Eurocopa 2024
El furor por España desconcierta a los independentistas catalanes: «Creímos que no volvería»
Con miles de personas en la calle y récord absoluto de audiencia, el entusiasmo por la selección deja en jaque al nacionalismo
Este domingo por la noche, Cataluña se volcó con la selección española en la final de la Eurocopa. A las banderas de España, los cánticos y los botes de humo rojo que se pudieron ver en las decenas de pantallas gigantes instaladas en las principales ciudades de la comunidad, se le suma un nuevo récord de audiencia: casi 2,2 millones de catalanes siguieron la victoria de los de Luis de la Fuente, un 76,1%.
Un furor por la selección que, no obstante, no comparte todo el mundo: los independentistas catalanes están que trinan ante lo que ven como un claro retroceso del sentimiento secesionista, especialmente entre la juventud. «Habíamos interiorizado que este furor [por la selección española] ya no volvería», aseguraba el humorista Manel Vidal, una de las voces habituales en la televisión y radio públicas catalanas, en unas declaraciones recogidas por VilaWeb.
El portal Dolça Catalunya también recoge unas declaraciones del sociólogo Ramon Usall, para quien el apoyo a la selección demuestra que «Cataluña es un poco esquizofrénica», ya que «el apoyo a la Roja supone reforzar el hecho nacional español».
Para el colaborador deportivo de TV3, Lluís Carrasco, «lo que vivimos ayer por las calles de todo el país, es el reflejo del desastre de gestión de los partidos catalanes, y el fruto de su capitalización del movimiento social por la libertad del 1 de octubre: ninguno», ha publicado en sus redes sociales.
Hacer el ridículo
«Media catalanidad descubriendo que la gente prefiere las victorias reales a las victorias morales», sacaba punta el tuitero @DancsCatalans, y añadía: «Estáis haciendo tanto el ridículo que se hace increíblemente lógico que miles de chavalitos catalanes den apoyo a la selección española; nadie quiere ir con una panda de perdedores lloricas».
Sobre este ridículo, este domingo se pudieron ver algunas manifestaciones notables, como la publicación en X que colgó el presidente del Parlament, Josep Rull, en el momento en el que España ganaba la Eurocopa. En lugar de dedicar 140 caracteres a felicitarles, como cargo institucional, Rull optó por celebrar otro triunfo deportivo: el de Josep Madurell, nuevo campeón del mundo de ping pong en la categoría de mayores de 85 años.
También resulta un ridículo institucional el hecho de que el Girona FC sea uno de los cuatro únicos clubes de la liga –junto a otros tres equipos vascos– que no ha felicitado públicamente a la Selección. El alcalde de Gerona, la única gran ciudad de Cataluña sin pantalla gigante, tampoco celebró nada: se limitó a republicar un post de su partido, la CUP, en el que decían «buenas noches», acompañado de una foto antigua de la selección catalana de fútbol.