Illa tuvo que comprar una bandera española para un acto de la Generalitat en Madrid pero decidió no ponerla

El pasado 18 de noviembre, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, presidió el acto institucional de la Diada Nacional de Cataluña en Madrid, organizado por la delegación del gobierno catalán en la capital española. Fue un evento con el que se quería transmitir una imagen de normalidad institucional, que tuvo lugar pocas horas después de que Illa se reuniese con el Rey Felipe VI.

Sin embargo, a esta pretensión de normalidad le faltaba un elemento simbólico clave: la bandera de España, que no estuvo presente en ningún momento en el acto. Sin embargo, según adelanta este jueves el digital independentista El Nacional, el gobierno de Illa sí había comprado una bandera para utilizar en el evento, aunque después decidieron no mostrarla.

Según consta en un informe del departamento de Presidencia de la Generalitat que recoge los gastos del evento –como la contratación del grupo de habaneras Les Anxovetes, por 3.500 euros, o el cátering, que costó algo más de 8.500 euros–, el gobierno catalán encargó la compra de una bandera española, que costó 110 euros y que ahora queda en la sede de la delegación, situada en la madrileña calle Alcalá.

La enseña, no obstante, finalmente quedó guardada y no se llegó a utilizar. Sin embargo, según se puede comprobar en el vídeo resumen del evento, publicado por la delegación de la Generalitat en Madrid, antes del acto sí estaba la bandera catalana sobre el escenario. No obstante, alguien debió pensárselo mejor y considerar el mensaje que transmitiría en Madrid dejar únicamente la senyera, motivo por el cual cuando empezó el acto esta ya se había retirado.

Finalmente, Illa y el resto de autoridades, entre las que se contaba la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, hablaron sin ninguna bandera en la tarima.

Cabe recordar que la actitud de Illa respecto a la bandera española es algo ambivalente: si bien la ha recuperado en algunas ocasiones, como en la reunión que mantuvo en agosto con el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, en el Palau de la Generalitat, la ha escondido en otras, como en su reciente discurso institucional navideño.