Carles Puigdemont y Jordi Turull, en una imagen de archivo

Carles Puigdemont y Jordi Turull, en una imagen de archivoEFE

Cataluña

Ni siquiera Quim Torra quiere presidir el Consell de la República, convertido en una jaqueca para Puigdemont

La crisis del organismo creado ad hoc para el líder de Junts entronca con la deriva hacia la irrelevancia de las organizaciones separatistas

La portavoz del Consell de la República, Teresa Vallverdú, anunció que entre el 8 y el 12 de febrero se celebraran elecciones para elegir la nueva dirección del organismo creado para que Carles Puigdemont tuviera una apariencia de gobierno en el exilio, y que abandonó una vez fue reelegido como presidente de Junts.

El hecho es que la organización está sumida en una grave crisis reputacional tras ser acusado su vicepresidente, Toni Comín, de desviar fondos de la organización para su uso personal. A día de hoy, nadie está dispuesto a asumir el liderazgo del Consell.

El cargo ha sido ofrecido a varias personalidades independentistas, pero todos –el último de ellos el expresidente de la Generalitat Quim Torra– han declinado el ofrecimiento, según ha podido saber El Debate.

Las denuncias de malversación a Comín llegaron desde dentro de la propia organización, dado que fue la Asociación para la República Global (ARG) la que denunció los hechos. La procedencia de la acusación supone una ruptura interna grave, dado que la ARG es la responsable de conectar las organizaciones locales del Consell en los diversos municipios de Cataluña con su dirección en Waterloo (Bélgica).

El Consell ha sido el armazón político usado por Puigdemont desde 2018 hasta las últimas elecciones autonómicas en 2024 y siempre ha actuado como una extensión de Junts. Ahora se ha convertido en una molestia para Puigdemont, que teme que la dirección pueda recaer en alguien que no sea de su confianza y cuestione, como ya ha sucedido en el pasado, su política de pactos con Sánchez, que no tiene otro objetivo que facilitar su regreso a España sin cuenta alguna pendiente con la justicia.

Crisis del separatismo

Las llamadas 'organizaciones cívicas' separatistas son siete, y viven una profunda crisis política y financiera tras las derrotas electorales de los independentistas en las elecciones municipales y autonómicas de 2023 y 2024.

La Associació de Municipis per la Independencia (AMI) ha perdido grandes socios como Tarragona o Lérida y la Assemblea Nacional Catalana (ANC), con Lluís Llach al frente, ya no tiene la capacidad de convocatoria que demostró en los momentos álgidos del procés.

Sus últimas convocatorias han sido testimoniales. El ex cantautor ha llevado a la ANC a una deriva aún más radical, si cabe, que sus antecesores y habla de ocupación de Cataluña por parte del Estado y de la necesidad de promover una rebelión social.

Solo Omnium Cultural, que se ha reunido recientemente con el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, parece haber encontrado un rumbo para sobrevivir, volviendo a sus orígenes y centrando su actividad en la defensa del catalán.

Las organizaciones separatistas no sólo pierden relevancia por la caída electoral de las fuerzas independentistas, sino que también han sido víctimas del enfrentamiento entre Oriol Junqueras y Puigdemont, así como del hecho de no reconocer como a «uno de los suyos» a Aliança Catalana, la fuerza hispanófoba e independentistas ultra que se ha logrado un espacio dentro del mundo independentista catalán y no para de ganar apoyos.

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