
La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, en una imagen de archivo
Morant y sus avales para presidir la Generalitat Valenciana: partido roto, derrota electoral y futuro incierto
La ministra de Ciencia compatibiliza sus responsabilidades con las de líder de un PSPV al que ha abocado a un batacazo electoral y a la división interna en Valencia
Desde que la colaboración institucional y las buenas palabras se acabaran pocos días después de la dana del pasado 29 de octubre en la provincia de Valencia, la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, lleva pidiendo por doquier la dimisión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, así como su destitución y unas elecciones anticipadas que alteren el calendario previsto y el duelo en las urnas entre ellos, establecido para mayo de 2027. También coquetea con una moción de censura en las Cortes junto a Compromís, si bien asume que los números no darían en ningún caso.
Estas manifestaciones las ha ido haciendo desde una llamativa doble cualidad: ministra y secretaria general del PSPV-PSOE, un insólito rasgo competencial al que el sanchismo ha dado apariencia de normalidad y que también tienen varios de sus colegas con los que comparte mesa cada mañana de martes en el Palacio de La Moncloa. No obstante, el devenir que pudiera tener la exalcaldesa de Gandía en unos comicios autonómicos son, si cabe, más impredecibles de lo habitual dado su agitado y poco triunfal primer año al frente de la federación socialista.
El último hito al respecto ha tenido lugar esta misma semana y, lejos de estar exento de polémica, lo que ha generado es una ruptura absoluta de su partido en Valencia. Parecía inevitable que se produjese, pero ha terminado por confirmarse de la peor de las maneras posibles. El motivo no es menor: el alcalde de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, ganó por 33 votos al de Ribarroja y candidato del aparato, Robert Raga. Aunque se ordenó por el partido repetir las primarias en varios municipios, a Morant, viendo cómo bajaban las aguas de revueltas a su alrededor, no le ha quedado más remedio que aceptar que Bielsa fue el legítimo vencedor del proceso orgánico. Aun con todo, ni ese impostado gesto puede reparar el daño sin precedentes causado.
Morant y su 'mochila'
Con ese primer aval, el de los tuyos totalmente polarizados, no suele ser el mejor con vistas a encarar unas elecciones, fuesen pronto o en 2027. Pero, lo peor para la ministra es que su 'mochila' tiene otros registros que dudosamente le dejarían en buen lugar ni ante su propia parroquia ni frente a los votantes.Por hacer un orden cronológico, cabe recordar que Bielsa y Morant se tendrían que haber enfrentado entre ellos y con el secretario provincial de Alicante, Alejandro Soler, en unas primarias a nivel regional a principios del pasado año. Los tres presentaron sus respectivos avales para concurrir. Pero, si con el mislateño el oficialismo ha perdido en Valencia, qué podría haber pasado en el conjunto de la región.

Diana Morant, en el 15º Congreso del PSPV-SPOE
Precisamente por eso, entró en juego la maquinaria política y de 'fontanería' de la sede de Ferraz, con el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, a la cabeza y con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sombra y como principal muñidor del plan. Éste tuvo sus efectos, ya que tanto Bielsa como Soler se vieron forzados a salir de la carrera por liderar el PSPV, quedando como única candidata Morant.
Batacazo electoral
Pocas semanas después tuvo su gran momento de gloria, cuando fue proclamada por aclamación en el cargo diseñado por su jefe de filas como líder de la formación. Eso fue en marzo, pero hasta ahí sus momentos dulces. Apenas tres meses después de la pomposa y 'a la búlgara' celebración llegó su enorme fiasco.
El 9 de junio se celebraron las elecciones europeas. Era su primera prueba de fuego y su debut en las urnas, aunque de manera indirecta, con el que medir las fuerzas frente a un Mazón en alza. Las encuestas no fallaron y el resultado cosechado por la titular de Ciencia no dejó lugar a dudas:
En la Comunidad Valenciana, el Partido Popular fue el claro ganador con un 35,86 % de los votos, mientras que los socialistas se quedaron en un 32,41 % de las papeletas. Si se compara el escrutinio con el de los últimos comicios comunitarios, el balance es aún más sangrante y preocupante para la aspirante al Palau de la Generalitat. De este modo, el PP pasó en cinco años de 522.602 sufragios (22,58 %) al citado nivel de apoyo porcentual, con 705.701 electores a su favor.
Por su parte, el PSOE obtuvo entre Castellón, Valencia y Alicante en 2024 617.669 votos, muy por debajo de los 763.120 que alcanzó en 2019. La consecuencia fue más que clara: un mapa de las tres provincias teñido de azul. Con todo lo anterior, Morant no debería confiarse en cuanto a su futuro interno, ya que otra figura similar a la suya, como lo es la delegada del Gobierno en la región, Pilar Bernabé, ha emergido con mucha fuerza orgánica, hasta llegar a ser la número cuatro del PSOE a nivel nacional.