Leyendas de Barcelona
La masía de Barcelona donde una condesa devoró el corazón de su amante
La Torre del Fang, en el barrio de La Sagrera, oculta una sangrienta leyenda
Cuando uno viaja a Barcelona desde Granollers, Sant Celoni o Francia en tren, poco antes de entrar en la estación del Clot, puede observar una antigua casa señorial, en el cruce de las calles Clot y Espronceda. Se la conoce como Torre del Fang y está catalogada como Bien Cultural de Interés Local.
Lo que no muchos conocen es que alrededor de esta masía del barrio de La Sagrera se cuenta la leyenda del «corazón devorado», que tiene su origen en el siglo XII y que se ha repetido a lo largo de los años en muchos países: trata de cómo un marido mata al amante de su mujer y hace guisar su corazón para que ella, sin saberlo, se lo coma. Cuando él le revela el secreto, ella muere.
Es una historia que han usado desde Dante o Boccaccio hasta el marqués de Sade, Walter Scott o Stendhal. Su versión barcelonesa cuenta que Dulce de Provenza, esposa del conde Ramón Berenguer III, tenía en la Torre del Fang a un joven trovador como amante. Su marido descubrió la infidelidad, mató al joven e hizo comer su corazón a su mujer… pero esta no falleció entonces, sino que decidió no comer nada nunca más, muriendo de hambre.
La Torre de la Virgen... o del diablo
En realidad, la masía fue construida en el siglo XIII, o a principios del siglo XIV. La primera vez que queda registrada es el 23 de febrero de 1559, nombrada como Torre de la Virgen María, aunque cuentan que con anterioridad se la conocía como Torre del Diablo. En la puerta principal se observa un escudo del Condado de Barcelona: por este motivo se vincula con Dulce de Provenza, que vivió entre 1090 y 1127.
Posteriormente, la Torre del Fang fue propiedad del mercader y banquero Galzeran de Guelbes, a partir del 1423. Guelbes era miembro del Consejo de Ciento, la institución que asesoraba y supervisaba la vida política y pública de la ciudad entre los siglos XIII y XVIII. La Torre del Fang fue propiedad de varias órdenes religiosas, y entre los años 1713 y 1714, durante la guerra de Sucesión, estuvo ocupada por el ejército borbónico, que la utilizó para bombardear la ciudad.
Parte de la finca fue expropiada, en 1854, para construir la línea férrea a Granollers. En 1918 la compró Fomento de Obra y Construcciones: allí instalaron oficinas y en sus terrenos fabricaron y almacenaron los adoquines que luego pavimentaron las calles del Eixample barcelonés. En 1984 la adquirió el Ayuntamiento de Barcelona y desde hace años la casa está abandonada y en desuso.
¿Por qué se llama así?
La Torre del Fang está formada por un conjunto de volúmenes adosados en torno a un patio de carácter agrícola. La construcción medieval original, de planta cuadrada, está absorbida por el actual volumen central, más elevado. Artísticamente, cabe destacar el delicado trabajo de la piedra que se utiliza para crear las tres ventanas góticas del cuerpo adherido.
Debe su nombre a que en la parte de la torre que da a la calle Espronceda se levantaron unos muros de mampostería ligada con mortero de barro, en catalán fang. La Torre sufrió modificaciones y ampliaciones a lo largo de los años.
Su emplazamiento era privilegiado por dos cosas. En primer lugar, al ser una finca agropecuaria, tenía a pocos metros el Rec Comtal, la canalización principal que alimentaba Barcelona con el agua del río Besós. En segundo lugar, la actual calle del Clot antiguamente se llamaba Camino Real, y era la vía principal que salía del Portal Nuevo de Barcelona, avanzaba hasta San Martín de Provenzales y San Andrés, para avanzar por el Vallés, llegando hasta Ribes de Freser y de ahí a Francia.