El destino entrelazado de Pi Cabanas y el Conde de Alcudia
Dos vidas marcadas por la Guerra Civil Española y la nobleza catalana
Pere Pi Cabanes (1920-2016), natural de Granollers, fue uno de los jóvenes que formaron parte de la llamada Quinta del Biberón durante la Guerra Civil Española. Con apenas 17 años, se alistó en las Juventudes Socialistas Unificadas de Cataluña (JSUC) junto a sus amigos, y fue destinado al campo de instrucción de Pins del Vallès, en Sant Cugat. Pi Cabanes fue asignado a la 236 Brigada Mixta y, tras la guerra, fue exiliado a Francia, donde fue internado en el campo de concentración de Saint Cyprien. Regresó a España en agosto de 1939, donde fue recluido en el campo de concentración de Deusto, y más tarde fue enviado a realizar el servicio militar en África hasta 1945.
En uno de sus escritos, Pi Cabanes recuerda un incidente que dejó una huella imborrable en su memoria: «Un día, subiendo por el cementerio de Granollers viniendo de Cardedeu, nos detuvimos junto a unos viñedos. Los siete u ocho que íbamos dejamos la bicicleta en un rincón para comer uvas. Ya era tarde y de repente vimos el 'coche fantasma'. Escuchamos unos disparos y nos fuimos más rápido que Cañardo. Llegué a casa, que la teníamos en la carretera, y después vi que pasaba el mismo coche. Nos enteramos de que habían matado al yerno del duque de Solferino».
El linaje de la nobleza catalana
El duque de Solferino, Manuel de Llanza y Pignatelli de Aragón, fue una figura destacada de la nobleza catalana y el máximo líder del carlismo en Cataluña desde finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX. Nacido en Barcelona el 25 de enero de 1858, Manuel de Llanza ostentaba múltiples títulos nobiliarios, entre ellos duque de Solferino, conde del Castillo de Centelles, y marqués de Coscojuela de Fantova. Casado con María Asunción de Bobadilla y Martínez de Arizala, fue también propietario de El Correo Catalán y colaborador en la coalición política Solidaritat Catalana junto a Francesc Cambó. Falleció en Barcelona el 18 de julio de 1927 y fue enterrado en la cripta de la Iglesia de Sant Martí de Centelles.
El trágico destino del Conde de Alcudia
La hija de Manuel de Llanza, María de la Concepción de Llanza y de Bobadilla, se casó en 1915 con Antonio de Saavedra Fontes, conde de Alcudia y Gastalfar, y barón de Albalat de Segart. Antonio, nacido en Murcia el 8 de diciembre de 1882, era un respetado historiador y miembro de la Maestranza de Valencia. Cuando estalló la Guerra Civil, decidió esconderse en la finca familiar de Can Gol en Vilalba Sasserra, pero fue descubierto por patrulleros republicanos. El 21 de septiembre de 1936, Antonio de Saavedra fue asesinado en el cementerio de Granollers, un suceso que quedó grabado en la memoria de Pi Cabanes, quien fue testigo de los hechos.
Un legado marcado por la historia
El matrimonio entre María de la Concepción y Antonio de Saavedra tuvo dos hijos: Antonio Manuel y María del Pilar. Antonio Manuel se casó con María de la Asunción Bes y Vidal de Llobatera, mientras que María del Pilar se unió en matrimonio con Jaime Marés Diggle. Ambos linajes continuaron, llevando consigo la carga de un pasado marcado por la nobleza y los horrores de la guerra.
La historia de Pi Cabanes y el conde de Alcudia es un testimonio de cómo la Guerra Civil Española no solo marcó a los combatientes en el frente, sino también a las familias de la nobleza catalana que, aunque alejadas del conflicto, no pudieron escapar de su devastador impacto.