Fachada del Tribunal Supremo.

El Tribunal Supremo condena a ocho años al conserje de un colegio de Valencia por abusar de una niña de 9 añosEuropa Press

España

Ocho años para el conserje de un colegio de Valencia por abusar reiteradamente de una alumna de 9 años

La víctima denunció a su agresor una década después, tras volver a encontrarse con su agresor por la calle, que la increpó y trató de forzarla para llevarla a su casa

Un conserje de un colegio de Valencia ha sido condenado a ocho años y medio de prisión por un delito continuado de abuso sexual de una menor de 9 años y un delito de coacciones. Además de la pena de cárcel, el reo no tendrá permito acercarse a la víctima y deberá indemnizarla con 45.000 euros por las secuelas psicológicas que sufrió la víctima tras ser abusada repetidamente cuando el hombre aprovechó la confianza con la familia de la víctima y la vulnerabilidad de la pequeña, para realizarle tocamientos.

Abuso sexual continuado

El infierno para la pequeña de 9 años comenzó cuando se encontraba cursando cuarto de primaria y el portero se hacía cargo de cuidar de ella desde las cinco de la tarde hasta que la madre de la menor llegaba a recogerla del colegio. Esta situación se daba porque existía una confianza entre el conserje y la familia de la víctima. De hecho, el abuelo de la niña conocía al hombre, y también la madre, que había sido sustituta en el colegio durante una temporada y que pedía al bedel con frecuencia que les diera zumos o bollería a sus hijos cuando se olvidaban de llevar la merienda.

Por eso, desde la finalización de las clases la niña se quedaba con el conserje hasta que su hermano terminaba de jugar al fútbol y la recogía o hasta que su madre pasaba a por ella. Como esta situación era frecuente, el condenado aprovechaba estas ocasiones para llevar a la niña a un trastero, que cerraba con llave para no ser descubierto. Allí la sometía a tocamientos y otros actos de tipo sexual y la convencía de que se trataba de un juego y no debía contárselo a nadie. Los abusos continuaron hasta que la dinámica cambió, ya que la pareja de la madre comenzó a recoger a la niña puntualmente de la salida del colegio. Después de ese curso, la menor se cambió de centro educativo, aunque la familia no sabía nada de la situación de abuso.

Tras una década de silencio, por fin ha salido a la luz lo sucedido y se ha llevado a la justicia. Todo fue a raíz de que, con 19 años, la joven se encontró se cruzó de nuevo con su agresor cuando caminaba por la calle. Él le dio dos besos y comenzó a increparla, preguntándole a dónde se dirigía y cuál era su nueva dirección. La joven no le respondió y continuó andando, pero el conserje (ya jubilado) insistió en llevarla a su casa, la cogió del brazo y tiró de ella para que subiera a su furgoneta. Ante este incidente, la joven huyó rápidamente del lugar. Al volver a su casa, la joven contó a su madre lo sucedido, le refirió el miedo que le producía el hombre y relató la historia de abusos que había vivido durante su tiempo en el colegio. Ante la gravedad de los hechos, la madre acompañó a su hija a denunciar los abusos ante las autoridades.

La defensa del reo pidió que se le aplicara la ´ley del solo sí es sí´

Una vez la víctima y su madre fueron a denunciar los hechos a la Guardia Civil, se abrió el proceso legal que a terminado en la condena del conserje. En su recurso, la defensa del reo pidió que se aplicará al condenado la ´ley del solo sí es sí´, que entendían más favorable para el acusado. Sin embargo, el Supremo descartó su aplicación, por considerar que no procedía porque «no es más favorable dada la naturaleza continuada del delito y la agravación por la especial vulnerabilidad» derivada de la edad de la menor y el vínculo de confianza que existía.

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