Protesta de funcionarios en la prisión de Mas d'Enric tras el asesinato de Núria

Protesta de funcionarios en la prisión de Mas d'Enric tras el asesinato de NúriaEuropa Press

Cataluña

Funcionarios de prisiones recuerdan a la cocinera asesinada en Mas d'Enric y piden que se les escuche

Lamentan que solo seis meses después del asesinato de Núria, se hayan intentado colocar a presos condenados por homicidio o asesinato en cafeterías o en las cocinas de los centros penitenciarios

Un centenar de trabajadores de prisiones han recordado este viernes a Núria, la cocinera del centro de Mas d'Enric (Tarragona) que fue asesinada, hace medio año, a manos de un preso que había sido condenado por matar a cuchilladas a otra mujer. Familiares, compañeros y amigos han guardado cinco minutos de silencio y han depositado ramos de flores en la puerta de entrada en la prisión.

Los funcionarios han pedido al nuevo responsable de Justicia, a Ramon Espadaler, que les «escuche», que tenga en cuenta sus demandas en materia de seguridad. Y también que les dote de más recursos. Y es que, por ejemplo, aseguran, en la cárcel de Mas d'Enric no son suficientes la veintena de nuevos trabajadores que se han incorporado para trabajar con garantías.

Lo único que quieren, reclaman, «es volver a casa con vida». Y también recuerdan que han pasado seis meses desde el asesinato de Nuria, pero nadie ha dimitido por este crimen y no se han depurado responsabilidades. «Se ha tapado todo», ha denunciado Francina, trabajadora de Mas d'Enric. De hecho, ha denunciado que, aunque se han modificado los protocolos para participar en según qué talleres, ha recordado que se han vuelto a colocar a internos condenados por asesinato en las cocinas o en las cafeterías de varios centros penitenciarios.

Se refería Francina a las denuncias que ha hecho el CSIF los últimos días. El caso de un interno condenado a 18 años de prisión por asesinar a su víctima al apuñalarla más de 30 veces, y al que se le permitió trabajar en la cafetería de Mas d'Enric. La dirección del centro penitenciario tuvo que rectificar.

Pero es que en la cárcel de Ponent, en Lérida, otro asesino fue asignado a un puesto en la cocina, lo que llevó a los Servicios Penitenciarios a apartarlo «de inmediato» tras conocer la situación por la prensa.

Y lo que más duele a esta trabajadora, a Francina, es que «no ha pasado ni seis meses desde que murió Núria, y ya han intentado poner a dos internos en la cocina o en la cafetería». Y se ha preguntado qué pasará cuando pasen seis años: «si ya no nos acordamos de lo que ha pasado y volvemos a poner a presos con delitos de sangre dentro de las cafeterías, estaremos como ahora o peor».

Ella también ha pedido a la consejería de Justicia que les escuchen, porque se sienten «menospreciados», y también que las herramientas para trabajar y que «no nos fiscalicen porque ya sabemos cuál es nuestro trabajo».

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