Análisis
Puigdemont presentará mañana nuevas exigencias a Sánchez para mantenerlo en la Moncloa
Junts endurecerá sus condiciones al Gobierno en vistas que ERC se dispone a hacer lo mismo
El presidente de Junts, Carles Puigdemont, celebra mañana lunes una rueda de prensa en Bélgica, donde permanece huido de la justicia, para hacer balance de su primer año de apoyo a Pedro Sánchez y presentar sus nuevas exigencias cara a la negociación presupuestaria que se avecina.
Desde Junts no tienen intención de dejar caer a Sánchez, pero están escarmentados de los incumplimientos de este primer año y quieren marcar las reglas de juego que les permitan seguir siendo el primus inter pares entre los socios del Gobierno Sánchez-Díaz.
Junts pactó en el verano de 2023 con el PSOE tanto la presidencia del Congreso de los Diputados como la investidura, y afirmó que, a partir de ahí, como Simeone, iría negociado «partido a partido». En definitiva, el suyo no es un acuerdo de legislatura.
Lo cierto es que, para diferenciarse de ERC, Puigdemont declaró cuando anunció el acuerdo con el PSOE que iba a «cobrar por adelantado», pero la realidad es que más que pronto pago, el contrato entre el PSOE y Junts presenta diversos puntos en los que el PSOE está en morosidad.
Los incumplimientos del PSOE
Para Junts el acuerdo empezó bien, dado que la investidura de Francina Armengol, persona bien vista por Junts, porque durante sus años de gobierno en Baleares fue complaciente y subvencionó generosamente a las entidades pancatalanistas implantadas en las islas, tenía como contraprestación la posibilidad de usar el catalán en el Congreso y el Senado, y la medida se implantó ipso facto.
A partir de ahí empezaron los problemas. La investidura fue un quid pro quo por el cual Sánchez concedía la amnistía a Puigdemont y todos sus colaboradores en el golpe de Estado que culminó con la declaración unilateral de independencia; a cambio, este facilitaba la continuidad de Sánchez en la Moncloa a pesar de haber sido claramente derrotado en las elecciones.
La realidad es que a día de hoy Sánchez lleva más de un año de legislatura y Puigdemont sigue fugado en Waterloo, así que el cobro por adelantado que anunció el líder de Junts no solo no se ha consumado, sino que ni tan siquiera hay fecha prevista para cumplir esa promesa. Esto se debe a que la ley ha quedado enredada en una maraña legal, incluidos diversos recursos pendientes de resolución ante el Tribunal Constitucional.
Otros acuerdos anuncios a bombo y platillo por Junts, como la cesión a Cataluña de las competencias integrales en materia de inmigración, tampoco se han consumado, y Puigdemont no quiere ser equiparado a ERC, que es visto por los votantes independentistas como una fuerza que siempre apoya al PSOE pero nunca recibe nada a cambio.
Capítulo aparte merece el fiasco de la oficialidad del catalán en Europa exigido por Junts, y al que Sánchez se comprometió pensando que podría aprovechar la presidencia de turno española para meter el tema con calzador en la agenda europea. Los Estados miembros no aceptaron ni tan solo debatir el tema.
Así, a pesar de que Puigdemont agradeció en público los esfuerzos del ministro de Asuntos Exteriores, a día de hoy el tema no está encima de la mesa ni de Metsola, ni de Costa, ni de Von der Leyen. Por el camino, Junts ha pasado de tener tres eurodiputados a ninguno, dado que Toni Comín no pasó por el Congreso de los Diputados a recoger su acto de europarlamentario para evitar ser detenido por prófugo de la justicia.
Negociación presupuestaria
La convocatoria de prensa de Puigdemont de mañana es el pistoletazo de salida de la negociación presupuestaria. La fecha elegida por el expresidente autonómico no es casual: ERC está a punto de elegir su nueva dirección, que se conocerá el 14 de diciembre, y todo apunta a que los republicanos elevarán el listón de sus exigencias, así que Puigdemont no puede quedarse atrás.
Junts ya ha apuntado todo lo que quiere: condonación de la deuda, cesión integral de los tributos del Estado y selecciones deportivas compitiendo a nivel internacional. Además, Puigdemont quiere reconocimiento personal y rehabilitación política, lo que incluye en sus exigencias el cierre de cualquier acuerdo rubricado personalmente con Pedro Sánchez.
Puigdemont pondrá mañana precio a los presupuestos generales del Estado. Junts no negociará con otros grupos; la relación entre ellos y el Gobierno es bilateral, ajena a lo que hagan los otros socios.
Desde Junts mantendrán la bipolaridad de apoyar a Sánchez en Madrid y ser oposición a Illa en Cataluña todo el tiempo que sea necesario hasta que Puigdemont este de regreso en España. Entre las exigencias de Junts al Gobierno habrá una que no será pública, como es la exigencia de que Conde Pumpido acelere el fallo sobre los recursos a la Ley de amnistía.
Para Junts el regreso de Puigdemont a España es urgente para poder armar una oposición fuerte a Illa. El verdadero objetivo de Junts no es influir en el gobierno de España, ese es solo un instrumento para conseguir la aplicación de la ley de amnistía: su fin real es ganar a Illa las elecciones catalanas previstas para 2028, aunque ya se sabe que en Cataluña las legislaturas casi nunca se agotan.