Los policías nacionales de Alicante estallan ante la plaga de chinches en una comisaría: «Nos están comiendo»
El sindicato CEP denuncia la pasividad de Interior ante una situación que se lleva produciendo en los calabozos de la comisaría provincial durante un año y medio y que afecta tanto a los detenidos como a los propios agentes
Los agentes de la Policía Nacional que trabajan en la comisaría provincial de Alicante llevan un año y medio soportando la presencia de un incómodo inquilino. Una plaga de chinches asola los calabozos y muerde tanto a los detenidos como a los propios agentes, que en algunos casos portan a sus casas algunos de estos insectos, lo que obliga a realizar unas fumigaciones que pueden salir por un pico, unos 5.000 euros, como denuncian.
Desde el sindicato Confederación Española de Policía (CEP) llevan desde mayo de 2023 comunicando a diferentes estancias una situación que no se logra erradicar, según la documentación proporcionada a El Debate. Ese mes, el sindicato denunciaba lo que estaba sucediendo en la convocatoria de reunión del Comité de Seguridad y Salud Laboral Policial. Una plaga de chinches que «está instaurada de forma permanente en los Calabozos y Área de Seguridad de la Comisaría Provincial de Alicante. Dicha plaga la están sufriendo los funcionarios policiales y detenidos desde hace aproximadamente siete meses».
El hartazgo de los agentes
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Las medidas tomadas desde entonces no han logrado arreglar el entuerto, según denuncian y denunciaban entonces: «Las continuas fumigaciones que se están realizando no sirven para nada porque no corrigen el problema. Dichas chinches han llegado hasta el teclado del PC del Jefe de Calabozos, parece ser que se encuentran en los techos y en el interior de las colchonetas de los detenidos y por muchas fumigaciones que realicen no acaban con ellas».
«Condiciones lamentables e infrahumanas»
Por ello solicitaban a prevención de riesgos laborales de la Policía Nacional que «de una vez por todas, se de una solución real a dicha plaga, y en la que se trabaja en condiciones lamentables e infrahumanas, como primera medida, la destrucción de todas las colchonetas y mantas, y reposición de nuevas mantas y colchonetas, y que se fumigue de forma extensiva a toda el área de seguridad y se cierre de forma temporal dichos calabozos hasta la eliminación total de las chinches».
Desde entonces, se han tomado cartas en el asunto, pero, al parecer, no con la suficiente contundencia, ya que la situación en el edificio de la calle Isabel la Católica, 25 persiste. «Lo que nos llega extraoficialmente es que echan un producto que no mata a las chinches, porque el que las mata vale mucho dinero. Están haciendo experimentos con gaseosa y siempre vuelve a haber. Nos están comiendo», asegura Antonio González Bulo, secretario provincial de Riesgos Laborales y Formación del CEP.
«¡Me están comiendo, me pica todo!», gritan muchas veces los detenidos en los calabozos, según denuncia el CEP
González Bulo indica que la situación se ha replicado ya en más de una veintena de ocasiones y que «los compañeros han mandado más de 40 emails en los últimos siete meses denunciando la situación por vía interna». Él mismo, como sindicato, lamenta que ha puesto reiteradamente en conocimiento del Cuerpo la situación, en varias reuniones trimestrales y en la reunión laboral de Valencia.
El policía, que explica que hasta hace un año él ha trabajado en esos calabozos, recuerda cómo los detenidos empezaban a gritar en varias ocasiones durante la noche: «¡Me están comiendo, me pica todo!». «Esto sucedía muchas veces. Entonces hacíamos nota interna, a los tres o cuatro días cerraban los calabozos un día, pero no echaban lo que tenían que echar, porque a los días volvían las chinches», asegura.
Antes estos hechos, el sindicato ha decidido denunciarlo ya públicamente, en una publicación en las redes sociales en la que denuncia que «lo avisamos el otro día, Ministerio del Interior, y ya ha vuelto a suceder, picaduras de chinches a policías y detenidos un día más». «Se acabó», añade el mensaje, en el que cita a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y al Ministerio de Sanidad. «La gestión una vez más se demuestra que es pésima. Abandonados por la Dirección General de la Policía», concluye la publicación, que interpela a tres ministerios del Gobierno de Pedro Sánchez.
González Bulo, que critica que «si las chinches estuvieran en la planta del comisario no tardarían un año y medio en fumigarlo», ha pedido por escrito este martes a la Dirección Territorial de Sanidad Universal y Pública de la Consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana una solicitud de inspección y levantamiento de acta en las instalaciones policiales. Y es que «hay compañeros infectados, con heridas de por vida, como si tuvieran grasa y celulitis en la pierna», según asevera y acredita a este periódico con un parte médico en el que se refleja esa celulitis.
Asimismo, ha enviado también este martes al propio comisario jefe de esas dependencias otro escrito en el que le pide que «como máximo responsable de la Comisaría Provincial de Alicante estudie y dictamine el cierre del área de custodia de detenidos el tiempo que sea necesario hasta que se realicen las fumigaciones pertinentes y, una vez realizadas, la empresa correspondiente certifique el fin de la plaga de chinches».
Tras la publicación en redes, González Bulo señala que se han puesto en contacto con el sindicato desde el gabinete de prensa de la comisaría y les han dicho que está prevista una nueva fumigación con otra empresa este jueves, pero advierte de que si la plaga no desaparece, «el siguiente paso es judicializarlo». Asimismo, lamenta que desde el Departamento liderado por Fernando Grande-Marlaska o desde la propia dirección del CNP no se hayan cerrado hasta entonces los calabozos. «Hay tres turnos trabajando. Ayer con chinches, hoy con chinches, mañana igual. Son seis grupos de compañeros con más mordidas. Hoy se tenía que haber cerrado de inmediato», critica.