Bonaire sigue sin fecha de reapertura mientras crecen las críticas a RTVE por distorsionar la realidad

La dana que azotó a la Comunidad Valenciana en octubre provocó graves daños en múltiples infraestructuras de la región. Bonaire, uno de los principales centros comerciales, no fue una excepción. Las inundaciones afectaron tanto los accesos como la operatividad de numerosos locales y las tareas de reparación avanzan con lentitud. Más de mes y medio después del temporal, el centro comercial, ubicado en Aldaya (Valencia), sigue sin reabrir sus puertas. Aunque circulaban rumores sobre la reapertura de Factory Bonaire el 16 de diciembre, el estado actual de las instalaciones desmiente esas expectativas.

Un recorrido por el recinto permite constatar que las reparaciones progresan a un ritmo muy lento. Los exteriores continúan cubiertos de tierra, escombros y restos arrastrados por la riada. En el interior, la mayoría de los locales permanecen inoperativos y tardaran en abrir, según confirma un empleado del centro. Por el momento, únicamente el supermercado Alcampo está abierto al público, mientras que los restaurantes Burger King y Vips operan en horarios limitados destinados exclusivamente al personal: «La situación está lejos de normalizarse. No tenemos una fecha concreta para reabrir y ni siquiera los propios responsables del centro parecen saber cuándo será posible», comenta un empleado, que prefiere mantenerse en el anonimato.

Enfado de clientes

En este contexto de incertidumbre, también surgen críticas respecto a la cobertura informativa. Un vigilante de seguridad del complejo relata que la semana pasada una periodista de Radiotelevisión Española (RTVE) visitó Factory Bonaire con la intención de informar sobre la supuesta reapertura. Según su testimonio, la periodista habría señalado que estaba dispuesta a publicar la noticia incluso si esta no reflejaba fielmente el estado real del lugar, llegando a sugerir que «se podría decir que ya estaba casi todo reparado».

Estas declaraciones han generado malestar entre algunos empleados, que temen que la narrativa mediática distorsione la gravedad de la situación y minimice los problemas que enfrentan quienes dependen económicamente del centro comercial. «Viene mucha gente diciendo que ha leído en prensa que Bonaire ya está abierto, y cuando llegan, y ven cómo esta todo, se enfadan porque hacen el trayecto para nada», asegura este vigilante de seguridad.

El impacto de la dana en el complejo ha sido considerable, afectando tanto las áreas externas como la infraestructura interna. Las inundaciones dañaron las instalaciones eléctricas y los sistemas de saneamiento. Además, la magnitud de los desperfectos y el tamaño del recinto están ralentizando el proceso de recuperación.

Pese a los esfuerzos de las empresas responsables, los avances no han sido suficientes. Según un miembro del equipo de limpieza, «la cantidad de roturas y escombros era exagerada, pero hemos avanzado mucho». «Estamos trabajando tan rápido como podemos, aunque la prioridad es dejarlo perfecto, incluso si eso significa tardar más en abrir», apunta.

La ausencia de un comunicado oficial por parte de los responsables del centro ha generado frustración entre trabajadores y clientes habituales, quienes esperaban poder disfrutar de las instalaciones durante la temporada navideña. Bonaire es un motor clave del comercio en la región, y su cierre prolongado afecta no solo al negocio local, sino también a los empleados cuyas economías dependen directamente de la actividad del complejo.

«Con las fiestas tan cerca, muchos esperábamos que estuviera abierto, pero no tiene pinta de que vaya a suceder pronto. Hay mucho por arreglar todavía», lamenta una vecina que acudió al lugar tras escuchar rumores sobre la reapertura. Por ahora, la única certeza es que la recuperación total de Bonaire llevará más tiempo del esperado. Mientras tanto, el cierre sigue siendo un recordatorio del devastador impacto de la DANA en la Comunidad Valenciana.