Los médicos de Barcelona advierten del intrusismo en tratamientos estéticos: «Nadie da duros a cuatro pesetas»

Los médicos estéticos han mostrado su preocupación por el intrusismo que existe en esta especialidad, y porque hay tratamientos estéticos, que son actos médicos y, por lo tanto, los deben hacer estos profesionales, y en centros autorizados. Pero a menudo no ocurre. Y eso pasa, aseguran, por el aumento de la demanda para someterse a tratamientos estéticos, y por la desinformación que existe en las redes sociales y entre los propios ciudadanos sobre cuales son los tratamientos estéticos médicos y los que no son, así como sobre los perfiles profesionales que deben realizarlos.

Por este motivo, el Colegio de Médicos de Barcelona (COMB), ha presentado un decálogo con los procedimientos que deben hacer médicos y que son los más demandados. Entre estos procedimientos más habituales están las inyecciones de neuromoduladores, más conocidos como bótox; o de ácido hialurónico y de estimuladores de colágeno; también de inyecciones con factores de crecimiento; la colocación de hilos tensores en la cara o en el cuerpo, el uso de dispositivos de luz para tratar la piel (excepto para depilación), como el láser o la luz pulsada intensa (IPL), o los microinjertos de cabello.

«La punta del iceberg»

Los médicos alertan de las consecuencias de no ponerse en manos de profesionales debidamente acreditados. De hecho, un 15% de los tratamientos que realizan tienen como objetivo tratar las secuelas de tratamientos realizados por intrusos. Y esto es «solo la punta del iceberg», según explicaba Petra Vega, residente de la sección de Médicos de Estética del CoMB, quien aseguraba que llega «lo que es más grave, o cuando alguien ingresa en la UCI, y es lo que se ve». Pero considera que por debajo «hay mucho».

Vega ha sentado que los adultos jóvenes y las personas con menos recursos son las que pueden caer más fácilmente en manos de intrusos. Los médicos destacan también la importancia de disponer de las etiquetas de trazabilidad de los productos que recetan los facultativos. Si no hay, aseguran, es que algo no va bien. «Nadie da duros a cuatro pesetas», destacaba José Manuel Fernández, presidente de la Asociación de Médicos Estéticos de Cataluña.

Pero, precisamente, el precio es un factor decisivo, sobre todo para los más vulnerables. El doctor Carlos Jarne, local de la Junta de la Sección de médicos de estética del COMB, destacaba que se trata de «gente que jamás entraría en un bar en el que el menú del día valiera 1,5, euros, pero para este tipo de tratamientos el precio, es lo que más les mueve. Es gente que es más vulnerable a cierto tipo de mensajes y no se les puede juzgar por ello».

Hay que tener en cuenta que el tratamiento de complicaciones y secuelas, derivadas de procedimientos estéticos no realizados por médicos, representan el 15% de las visitas de medicina estética. En este sentido, el Colegio de Médicos ha presentado 8 denuncias ante la administración sanitaria para exigir la inspección de centros donde han detectado irregularidades relacionadas con la medicina estética con sospecha de posibles delitos de intrusismo.