Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, en Waterloo

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, este jueves en WaterlooEFE

Política

Junqueras y Puigdemont acuerdan ahogar a Sánchez conjuntamente

Ambos partidos asumen que deben trabajar codo con codo para evitar seguir siendo víctimas de los engaños del presidente del Gobierno

Todo lo que rodea la autoproclamada «Casa de la República» en Waterloo, el chalet donde Carles Puigdemont vive a la espera de que su fuga termine gracias a la amnistía de Pedro Sánchez pendiente de fallo por parte del Tribunal Constitucional, siempre tiene un aire de película de los hermanos Cohen.

En la reunión entre el líder de ERC, Oriol Junqueras, y el presidente de Junts no podía faltar el toque de humor entre negro y esperpéntico que en este caso llegó cuando ambos abandonaron la residencia, que nadie sabe quién sufraga, en un coche con la matrícula, «1-O-2017» en referencia al 1 de octubre de 2017, fecha del referéndum ilegal que ambos organizaron siendo presidente y vicepresidente del gobierno catalán.

La legislación belga, que tanto ha favorecido los intereses de Puigdemont durante sus ya siete años y medio de fuga, permite personalizar las matrículas de los vehículos. Su salida en coche, sin destino conocido, retrotrajo a algunos a la huida de Puigdemont del 30 de octubre de 2017, 72 horas después de su segunda declaración de independencia.

Novedad en las relaciones

La reunión en Bélgica, en la que han participado los presidentes y secretarios generales de Junts y ERC —Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Jordi Turull y Elisenda Alamany, respectivamente— es un formato novedoso, dado que las relaciones entre Junts y ERC han estado prácticamente rotas desde que los de Puigdemont decidieron abandonar el gobierno de Pere Aragonés (ERC) allá por octubre de 2022.

La última reunión entre Puigdemont y Junqueras se remonta a junio del año pasado, y desde entonces la distancia entre ambas organizaciones había crecido hasta el punto de que Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el congreso, había afirmado recientemente que Junts forma parte, junto al PP y VOX, del bloque de la derecha y la ultraderecha.

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, reunidos en la 'Casa de la República' este jueves

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, reunidos en la 'Casa de la República' este juevesERC / X

La reunión de este jueves se celebró a petición de Junqueras, consciente de que no puede ceder todo el protagonismo del mundo independentista a Puigdemont. Fue en un clima de reconocimiento, por ambas partes, de la necesidad de sumar esfuerzos para forzar a Sánchez a cumplir sus compromisos.

Ambos partidos asumen, con impotencia, que constantemente son víctimas de los engaños de su socio, quien les debe la presidencia del gobierno, pero falta a todos los compromisos que ha contraído con ellos.

Entre las novedades de la reunión, que debe preocupar al gobierno porque se ha acordado coordinar las acciones entre ambos partidos, destaca la emisión de un comunicado conjunto, algo inimaginable hace unas pocas semanas. El texto difundido habla de objetivos compartidos, y es que, efectivamente, los pactos que ERC y Junts han firmado por separado con el PSOE, tienen grandes coincidencias en sus reivindicaciones, en especial en materia de financiación.

Apretar a Sánchez

Detrás del comunicado hay el acuerdo de apretar las clavijas a Sánchez y evitar cualquier acuerdo sin conocimiento de la otra parte. Tanto Junts como ERC, a pesar de las diferencias que mantienen, han llegado a la conclusión que para lograr avances efectivos y reactivar a sus bases necesitan acabar con la división entre ellos, ni que sea de forma aparente.

También necesitan arrancar a Sánchez concesiones palpables tras los últimos engaños a los que han sido sometidos, en temas como la no transferencia de las políticas de inmigración o el fracaso de la oficialidad del catalán en Europa.

Jordi Turull y Carles Puigdemont, en la reunión con ERC en Waterloo

Jordi Turull y Carles Puigdemont, en la reunión con ERC en WaterlooJunts

Desde las filas socialistas se ha intentado torpedear la nueva buena sintonía entre ERC y Junts. Con el fin de intentar atraer a los republicanos, de nuevo, al redil de la docilidad que habían venido mostrando los últimos meses, han anunciado mientras se celebrara el encuentro que la reunión de la comisión mixta de asuntos económicos y fiscales que debe abordar la condonación de parte de la deuda del FLA y empezar a tratar la llamada financiación singular para Cataluña —que no es más que un eufemismo del concierto económico— se celebrará el próximo 28 de febrero en Barcelona, tal como ofreció Salvador Illa en la reunión de presidentes autonómicos de Santander del pasado 13 de diciembre.

El gobierno no ha querido tener gestos solo para ERC y también ha hecho un guiño a Junts al dejar sobre la mesa la tramitación de la proposición no de ley relativa a la cuestión de confianza a la que desde Junts quieren que Pedro Sánchez se someta.

Quien mayor nerviosismo ha mostrado a lo largo de la jornada ha sido Sumar. Su diputado, Gerardo Pisarello, ha implorado a Sánchez que se reúna cuanto antes con Puigdemont y con Junqueras con el fin de evitar el colapso de la legislatura.

Para Sumar, una convocatoria electoral anticipada equivaldría a su desaparición y esa posibilidad genera gran inquietud entre los dirigentes de esta formación sumida en una profunda crisis.

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