Lengua
¿Qué posibilidades reales tiene el catalán para ser idioma oficial de la Unión Europea?
A pesar de las pretensiones de Junts, la propuesta no tiene demasiado recorrido, por múltiples razones
Además de la aprobación de la Ley de Amnistía, otra de las condiciones de Carles Puigdemont para investir a Pedro Sánchez fue que el catalán fuera oficial en la Unión Europea. Una petición complicada que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, no pudo ver cumplida y que provocó cierto debate, aunque su resultado fue igual de estéril.
Podríamos decir que la Unión Europea no tiene ninguna prisa por abordar este tema y otros vinculados con otras lenguas. ¿En algún momento se producirá el debate? La respuesta es sencilla e implica una negación. Ni tiene prisa ni quiere abrir esta caja de Pandora que puede complicar la vida a varios países europeos.
Para Junts es una prioridad que el catalán sea lengua oficial de la Unión Europea. No ocurre lo mismo en el Parlamento Europeo, donde les es indiferente que lo sea o no. En gran medida, por lo que hemos dicho. Hay demasiados problemas en Europa, sobre todo con la guerra en Ucrania, para abrir un nuevo conflicto y, en esta ocasión, lingüístico.
Catalán, euskera y gallego
Además del catalán, el gobierno español quiso incluir el euskera y el gallego. En la actualidad, dentro de la Unión Europea, hay 27 países y 24 lenguas oficiales. La obligación de la cámara, por reglamento, es traducir cada texto legal a esos 24 idiomas antes de que pueda aprobarse y entrar en vigor.
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Esto dificulta la rapidez del Parlamento, ya que, aunque un tema entre de urgencia, hasta que no se cumple este trámite no avanza. Además hay intérpretes por cada una de esas lenguas. Es un gasto desproporcionado, pues al final los parlamentarios, para debatir y entenderse, acaban hablando en inglés.
A esta torre de Babel debemos unir los candidatos a formar parte de la Unión Europea. Estos son Albania, Bosnia-Herzegovina, Moldavia, Montenegro, Macedonia del Norte, Serbia, Turquía y Ucrania. Además de dos candidatos potenciales que son Georgia y Kosovo. Con lo cual llegarían a la oficialidad 34 idiomas.
¿Cuál es el problema por una, dos o tres lenguas más oficiales? En la Unión europea hay 60 idiomas regionales. Debido a ciertas susceptibilidades y conflictos internos. Las 24 lenguas son oficiales en sus países. La propuesta del catalán, euskera y gallego se sale de la norma, porque el idioma oficial de España es el español: las otras son lenguas cooficiales.
Ya se intentó en 2005
Esta no es la primera vez que se intenta. En 2005, el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero lo intentó. En aquel momento el Consejo de la Unión comunicó que los tratados en vigor no lo permitía y que las lenguas cooficiales del Estado español no pueden ser lenguas oficiales de la Unión Europea. Aceptar dicha oficialidad supondría reformar los tratados de la Unión Europea y no estaba ni a corto ni a largo plazo en el orden del día.
Sólo hay un precedente desde la fundación de la Unión Europea. Esta decisión la podemos circunscribir más en una decisión política. En 2005 se oficializó el irlandés. Se aceptó porque en la Constitución irlandesa especifica que el primer idioma oficial era el irlandés por delante del inglés.
Esta excepcionalidad se ha pretendido usar para aprobar el catalán, euskera y gallego. Sin embargo, en la Constitución española especifica que el idioma oficial es el español. Sólo se habla de estas otras lenguas en los Estatutos de Autonomía. De ahí que sea complicado llevarlo a cabo y, aunque algunos lo ha sacado de contexto –sobre todo los separatistas catalanes– no tiene nada que ver el tema irlandés con el español.
El coste de la traducción y de los interpretes asciende anualmente a los 2.5 millones de euros. Esto, según la Unión Europea es un coste insignificante, pues el coste por cada ciudadano europeo es de 2 euros y esto es fácil de asumir.
Carta de las Lenguas Minoritarias
A pesar de esta reticencia, no nos podemos olvidar que, a pesar de no formar parte el catalán, euskera y gallego de las lenguas oficiales, desde 1992 la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias o Regionales las incluye.
Esta carta forma parte de un acuerdo que ratificaron todos los estados miembros del Consejo de Europa. En ella se defendía y promocionaría todas las lenguas de Europa que carecían de carácter oficial. Se excluyeron los dialectos y los idiomas de los inmigrantes.
El catalán y el euskera están integrados en la Carta a través de España y Francia. El gallego sólo en España, además del valenciano, aranés, asturleonés y aragonés. Como curiosidad hay que decir que Portugal reconoce de forma oficial, dentro de las lenguas minoritarias, el mirandés, la lengua tradicional hablada en Miranda del Duero perteneciente al subgrupo asturleonés.
Por lo tanto, y teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, es complicado que pasen de ser lenguas minoritarias a oficiales.