Valencia La turbia historia de José Miguel, el entrenador que espiaba y abusaba de alumnas
El presunto pedófilo ya se encuentra en la cárcel valenciana de Picassent acusado de diez delitos relacionados con agresiones sexuales a menores y pornografía infantil
El año ha comenzado en Valencia con un suceso de los que estremecen. Tanto que ha saltado las fronteras de la Comunidad y la inmensa mayoría de los medios de comunicación a nivel nacional se ha hecho eco. Los hechos ocurrieron a finales de 2023, pero se dieron a conocer esta misma semana. Lamentablemente, casos de abusos sexuales se producen bastantes en España, pero el que tiene como protagonista a José Miguel B. P. es realmente turbio.
Desde este miércoles, es uno de los múltiples presos de la cárcel valenciana de Picassent. Hasta allí fue trasladado después de que el juez titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Líria decretase prisión provisional y sin fianza para él. Lo hizo después de analizar y valorar las pruebas que le han llevado a imputarle dos delitos continuados de agresión sexual a menores, un delito de corrupción de menores, cinco delitos contra la intimidad, uno de revelación de secretos y otro de tenencia de pornografía infantil.
Niñas entre 12 y 16 años
Todos ellos están relacionados con varios episodios de abusos sexuales que el reo presuntamente cometió sobre, al menos, cuatro menores a las que entrenaba en un club de atletismo y espiaba grabándolas mientras se cambiaban de ropa. Natural de Zaragoza, José Miguel, de 49 años, es un apasionado del deporte, en especial de la marcha, disciplina en la que competió en el municipio de Zuera, según ha podido saber El Heraldo. Llegó, incluso, a tener la licencia de la Federación de Atletismo de Aragón, aunque bien es cierto que no llegó a entrenar.
Ese interés lo quiso transmitir a las generaciones más jóvenes, pero el verdadero interés era otro. Según fuentes de la investigación de la Guardia Civil, en más de una ocasión colocó microcámaras en los baños para captar las imágenes de las alumnas semidesnudas tras acabar las sesiones de entrenamiento. De hecho, una de esas instantáneas sería la de él mismo colocando el dispositivo, una evidencia que le habría delatado, tal como avanzó Las Provincias.
Hasta el momento, son cuatro las familias que han denunciado al presidiario, todas ellas con hijas con edades comprendidas entre los 12 y los 16 años. Por si todo lo anterior no fuera suficientemente sórdido, ese modus operandi lo habría llevado a cabo tanto en el velódromo Luis Puig, donde trabajaba, como en un chalet donde entrenaba particularmente con las chicas, ya que eran personas de su entorno. Es más, la voz de alarma la dio la hija de su pareja, que le contó a la madre que José Miguel le había practicado varias veces tocamientos, algo que supuestamente también habría realizado a la prima de la joven.
Ayuda y recursos para las familias
Alertada, la mujer acudió a los domicilios de su novio antes de denunciar ante la Guardia Civil. En ellos, requisó el «numeroso» y «abundante» material pornográfico que ha permitido investigar a la Benemérita y que ha concluido con la detención e ingreso en la cárcel del supuesto pedófilo. En los registros efectuados en dos viviendas y un almacén se incautaron más pruebas.
Sin embargo, no sucedió así en los baños del velódromo, donde no se encontró nada incriminatorio. En el marco de la operación Teuladi, los agentes arrestaron al entrenador el pasado día 20 de diciembre en su casa de la localidad valenciana de La Eliana y ocho días después avisaron a los padres de las demás niñas espiadas.
En la reunión, un mando del Cuerpo informó a las familias acerca del arresto del entrenador de sus hijas y les explicó el desarrollo del caso, ofreciendo ayuda y recursos para hacer frente a esta situación, aunque ya sospechaban algo al celebrarse de manera urgente y el 28 de diciembre, en plena Navidad. A los progenitores también se les pidió colaboración con la investigación de cara a poder saber a ciencia cierta si el supuesto abusador habría podido cometer más crímenes de este tipo y, de ese modo, ampliar las hasta ahora cuatro denuncias interpuestas, un aspecto que la Guardia Civil no descarta.