Juan García Castillejo con el elcetrocompositor

Juan García Castillejo, con el electrocompositorUniversidad Internacional de Valencia

Historia valenciana

Un cura valenciano sentó las bases de la música electrónica en los años 30

Juan García Castillejo fue un religioso que anticipó el futuro de la música electrónica con una revolucionaria invención, pero no fue reconocido hasta décadas después como un pionero del arte sonoro

En los vibrantes años de la «Ruta del Bakalao» que marcaron el ocio nocturno valenciano en las décadas de los 80 y 90, la música electrónica reinaba en las pistas de baile, definiendo una época. Sin embargo, pocos saben que las raíces de la música electrónica que dominó estas décadas tienen sus inicios mucho antes, específicamente en la década de 1930, en la misma Valencia, de la mano de un personaje inesperado: un cura llamado Juan García Castillejo.

Castillejo paso toda su vida en la capital del Turia pero comenzó a ejercer como sacerdote en la localidad castellonense de Segorbe, a pesar de que su verdadera pasión residía en la música y la tecnología. Fue en 1933 cuando presentó al mundo su increíble invención: el «aparato electrocompositor», una máquina que combinaba elementos de telegrafía y teclados de teletipos, los teclados de las máquinas de escribir, para generar música sintética de manera automática.

Un dibujo del electrocompositor que inventó Juan García Castillejo

Un dibujo del electrocompositor que inventó Juan García CastillejoUniversidad Internacional de Valencia

Este dispositivo, adelantado a su tiempo en más de dos décadas, fue el principio de futuros géneros modernos como por ejemplo el techno, el drum and bass y el hardcore. Aunque su funcionamiento era similar al de plataformas modernas como Spotify, permitiendo acceder a archivos sonoros por telegrafía, Castillejo guardó celosamente los detalles de su invención para evitar plagios.

A pesar de sus esfuerzos, la máquina no obtuvo el reconocimiento ni el éxito esperados, y el cura, decepcionado, abandonó sus intentos de promover su invento en la sociedad de la época. Murió en 1985, sin sospechar el impacto que su trabajo tendría poco después y todo lo que estaba por llegar gracias a sus investigaciones e inventos en el mundo de la música.

Juan García Castillejo con uno de sus inventos

Otra instantánea de Juan García CastillejoUniversidad Internacional de Valencia

En los años 70, el musicólogo Llorenç Barber redescubrió la obra de Castillejo en un libro encontrado en una librería de Madrid. Desde entonces, el legado de Castillejo ha sido reconocido como un hito en el arte sonoro y la música experimental. Tanto es así que su obra se honra a través del Premio Cura Castillejo, establecido en 2008 en Valencia, el cual galardona a las figuras más destacadas en el campo del arte sonoro y la música experimental en España.

Aunque la máquina de Castillejo haya caído en el olvido, su visión y creatividad continúan inspirando a quienes exploran los límites entre la música y la tecnología. Su historia, marcada por la falta de reconocimiento en su tiempo, es un recordatorio del potencial innovador que puede surgir incluso en los contextos más inesperados. Juan García Castillejo, el cura que sentó las bases del techno ya en los años 30, ha dejado una huella imborrable en la historia de la música electrónica.

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