
Teresa Ribera, antes de comparecer en el Congreso de los Diputados por la dana
Los mensajes de la Aemet y el silencio de Teresa Ribera complican la estrategia de Sánchez con la dana
La cronología de los mensajes del máximo responsable de Climatología evidencia que advirtió sobre la presa de Forata, pero no de la situación en el barranco del Poyo
La reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) que tuvo lugar durante la tarde del pasado 29 de octubre de 2024 para seguir la evolución de la dana en la provincia de Valencia contó con no pocas presencias. Entre ellas estaba el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, si bien no fue presencialmente, sino de manera telemática
También participaron técnicos de la Agencia Española de Meteorología (Aemet). Quien ni en virtual ni en carne y hueso estuvo fue la responsable última tanto de esta última como de la CHJ, es decir, la que entonces era ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que estaba en París asegurándose su futuro puesto como número dos de la Comisión Europea. Semanas después logró el cargo, lo que le sirvió como motivo para mudarse a Bruselas sin pisar ninguna de las zonas devastadas por el temporal.
Foco en la presa de Forata
El relato puesto en práctica por la izquierda y sus terminales mediáticas se basa en responsabilizar al presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, de la tragedia y, al mismo tiempo, evitar cualquier gesto de autocrítica del Gobierno central por muy pequeño que éste pudiera ser.
Sin embargo, la sucesión de acontecimientos a lo largo de esa dramática jornada desmiente por sí sola la estrategia del jefe del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, y los suyos. Así, en lo relativo a la Aemet, días atrás se filtraron los mensajes de WhatsApp de su jefe de Climatología, José Ángel Núñez. Son sus propias comunicaciones las que confirman que el foco de preocupación no era el barranco del Poyo, que terminó desbordado en numerosos puntos, sino la presa de Forata.
Documento oficial de la CHJ sobre las actuaciones en el barranco del Poyo
De este modo, a las 17:15 horas de ese martes envió el siguiente texto: «La situación sigue siendo muy adversa. Está lloviendo con intensidad torrencial al oeste del área metropolitana de Valencia. Muchos rayos y mucho viento. Más de 140 litros por metro cuadrado acumulados entre Real, Monserrat y Godella y próximo a 100 en localidades cercanas».
11 minutos después, a las 17:26, advirtió de que la situación era «crítica» en el embalse de Forata y se estaba «pensando en evacuar», siendo a las 18:34 una «emergencia hidrológica». De nuevo, cero mención al Poyo. La secuencia de mensajes continúa, sin que se alertara acerca de cómo estaba la que, en cuestión de minutos terminaría ser el epicentro de la catástrofe.

Estado de las obras en el Poyo y la Saleta
En lo concerniente a la CHJ, la polémica se centra en un doble aspecto: el envío de datos de caudales en el Poyo y su estado. Sobre esta segunda arista, El Debate ha tenido accedo a un documento oficial aportado a la comisión de investigación de la dana en el Ayuntamiento de Valencia en el que la propia Confederación reconoce que las obras en el barranco que se proyectaron en 2011 siguen sin ejecutarse más de 15 años después. Tal como se puede comprobar en el escrito, la «adecuación ambiental del barranco del Poyo entre el cruce de la A-7 y el barranco del Cavalls», que tenía un presupuesto de 35 millones de euros, tiene un estado actual de «proyecto redactado, en tramitación ambiental».
Lo mismo sucede con las actuaciones previstas en otro lugar clave en la riada, como es el barranco de la Saleta, cuyas obras de «acondicionamiento», con un coste estimado de 90 millones de euros, también está «redactado» y «en tramitación ambiental». Por si fuera poco, en el documento se especifica que la conocida como la Ley de la Huerta valenciana que en su día aprobaron el socialista Ximo Puig y sus socios de Compromís y Unidas Podemos impidió llevar a término las obras en el Poyo.