determina unos requisitos propios que no tienen por qué parecerse entre ellos. También cada proyecto está desarrollado por diferentes empresas, las cuales actúan y se interrelacionan con el territorio de diferente manera, lo cual genera diferentes reacciones con el mismo.
Por otro lado, hay diferentes formas de realizar la explotación, no es lo mismo el impacto de una mina a cielo abierto que otra mediante túneles. En definitiva, hay muchos aspectos a analizar y trabajar de forma individualizada sobre cada proyecto de extracción minera y no depende del mineral que se obtiene.
— ¿Conoce informes serios de que verdaderamente puedan ser peligrosas?
— Eso es lo que debe determinar los estudios de impacto ambiental que se realizan en la tramitación de las autorizaciones de cada proyecto. Una de las claves es la forma de tratamiento del material extraído porque, aunque potencialmente este no sea peligroso, si no se trata de una forma correcta, en algunos casos, puede resultar nocivo.
Por otro lado, en proyectos como la extracción de las tierras raras hay poca experiencia en Europa bajo la normativa tanto de seguridad industrial, como medioambiental europea, y esto está suponiendo un reto para que nuestros equipos puedan analizar detenidamente la viabilidad de cada proyecto.
Si extraerlo significa quedarnos con las migajas para seguir siendo la despensa de Europa o del mundo, tampoco nos interesa
— ¿Con la negativa a los proyectos de tierras raras se pierde oportunidad de ser un gran exportador?
— Solo se le ha dicho a un proyecto concreto que no es viable medioambientalmente tal como está planteada su extracción. El resto de los proyectos de extracción de minerales en la región siguen avanzando, en la medida que cumplen con la normativa.
— Afirman, quienes están a favor, que España puede ser una gran potencia mundial porque las reservas de minerales estratégicos son mayores en muchos casos que en la mayoría de los países productores, de los que se depende. ¿No es esta una anomalía que al menos hay que investigar, es decir, ver in situ qué hay y proceder en cada caso?
— Podemos tener bajo nuestros pies todo el oro del mundo, pero si extraerlo significa perjudicar al entorno natural de nuestra región, que es uno de nuestros grandes valores, no nos interesa. Y si extraerlo significa quedarnos con las migajas para seguir siendo la despensa de Europa o del mundo, tampoco nos interesa.
El desarrollo debe ser sostenible, garantizando la conservación del gran patrimonio natural y la biodiversidad
— ¿Tiene un posicionamiento concreto el Gobierno a todo este respecto?
— El posicionamiento que siempre hemos tenido es el de buscar el desarrollo económico de nuestra región para poder ofrecer los mejores servicios públicos en sanidad, bienestar social o educación, ayudando a los que más lo necesitan sin que nadie se quede atrás. Pero este desarrollo en Castilla-La Mancha debe ser un desarrollo sostenible, garantizando la conservación del gran patrimonio natural y la biodiversidad que disponemos.