La teoría conspirativa de Junts: el Estado organizó los atentados yihadistas de las Ramblas para atacar a Cataluña

El Gobierno ha cedido ante Junts y ha accedido a desclasificar la información de la que dispone sobre el atentado yihadista en Barcelona y Cambrils del 17 de agosto de 2017, con el objetivo de que este gesto sirva para que Junts acceda a aprobar la senda de estabilidad y techo de gasto. Este es un paso previo a poder dar luz verde a los presupuestos generales del Estado para 2025.

En el pasado el Partido Socialista siempre se había opuesto a facilitar el acceso a la información o a crear una comisión de investigación sobre este tema en el congreso. En marzo de 2018, el PSOE votó en contra de la creación de dicha comisión, que, en cambio, sí se pudo constituir en el parlamento catalán.

La cosa no quedó ahí y poco tiempo después, en agosto de 2018, con motivo del primer aniversario de los atentados, los líderes independentistas firmaron carta conjunta recalcando lo que ellos consideraban la evidencia de la relación entre el imán líder de la célula terrorista, Es-Satty, y el CNI.

Obsesión de Junts

Quim Forn, alto cargo de Junts, consejero autonómico de Interior en el momento de los atentados y del referéndum ilegal, y en consecuencia máximo responsable de los Mossos de Escuadra, dijo en una entrevista que su detención y encarcelamiento no tenía nada que ver con el 1-O, sino con la información de la que él dispone sobre la gestión de los atentados.

Junts ha mantenido una actitud obsesiva en relación con el atentado y la implicación del CNI desde el mismo momento del acto terrorista. Ya en julio de 2019, la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, registró una pregunta parlamentaria interesándose sobre «qué había hecho el CNI para evitar el atentado». Poco a poco, Junts ha ido elevando el tono y ahora ya pide que se reabra la investigación judicial del atentado.

Teoría de la conspiración

Junts en particular, y el independentismo en general, desde el día del atentado han abonado una teoría de la conspiración consistente en decir que el atentado fue obra de los servicios secretos del estado con el fin de desestabilizar una Cataluña que estaba a las puertas del referéndum ilegal sobre la independencia que se llevó a cabo el 1 de octubre de 2017.

La frase del exministro García-Margallo —«a partir de la segunda quincena de agosto en Cataluña pasarán cosas»— ha sido usada en miles de ocasiones por el independentismo para justificar su convicción de que el atentado de Las Ramblas es obra de los poderes ocultos del estado.

Esta misma teoría de la conspiración fue refrendada en enero de 2022 por el excomisario Villarejo, quien dijo en la Audiencia Nacional que los atentados del 17 de agosto fueron un error del CNI, y que su director por aquel entonces, Félix Sanz Roldán, quería asustar a Cataluña, pero que calculó mal las consecuencias. El independentismo dio tal verosimilitud a Villarejo que el mismísimo expresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, pidió que se investigara la información que había facilitado el ex comisario.

El independentismo está convencido de que el atentado fue obra de lo que ellos llaman «las cloacas del estado» y sustentan su paranoia en una información que dio a conocer en su día el día Público según la cual el imán de Ripoll, Abdebaki Es-Satty, que dirigió la célula islamista que perpetró el atentado, había sido confidente del CNI desde su paso por prisión hasta el mismo día del atentado.

El relato de Junts va más allá y hay gente que sostiene que el imán en realidad no murió en la deflagración que arrasó la casa de Alcanar (Tarragona) donde estaban manipulando explosivos. Otros sostienen que la casa exploto por acción del Mossad y que estos habían avisado a sus homólogos españoles, pero estos no hicieron nada.

Cada año, coincidiendo con la fecha del atentado, se convoca una manifestación bajo el lema «Ni oblit ni perdó» (ni olvido, ni perdón). La campaña y manifestación la lideran los CDR y cuenta con el apoyo de Junts. Hasta ahora reunía a unos pocos cientos de personas que ahora creen que la posibilidad de que Míriam Nogueras pueda consultar la documentación dará veracidad a su convicción de que el atentado fue obra de España en su campaña sempiterna de maltratar a Cataluña. Las manifestaciones están llenas de pancartas con lemas como «las cloacas del estado matan».

El gobierno ha cedido en la desclasificación del material secreto sobre el atentado, pero eso puede ser solo el primer paso. En el pasado reciente ya hemos visto como el gobierno hacía suyo el relato independentista sobre el lawfare, veremos cuál será el siguiente paso de Sánchez. Todo parece valer para mantenerse en el poder.